Apoderarnos del diálogo

El vigésimo aniversario del acceso de Andorra a la ONU ha traido, de rebote, un regalo para Cataluña. Si los medios de comunicación definían el estado político y económico del Principado como un callejón sin salida hace tan sólo unos meses, ahora en plena situación de emergencia (en palabras textuales del mismo Presidente de la Generalitat) el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon ha quitado hierro a una posible escisión de Cataluña y de Escocia.

 

Ban Ki-moon expresó esta semana la sensibilidad de la ONU en la pervivencia de los derechos internacionales (y sí, también fundamentales) como es el de autodeterminación de los pueblos. Proviniendo de una organización internacional formada sobre todo por países que actualmente disfrutan de su status quo gracias al derecho a la autodeterminación, Ban Ki-moon ha insistido en que la postura de la ONU sobre los nuevos procesos de emancipación en Europa han basarse en el diálogo y en el liderazgo político.

 

En cuanto a liderazgo político, es necesario que la estrategia del Gobierno se defina claramente y que ésta sea reforzada al máximo a través de la unión política y social interna a favor del derecho a decidir. un liderazgo político de roble, firme e incuestionable, tiene que venir de la mano de esta realidad. Pero el diálogo interno también debe ser parte de la estrategia, Ban Ki-moon lo ha dejado claro: la implicación de actores externos en el proceso de independencia de Cataluña necesita de este requisito y no sólo se puede sustentar en la reclamación de un derecho internacional.

 

En unas semanas de ataques del Estado y de chantajes en toda regla, hay que desenmascarar el diálogo: éste no es una miseria de propuesta de financiación a cambio de que el Presidente abandone el barco -y a todo su país detrás- sino que lo son las propuestas reales de los que pretenden hacer oír la voz del pueblo de Cataluña. Una consulta es diálogo. Unas elecciones plebiscitarias son diálogo. Y el Estado lo deniega unilateralmente a todos los catalanes. Este es el diálogo: sigamos las guías de Ban Ki-moon y alcanzaremos la independencia, un horizonte, a día de hoy, mucho más que justificado.

 

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