Recatada y reputada diputada de Cultura de Bizkaia

En este fragmento de nación denominado Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi, por culpa de la Ley 25/1983, de 25 de noviembre, de Relaciones entre las Instituciones Comunes de la Comunidad Autónoma y los Órganos Forales de sus Territorios Históricos, conocida popularmente como de Territorios Históricos padecemos y alimentamos a una insoportable carga de políticos, comunitarios y forales, por lo que todas las funciones se repiten entre Jaurlaritza y sus tres territorios.

Esta sobredosis de intermediarios para un país tan pequeño causa asombro en otras naciones y culturas y se interpretada con razón como lo que es, un vergonzoso despilfarro económico. Lo mismo que todos los especuladores, no hacen más que encarecer el producto.

En las últimas elecciones-trampa del 27 de mayo, existieron candidaturas vetadas de voto, se han constituido las nuevas diputaciones y en Bizkaia entre los nombramientos han sido decepcionantes sino vergonzantes, especialmente la reincidencia de la Sra. Belén Greaves para diputada de Cultura después de su anterior demencial legislatura.

Se trata de una funcionaria vedette, estilo Rosa Diez pero en neska, cuyo único interés es el aspecto representativo del cargo. Aquellos que procuran ostentación, galas en Guggenheim, inauguraciones, estrenos de operas en invierno y matanzas de toros en verano, ocasiones óptimas para el uso y abuso del repertorio figurativo de la opulencia y la banalidad. ¿Cómo es posible que una persona pueda ejercer equilibradamente un cargo de tanta responsabilidad sensitiva embrutecida por tanta crueldad? La cultura y la educación no pueden vincularse con la tortura y la matanza. Esta en una enorme contradicción de responsabilidad ideológica, moral y social, un caso único en la civilización actual. Situada en la Diputación como mujer cuota de género, su objetivo, como se comenta en ciertos ambientes, es lograr una popularidad visual que le permita alcanzar su ambición de poder: Diputada General.

Cuando previamente fue vice-consejera de Comercio y Turismo hizo una de las más brillantes aportaciones intelectuales infundiendo sus deseos al decir: «Las luces navideñas embellecen y contagian a la gente y este tipo de iniciativas demuestran que la navidad está relacionada con el comercio y con el consumo». Era sólo un anticipo.

Su gestión anterior desde 2003 ha sido un estrepitoso fracaso superando a su nefasta antecesora Ana Madariaga, posteriormente promocionada para presidenta de las Junta Generales. Cuanto más inútiles más ascensión. Son personas sin estructura cultural y carentes de toda sensibilidad instruidas entre las estructuras del partido y elegidas para mandar rodeadas de subordinados y asesores, algunos impresentables, escandalosa e ilegalmente nombrados como recientemente han denunciado los tribunales de justicia.

La mezcla de indisimulable soberbia personal, una evidente ignorancia y una reiterada manifiesta incapacidad en materia cultural hacen que su nombramiento constituya un insulto social. Quienes la han padecido podrían relatar, como lo cuentan, innumerables acciones reprobables. Pero es ya habitual actualmente en el ámbito artístico, cultural e intelectual callar por miedo represivo, perdiendo su antigua sinceridad rebelde. He oído testimonios vergonzantes por parte de quienes le han tratado: arquitectos, escultores, escritores, fotógrafos, pintores, responsables de galerías de arte, de museos, obviando los de funcionarios de su departamento. Recatada figura.

Reputada

Veamos algunas de las actuaciones «más sobresalientes» de su gestión en tan sólo cuatro años que la acredita como una reputada diputada. No puede olvidarse su actitud hostigadora hacia la eminente documentalista y anterior bibliotecaria foral la Sra. Clotilde Olaran, actualmente represivamente relegada disimuladamente como un relevo de funciones. Su vanidad se muestra en las invitaciones de las exposiciones la Sala Rekalde; antes era el director o directora quien invitaba, ahora es ella y además ni asiste. Euskal Museoa, el arqueológico, etnográfico e histórico vasco, no debe saber ni que existe, nunca se le visto, lo ignora en su alusiones a los museos y lo desprecia con en subvenciones ridículas y muy preocupantes. Todo para el Guggenheim que dan de cenar y sacan buenas fotos. Esclava interesada de este recinto turístico al que destina el máximo dinero posible, 3.005.005 euro anuales, durante 2004-2007, para comprar obras de arte. Es indiferente, ni se pronuncia, sobre el irrenunciable derecho social a la gratuidad periódica de la entrada como equipamiento financiado con dinero público. Co-responsable impasible de la desastrosa operación de compra en 2002 de dólares, 6 millones de euro de pérdidas, para adquirir las obras de arte de esta franquicia americana para Bilbao que ordena su dirección en New York, que inicialmente se camufló pero afortunadamente denunciada por el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, que ágil y sospechosamente se ha callado.

