El PSC vota a favor de Kosovo

El plenario del mes de abril de 2013 el Parlamento Europeo ha dejado un voto muy importante, de un alto valor político en el actual contexto político catalán: Maria Badia, eurodiputada del PSC, votó a favor de la enmienda que instaba a todos los estados de la UE a reconocer Kosovo.

 

Tal como había ocurrido en anteriores votaciones sobre esta cuestión, el informe sobre Kosovo fue ampliamente aprobado por el plenario, como también lo fue la enmienda mencionada (404 votos a favor y sólo 130 contrarios). