Da asco

Dice la ley del karma que los efectos de todos estos actos crean las experiencias presentes y futuras y hacen a la persona responsable de su propia vida. Si esto fuera cierto, los catalanes deberíamos haber hecho cosas terribles en nuestra historia anterior y nos hemos reencarnado en un pueblo merecedor del mayor de los castigos.

 

Que vivir en un país en el que todo queda supeditado al odio, cada día más manifiesto por una parte, ya que tiene el poder, del Estado que nos oprime, es terrible. Cada día que pasa las animaladas que dicen son más grandes. Tanto da hablar de Telemadrid como de Jordi Cañas o José Antonio Monago. Unos nos tratan de nazis y el otro de ladrones. En Alemania, este individuos serían procesados, pero aquí les ríen las gracias.

 

Mientras, un gobierno español absolutamente injusto nos toma el dinero y lo reparte, eso sí, amparado en la ley, por lo tanto no podemos llamarle ladrón. Ya se sabe que estamos en un sistema en el que si la mayoría vota quitar el dinero a una minoría y repartirlo de forma que el que tenía más tenga menos que los que tenían menos, eso es legal. A esto le llaman solidaridad.

 

El problema de todo esto es que lo que podría ser una relación de amistad y colaboración se está convirtiendo en una situación de odio. Esto a mí me preocupa. No me gusta nada ver que por querer ejercer un derecho que tienen todos los pueblos tengamos que enfrentarnos y odiarnos. Debemos ser independientes cuando antes mejor, no podemos dilatarlo demasiado. Mejor con amistad porque somos vecinos.

 

Leía que, según el CIS, sólo el 33,7% de los catalanes quiere un Estado independiente. Se ve que hay un 29,4% a los que ya les resulta suficiente mantener el estatus de comunidad autónoma y un 21,4% que se decanta por un Estado federal. Sería interesante saber que haría este 21,4% teniendo presente que convertir a España en un Estado federal es tan difícil como anexionar Alaska con Andorra. No sé si este 29,4% que ven la comunidad autónoma como algo útil podemos reciclarles porque los favorables a una mayor autonomía son ahora el 68,6% de la población y como el camino que llevamos es el inverso todo es posible. La mayoría de los que quieren mantener el Estado autonómico como deben corresponder aproximadamente al 34% que se sienten igual de españoles que catalanes.

 

Estoy seguro de que con un poco más de cultura, de la que carecen, el deseo de seguir en España quedará reducido a los que están de paso y a los que se benefician de un sistema que nos expolia. Seguramente, aunque nos cueste, tenemos que dominar un poco la rabia y el arrebato y ser pacientes. Sea cual sea el método por el que nos hemos de separar, debe ser sólido e irreversible. Los datos del CIS, nada sospechoso de tergiversarlos a nuestro favor, son buenos, pero no indican con seguridad una victoria de nuestra causa.

 

Continuar día a día explicando que estamos pasando del estado del bienestar al estado del malestar gracias al expolio nos ayudará. Aparte de ser cierto, es útil. Aunque las animaladas que dice Monago nos enciendan la sangre, debemos ser pacientes para que cualquiera que esté indefenso, sin poder atender sus necesidades, cuando escuche las barbaridades que dice, que le deben ser útiles para ganar elecciones, se encienda y comprenda que así no se puede seguir.

 

El PP tiene el mérito de haber conseguido un enfrentamiento abierto entre Cataluña y el resto del Estado. Su campaña contra el Estatuto, un Estatuto que ya era de pena, abrió la caja de los truenos. Su llegada al gobierno del Estado queriendo rematar a Cataluña no le ha salido bien. Su nefasta gestión ante la crisis económica lo ha debilitado. Lo único que le queda para despistar es atacar Cataluña. Mientras lo hace, Bruselas ve alarmada como continuamente intentan manipular los datos, hacen previsiones económicas imposibles y todo ésto mientras la gente, asustada, ve que cada día le recortan algún derecho. Cataluña, ahogada, recorta más aún.

 

Por mucho que lo intentaran, no podrían convencer a los parados españoles de que la culpa es de los catalanes. Quizás los distraerán unos minutos, pero cuando el dinero no les alcance para las necesidades mínimas, lo que menos harán es pensar en nosotros. Los ilusos que esperan que la política de Rajoy sirva para paliar, aunque sea un poco, las angustias de los catalanes pronto cabrán en un taxi. Nada. Lo único bueno actualmente es el estado de los pantanos y esto no es debido a la acción política del gobierno español.

 

Ahora es la hora de acallar a Navarro, Rivera y Sánchez-Camacho y decirles que Artur Mas y Oriol Junqueras hacen bien en no aceptar un presupuesto que es una agresión a los ciudadanos y decirles que se vayan a explicar tonterías a Majadahonda, allí se escucharán embelesados. Es la hora, insisto, de apoyar al Gobierno pero sin dejar de hacer presión. La división no nos irá bien. Si hubiera elecciones podrían decidir entre Mas y otra opción, ahora no. Por mucho que queramos no puede haber elecciones hasta 2014. No hay Gobierno alternativo y le debemos apoyar, exigentes pero dándole apoyo. Yo no estoy contento de cómo van las cosas, pero no veo mucha alternativa. No podemos ejercer la independencia exprés porque el Parlamento no tiene mayoría independentista o, al menos, yo no tengo ninguna garantía de un voto mayoritario por la independencia. Quien piense que todos los diputados de CiU votarían por la independencia se equivoca, Tampoco la votarían todos los de ICV. En las próximas elecciones las listas deben hacerse bien, listas independentistas, para prever cualquier situación.

 

Tenemos que estar tranquilos, España fracasa y la independencia es una posibilidad que ya se contempla en el exterior. No harán declaraciones, la diplomacia respeta los estados, pero no son idiotas y la diplomacia trabajará para no quedar fuera de juego ante la eventualidad.

 

http://www.deumil.cat/bloc/2013/05/04/canela/fa-fastic/