Se quedó indiferente, sino complaciente, cuando en abril de 2004 el recinto ferial de Barakaldo tuvo la desgraciada idea de denominarse en lengua extranjera B!E!C! para ridículo universal de un país que aspira a ser independiente. Se negó a adquirir el archivo del poeta vasco Juan Larrea por razones que no es capaz de explicar, probablemente por sus más que evidentes limitaciones en la materia. Tuvo la desfachatez de negar cualquier tipo de homenaje a Pío Baroja en 2006, cincuentenario de su fallecimiento aludiendo que había nacido en Gipuzkoa, es decir un vasco «raro». Miserable manifiesto de una persona que se presenta como nacionalista vasca.

Ignoró incomprensiblemente la debida conmemoración del 150 aniversario del nacimiento del arquitecto labortano y euskeldun, (debió pensar que era francés), Martín Alberto de Palacio y Elissagüe, el 24 de enero de 1856, autor del puente transbordador Bizkaia, primero en el mundo. En cambio, prefirió enfatizar el bicentenario del nacimiento, el 27 de enero, del compositor Juan Crisóstomo de Arriaga, ya que al ser músico una conmemoración con concierto proporciona más rentabilidad, festejo y fotografía.

Ha querido, inútilmente, evadir su responsabilidad, que sorprendentemente se ha silenciado, en la desaparición del extraordinario mural (50 x 2 metros) de Agustin Ibarrola en la antigua sede de los Kostkas, actual Arrupe Etxea. Ha tolerado mediante una Orden Foral, el denigrante cambio del grado de catalogación de edificios del Plan General de Bilbao, como el arco de la tribuna de San Mamés, de Protección Especial Nivel A, a Conservación Básica D para favorecer operaciones especulativas, sino corruptas, como el nuevo campo en el que la Diputación curiosamente está muy interesado en connivencia con la junta directiva del club, que es el disfraz deportivo del potente grupo inmobiliario que ha traficado y destruido Sefanitro.

Es indiferente a la barbaridad de un proyecto temerario estáticamente y dañino estéticamente que ocasionó el derrumbe de Madariaga Dorrea en Busturia del siglo XVI, tendiendo el cinismo de atribuir al viento su caída, una las más celebres, por estúpidas, frases oídas. Allí ha quedado como testimonio de una agresión más al patrimonio de Bizkaia, además para mayor sarcasmo como centro de interpretación de Urdaibai, declarada Reserva de la Biosfera por UNESCO, pero degradada continuamente por una absoluta falta de rigor urbanístico. Nada le importa el destino de las extraordinarias galerías de Punta Begoña en Getxo, una genial y original obra de enorme interés constructivo, ambiental y monumental realizada en 1918 en actual riesgo de desaparición para la absurda pretendida construcción de un hotel, por la cadena Barceló que está «presionando» en los ámbitos políticos.

No le ha interesado el destino del Horno Alto nº 1, uno de los tres escasos testimonios que quedan después de arrasar con todo lo que fue AHV. Nada le ha importado, es cómplice con el Ayuntamiento de Barakaldo de una de las mayores acciones de terrorismo cultural: la brutal y veloz desaparición de todo el extraordinario patrimonio industrial y memoria social de la margen izquierda. Los derribos de la notable arquitectura de la central térmica de Iberduero, en Burtzeña, en noviembre de 2004, tanto de la parte racionalista de los años 40 como en la moderna de 1955. Lo mismo respecto de la fabrica Metacal de 1955 en Etxebarri y la actual demolición del fabrica-ciudad de Sefanitro de 1941 en Lutxana, que junto con Mecánica Olalde en Mungía de 1956 son cuatro de las 21 arquitecturas industriales modernas más destacadas de Euskal Herria elegidas por el comité ibérico del DoCoMoMo.

