La segunda operación Cataluña

Me sorprende mucho que el despliegue de medios que el españolismo comienza a hacer en Cataluña sea llamado en los círculos políticos españoles operación Cataluña’. Me sorprende porque es un nombre ocupado: Franco montó una operación Cataluña poco después del asunto Galinsoga, para calmar la irritación cívica del país. No lo logró, al contrario. E ignoro si esto lo podemos aducir como antecedente.

 

Dicen por Madrid que las visitas continuas de ministros y príncipes -hoy lo volvemos a tener aquí- forman parte de la operación. Ninguna sorpresa: Franco llegó a estar un mes seguido, en Barcelona, en 1960, por temor a que la situación se le escapara de las manos. La Vanguardia tituló ‘España en Pedralbes’ (el dictador dormía en el palacio de Pedralbes) e intentó, tanto como supo, hizo avenir al régimen con el país. Nada nuevo, tampoco.

 

Como tampoco es nueva la repentina voluntad de caer simpáticos. ¡Ahora, ahora!, El Instituto Cervantes dice que querría ‘explicar al mundo que existe el catalán’. Ninguna sorpresa de nuevo. En la anterior operación Cataluña Franco permitió timidísimas iniciativas en favor de la lengua, dio a entender que había visto una bandera durante la clausura del Congreso Eucarístico y que había hecho la vista gorda y entró en Montserrat a los sones del Virolai. Nada nuevo: corre a hacer algún gesto antes sea demasiado tarde.

 

Incluso nos prometen regalitos, como entonces. Que regalaron el castillo de Montjuïc, la parte no militar, a la ciudad de Barcelona. Pasó de prisión a museo y Franco en persona se desplazó de nuevo a Barcelona para inaugurarlo. ¿Con qué nos sorprenderán ahora?

 

Sorprende que estos antecedentes, incluso caricaturescos, no sean conocidos. No sean conocidos como mínimo por quienes participan en la actual operación Cataluña y ya participaron en el anterior. Los Godó, notablemente. Y algunos empresarios de renombre y abogados ilustres cuyos padres ya fueron a hacer la pelota a Franco…

 

De todo ello, me sorprende sobre todo que no hayan aprendido la lección. La anterior operación Cataluña tuvo como consecuencia, aunque no deseada, los Hechos del Palau y la aparición en escena de Jordi Pujol, con todo lo que se ha derivado después. Dos tazas, como si dijéramos y visto en la perspectiva de la época.

 

Nada nuevo, pues. Ya se lo encontrarán…

 

http://www.vilaweb.cat/