Los comuneros son derrotados en Villalar

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Tras la nefasta regencia del cardenal Cisneros el trono español recayó en Carlos de Gante, que pasaría a la historia con el nombre de Carlos I de España y V de Alemania. En Castilla eran muchos los que no veían con buenos ojos a este joven emperador, al que consideraban extranjero y que ni siquiera sabía castellano. Su política de encumbrar a consejeros foráneos terminó por exaltar los ánimos, y el 20 de mayo la rebelión estalló en Tordesillas, desde donde se iría extendiendo a ciudades como Toledo, Soria, Guadalajara, Toro, Segovia, Valladolid y Ávila. Estos «comuneros» pretendían, además, proclamar reina de Castilla a la madre de Carlos, Juana la Loca, a la que consideraban prisionera de su hijo. El ejército imperial se enfrentó a sangre y fuego a las milicias comuneras, a las que derrotarían, tras una larga serie de choques y asedios, en la definitiva batalla de Villalar. Tras el enfrentamiento, ocurrido el 23 de abril de 1521, los principales líderes comuneros, los célebres Padilla, Bravo y Maldonado, fueron inmediatamente degollados.

La sublevación comunera fue vista como una buena oportunidad por los legitimistas navarros, que esperaban poder pescar en las revueltas aguas de la política española. Adelantándose a los acontecimientos, los españoles obligaron a muchos de ellos a marchar a Castilla, reclutados a la fuerza, para luchar contra los comuneros sublevados. De este modo se conseguían dos objetivos, reforzar las tropas imperiales y descabezar una eventual revuelta en Navarra. A cambio de dicha participación les hicieron vagas promesas de otorgarles el perdón real y devolverles los cargos y los bienes confiscados. Ni qué decir que nunca cumplieron dichas promesas. Un ejemplo ilustrativo puede ser el de Ladrón de Mauleón, importante legitimista de familia beaumontesa, que acudió a la guerra comunera acompañado de sus cuatro hijos. El mayor de ellos, Felipe, moriría en Medina del Campo, como consecuencia de las heridas recibidas en el asedio de Tordesillas. Y como prueba de que marcharon a la guerra obligados y coaccionados, recordaremos que, tras su regreso a Navarra, los Mauleón supervivientes defendieron la causa legitimista en cuantos escenarios les fue posible. El segundo de los hijos, Carlos, moriría al año siguiente en la batalla de Noáin, mientras que los dos hermanos menores, Víctor y Luis, se contarán entre los últimos defensores de Amaiur.