Valoración histórica de «El Derecho de Navarra» por el G. de Navarra


Además de leer una crónica periodística, he visitado la exposición que con este nombre y el lema de «De Reyno a Comunidad foral», ha organizado el gobierno de Navarra, asumiendo la responsabilidad, como Comisaria de la muestra, Mercedes Galán Lorda. Choca frontalmente con la realidad que una mayoría de grabados y lemas no se correspondan con la veracidad histórica.

En pocas palabras, ni la exposición ni la Comisaria nos explican cómo se pasa de Reino a comunidad foral, sin perder potestades, fueros, derechos y libertades. O si se prefiere, porqué no se han conservado.

En primer lugar he de referirme a sus costos, que creo resultan un derroche no procedente, tanto por su parcialidad colaboracionista con la tesis monárquica española, como por la existencia de otras necesidades más propias y reales de los navarros, que incluso se han disminuido o anulado.

La cifra de un presupuesto (luego vendrán las cifras reales) de 48.995 euros por el gobierno y 20.000 por el colegio de abogados (también este dinero es público), amén de los costos de los 1.000 ejemplares del catálogo, apoyos del personal adscrito, imprevistos, etc., es desmesurada. Los resultados no quedan validados por el interés que debía despertar, ni por la información poco veraz que se realiza.

No entiendo que se recoja como privilegio que la posesión por un año y un día de una tierra, convertía a su poseedor en propietario, sin adelantar que era por ley o fuero estatuido y compartido por los avecindados.

Tampoco comprendo que no se explique por qué en el siglo XIII el Fuero General de Navarra «recoge derecho público, civil y penal … -que- no anulaba los fueros que cada localidad tenía previamente», sin que se explique por qué la Constitución española actual no permite ni respeta este democrático derecho.

Y «si era impensable que se le admitiera (al rey) -sin- jurar respetar los fueros …» en la época medieval, por qué no mantenemos hoy día la misma receta, máxime si, como se dice, quedó Navarra «Reino de por sí».

Resaltar que el año de 1512 fue «el año en que Navarra es conquistada por las armas por el rey Fernando el Católico -y que- hay que ponerse en la situación de la época: los reyes, cuando conquistaban un territorio, entendían que podían disponer de él a su voluntad …», es justificar el dominio que se nos impuso por la fuerza de las armas, silenciar los hechos militares y sus motivaciones y caer en el ridículo de justificar el resultado de dicha invasión hoy día, ya en pleno siglo XXI.

Al hablar de las guerras carlistas, se elude que la primera sirvió para impedirnos seguir manteniendo nuestras Cortes e imponernos una Constitución extranjera (1839), y en la segunda (1876), se introdujo el cambio de la cantidad fija e inamovible del cupo a pagar al Estado y se instaló la obligatoriedad del servicio militar. En adelante, el cupo a pagar al Estado pasó a ser variable, y siempre ha venido a ser en aumento. Obviarlo, es ocultar la realidad y evadir el debate real. Los aumentos de tributación al Estado han conducido a la disminución correspondiente de competencias, por la falta de liquidez para poder asumirlas.

Vergüenza debía dar presentar el libro de la «Protesta Foral» de 1893, recordando que fue firmado por 120.000 navarros, «en defensa del mantenimiento del régimen propio de Navarra cuando el gobierno -de España- pretendió suprimir el régimen fiscal de Navarra que se había establecido en 1841. La revuelta que provocó, fue la razón de destitución de Gamazo…». Pero el objeto de los navarros no era alcanzar la destitución del ministro, sino conservar el régimen fiscal de Navarra cuando menos. La frase de «pretendió suprimir» es mentirosa, pues la operación concluyó a favor de los objetivos del Estado.

¿Por qué no se explica que no sólo el régimen fiscal, sino la potestad de aprobar presupuestos propios y separados de la constitución del Estado, nos quitaron a los navarros en 1893, y aún no se nos ha devuelto?

Verdaderamente, en la Estatua de los Fueros se puede apreciar que Navarra no ha tenido un gobierno navarro que haya llevado una política propia de Navarra. En el catálogo realizado, con la imagen de la mujer que sostiene la mano alzada en el paseo de Sarasate, en reivindicación de las leyes navarras, se hace anécdota del hecho de que en principio, el proyecto planteaba que figurara un soldado romano. Pero nada se explica a los navarros de por qué el monumento se halla sin inaugurar, ni que, siendo «símbolo de libertad conquistada», ningún paso se haya dado en dicho sentido.

Menos trabajo aún me cuesta descalificar el capítulo dedicado a la existencia y formación del Colegio de abogados, ya que todavía el año 1757 se solicitaba su creación en Navarra, el rey lo aprobaba en 1790 y había que llegar al año 1818 para que se pusiera en marcha, y eso que desde el principio se admitía su dependencia del Consejo General de la abogacía española u organismo correspondiente. Su exposición resulta todo menos una institución de abogacía propia de Navarra.

La realidad es que la exposición vende humo en nostalgia sublimante, para que no queden restos de respeto a nuestra historia real. Que ironía que se afirme que: «El Derecho de Navarra constituye el principal signo de identidad y se identifica con los fueros»: ¡¡Sólo falta que se nos explique cuáles y cuántos fueros lo constituyen y mantienen, sin depender de la Constitución del Estado!!

Publicado por Nabarralde-k argitaratua