El avispero de «nuestro» estado de derecho

¿Es el nuestro un estado de derecho? Oficialmente sí, pero permítaseme una ordinariez: ¡guano!

Como tales pasan los EEUU con su Guantánamo, Abu-Grahib, Irak, etc. El Reino Unido, Rusia… ¿qué será eso? México el de Chiapas y las aberraciones de ciudad de Juárez, Colombia y tantos, ¿estados de derecho? Lo dudo. ¿De derechas? Eso sí está claro.

El subcomandante Marcos ha dicho en campaña: «Los gobiernos, allá arriba, no tienen una respuesta a nuestras demandas, como no sea la cárcel, los golpes o el cementerio. En todas partes la policía (el ejército) está al servicio de los grandes poderosos; cuando hablan de ley, es la de ellos; si hablan de orden, es el que necesitan para seguir enriqueciéndose; no tienen ninguna razón para reprimirnos, solo tienen la fuerza» ¿Acaso esta crítica no es aplicable a muchos estados de derecho? ¿Y el de Hispania? Pues eso, ¡guano! Así lo percibimos muchos bascos. Por eso nos azora pensar en el proceso del «proceso de paz».

Y ya, todavía sin desempolvar el comunicado de ETA, empezamos a oir «boludeces». Ya farfulla encrespado el facherío; ¡Guano! Ya se enfundan la toga y el peluquín para recitarnos los dogmas del sacro estado de derecho. ¡Cómo babean con San Montesquieu! Pues léanlo bien, demócratas de toda la vida: «Las reglas que determinan el comportamiento de los hombres no son permanentes ni absolutas, sino que surgen y son modificadas según los contextos históricos y culturales, los tipos de gobierno y el carácter de la sociedad». Es lo que dice el pensador francés.

Y es con este avispero-obispero de ¿nuestro…? estado de derecho, con el que hemos de lidiar: ¡guano!

En principio, la fachenda más franquista y despendolada ya pretende hacer pasar a ETA y con ella a todos los bascos por las horcas caudinas. Es lo que hizo el ejército samnita al romano en la batalla de Caudium, inflingiendo la retirada más humillante y deshonrosa posible.

Los Bonos, Ezkerras y toda la derechona debieran escuchar las palabras del sacerdote irlandes Alec Reid (¡claro que la calidad de las mentes y personas de unos y otro…!): «En un proceso de paz no debe haber perdedores; todos tienen que ser ganadores. Y no reconocer los derechos de los demás, es fascismo». ¡Cómo les gustaría reeditar la arenga del dictador! «Cautivo y desarmado el ejército rojo…»

¡Que pidan perdón! Bella es la palabra perdón, cuando brota libre del corazón del agredido. Y Dios me libre de entrar a saco en la conciencia del agresor, sin conocer sus angustias, traumas o motivaciones.

Lo que si es una cínica perversión, es que sean los sanguinarios y rencorosos hijos del imperio y del franquismo quienes exijan ponerse de rodillas a los hijos de Euskalherría solicitando perdón. Ellos, que nunca pidieron perdón por sus genocidios de indígenas y por haber sido y ser promotores de tantas guerras. La memoria de nuestro pueblo no olvida sus razias e invasiones. Aún humea Gernika, y nuestros campos y cunetas rezuman la sangre de sus crímenes. Asassins de raons, assassins de vides.

Hablan de precio político. Siglos lleva nuestro pueblo pagando un precio político a cambio de odio y desprecio hacia nuestra historia, nuestra cultura y nuestros paisanos. ¿Acaso alguien en su sano juicio puede pensar que tantos años de sangre y conflicto vayan a diluirse en agua de rosas? ¡Cuando madurará esa «intelectualidad» del imperio cañí, tan casposo y decimonónico, al que, quiero recordar, aludía Preston!

¿Pueden ellos preocuparse por el precio político de la paz cuando todo el aparato del estado está en sus manos? Somos la parte más débil quienes debiéramos de preocuparnos.

Ya hemos aprendido lo que valoran ellos la paz. Sabemos lo preparados que están para soportar un conflicto eterno. Sabemos que pueden asimilar perfectamente los incordios que puedan emanar de la insurgencia política basca.

Pero hoy, más que nunca, el pueblo basco es consciente de algo crucial. No permitiremos que nadie nos imponga su paz. Nuestro pueblo quiere construirse su paz, libremente, solidariamente con otros pueblos que aspiran a ser soberanos. Mientras que en cualquier mesa presente o futura no se parta de este derecho universal, todas las negociaciones serán baldías; seremos los eternos e indómitos insurgentes.

ETA hará callar las armas. Zorionak. ¿Enmudecerán de una vez por todas las de los que imponen la territorialidad, la justicia y los caminos por los que deben transitar los pueblos? Para todos ellos ¡guano! (He preferido mantener este leve improperio, que no es más que el resultado del asqueo espontáneo que me produjo la cutrez tertuliana. Esos corifeos inmovilistas y pesebreros. Fue tras el comunicado de ETA. Ya se sabe, guano, eufemismo de m… Mis disculpas).