Nada ha importado la reciente demolición de los chalets de la Orconera de 1891, la extraordinaria y pionera ciudad jardín de concepción y estética inglesa en Lutxana. Indiferente al significado arqueológico del arrasado paraje de San Nicolás de Ugarte, primitivo asentamiento de los Carmelitas Descalzos hasta 1834, sino incluso topográfico y paisajístico, en la desembocadura del Galindo en la Ría, para construir una innecesaria rotonda. Se ha desentendido de la salvaje desaparición de Fundiciones Santa Ana de Bolueta, excepto la consabida chimenea, empresa fundada en 1841 un hito de la siderurgia en Bizkaia. No se ha enterado todavía del extraordinario valor de la draga Titán, construida en Holanda en 1923, como mayor bien cultural del Museo Marítimo de la Ría, incomprensible y recientemente desguazada, con el beneplácito del director de este paupérrimo museo.

Nunca se ha interesado y menos preocupado, en complicidad con el Ayuntamiento de Bilbao sobre los importantes restos arqueológicos de muelles y astilleros, que por obras de aparcamientos aparecieron a principios de 2003, en el subsuelo del Arenal, desde la época medieval hasta la revolución industrial. Lo mismo sucederá con los extraordinarios restos del antiguo convento de San Francisco del siglo XVI, se despreciarán porque el negocio es otro. Para esta clase de dirigentes es mucho más importante un garaje que la historia de la villa. Para intentar limpiar su desprecio por el legado monumental organiza desde hace unos años en octubre, con carácter populista, unas Jornadas del Patrimonio.

Ha ignorado la enorme perdida cultural que significaba el cierre del Institut Française de Bilbao especialmente en la enseñanza del francés y actividades culturales por no conceder una ayuda económica que no era relevante frente a los continuos despilfarros que otorga regalando, antes 6 millones y ahora 2,5 millones de euro al Athletic para mantener los desmesurados sueldos de sus futbolistas, directivos y demás vividores. Todavía no ha reeditado el sencillo catalogo de publicaciones de la Diputación, el último es de 2001, que las demás administraciones forales distribuyen actualizados cada año en la Azoka de Durango donde nadie le ha visto jamás, debido a su pánico a los libros. Está muy lejos, no da réditos y no suele haber comida, como en cambio al final de la Kaxarranka en Lekeitio que es más vistoso. No tiene la mínima decencia democrática de responder a una petición de ayuda, a través de registro oficial, para un propósito cultural que hice hace años. Tuvo hace unos años un gesto altruista, muy calculado, al conceder 120.000 euro a UNICEF que sirvieron, en parte, para pagar las dietas y el viaje que hizo, a cuenta de esta institución, la periodista basura Mercedes Milá a Bilbao y su estancia en el Sheraton para la inauguración. Pero se desborda, por rentabilidad política favoreciendo actuaciones como la reciente de Bruce Springsteen.

En cuatro ocasiones he coincidido en actos culturales y su actitud es deplorable. Apareció, no se sabe si erróneamente, durante unos minutos, por el Colegio de Arquitectos en una inauguración mostrando improcedentemente un largo abrigo de pieles, probablemente adquirido con dinero público «como gasto de representación» que evidenciaba demasiadas cosas y así fue muy criticado por los allí presentes, quizá por eso huyó tan rápido. Estas exhibiciones de gente sin escrúpulos éticos son propias de otros tiempos y denotan que la responsabilidad de cultura que ostenta, es sólo eso, representación, otro ropaje que también le cae ancho.

En la inauguración de la exposición «El Pecio de Urbieta descubrimiento y restauración», el 27 de febrero de 2006, en el Bilboko Itsasadarra Itsas Museo sobre la embarcación del siglo XV encontrada en la Ría de Gernika sólo hablaba de su gestión. Ignoró premeditadamente el magistral trabajo del prestigiosos arqueólogo subacuatico Manu Izagirre allí presente al que ni siquiera mencionó. Situado en la zona peatonal de muelles de Euskalduna llegó con el coche oficial hasta la puerta, no conociéndosele ninguna minusvalía física, quizá porque hacía frío. Pero en la apertura de la de Malevich, en Arte Eder Museoa, el 10 de julio de 2006, su imprescindible coche oficial estaba también junto a la puerta en el vestíbulo peatonal invadiendo parterres con el motor en marcha manteniendo el aire acondicionado para que al salir no sufriese calor, como los demás. Recientemente, en el homenaje al ex-alcalde fallecido José Luis Roble en la Universidad de Deusto, el 23 de abril de 2007, después de unas breves palabras protocolarias, sorprendentemente, se marchó. Una grosería. El homenaje era algo más.

Tiene una enorme responsabilidad en el estrepitoso fracaso y nula relevancia de la obligatoria solemnidad y universalidad del 70 aniversario del bombardeo de Gernika por los sublevados, el pasado abril con unos actos de carácter muy local. ¿Sabía quien era y que ha representado el coreógrafo y músico Víctor Olaeta, (Gernika 1922-2007) tanto con su academia de bailes autóctonos como continuador del grupo Alai-Elai y del Ballet Olaeta, imprescindible y prestigiosa representación etnográfica vasca en el mundo? Además de la negación de ayudas y reconocimiento a su labor. ¡Qué falta de respeto en su reciente fallecimiento con su inasistencia al funeral el pasado octubre y ningún tipo de homenaje! Éticamente despreciable.

Su absoluta falta de iniciativas ha quedado de manifiesto cuando ha dejado de celebrar en este año 2007, en que se cumple su 150 aniversario, dos acontecimientos fundamentales en el desarrollo económico, social y en la conformación de una villa cosmopolita que extendió su ámbito de influencia: la fundación del Banco Bilbao, y la creación de la Compañía del Ferrocarril de Tudela a Bilbao.

Su último gesto de insoportable vanidad ha sido el pasado 30 de noviembre en la inauguración de la ampliación de la Biblioteca Foral ¡Qué lamentable espectáculo!. Incapaz de decir nada convincente sobre el sentido del patrimonio documental e ignorando la arquitectura del edificio y como es habitual despreciando a sus autores, De la Brena, Iriarte y Múgica. Si en lugar de vascos hubiese sido un arquitecto extranjero aparecería posando con un vestido para la ocasión que es su mayor don. El interés máximo que tiene por este equipamiento es su aparcamiento subterráneo ya que comunica con el palacio foral.

Su incapacidad sensorial muestra su insolvencia, frivolidad y contradicción cuando ha eliminado toda referencia a la Navidad, el acontecimiento más importante del ciclo anual con la colocación de algún nacimiento o belén en la Diputación. Como hacen en muchísimos lugares y países de otros credos cristianos, en una pose de aparente aconfesionalidad, pero en cambio organiza un festejo populista para la fiesta «provincial» de San Ignacio cuando acuden todos los aduladores y bufones del territorio al vino de honor y tampoco duda en alabanzas a la «amatxo» de Begoña.

Culpabilidad

Esta calamidad cultural cuyo sueldo bruto anual 100.904 euros es la carga que nos cuesta dicho cargo, incluida la paga de Navidad. Afortunadamente ha sido finalmente cesada pero no por su manifiesta atrofia cultural sino para seguir en la ambiciosa carrera política.¿Pondrá también la otra mano, una es para cobrar la cesantía, para colocarse el indecente reloj Rolex, que con dinero público, se obsequian estos privilegiados diputados, comprados a un determinado joyero.

Desgraciadamente, en Bizkaia el hecho de ser responsable de cultura, por lo reiteradamente demostrado, no implica en absoluto que la persona lo sea. (Recordemos el lamentable caso del ex-concejal de cultura de Bilbao José Luis Sabas un indisimulado vascofobo, reconvertido por afiliación, es decir nómina en neonacionalista bizkaitarra). En algunos sitios es lógico, pero insuficiente, ser euskeldun, y sobretodo del partido, lo demás es superfluo. Jamás se les ha oído de un pronunciamiento espontáneo, coherente, decidido a favor de la cultura sólo tienen un limitadísimo lenguaje protocolario y provinciano localista basado en unas rutinarias y repetitivas tópicas palabras protocolarias en determinadas ocasiones y suelen asistir a los festejos que dan rentabilidad popular y fotográfica.

La Sra. Belén Greaves es la gran culpable por su gestión, en la misma línea catastrófica de sus predecesores en el cargo, de que Bizkaia sea en la actualidad uno de los territorios de Europa donde se comenten más tropelías y atentados en material cultural superando ya todo lo que hicieron los fascistas en la dictadura. Esta es la importancia que a una de las señales más fundamentales en la formalización de la identidad de un país como es su patrimonio cultural practica el PNV. El negocio de la destrucción, casi siempre para favorecer la especulación.

La famosa frase latina alusiva a la destrucción de la ciudad de Roma, «Quod non fecerunt barbari fecerunt Barberini» que se refería a lo que no destrozaron los bárbaros lo destruyeron los Barberini, prestigiosa familia papal, en Euskal Herria puede traducirse en un sentido realista por: lo que no destruyeron los fascistas (1936-1975) lo demolieron los, presuntos, nacionalistas del PNV.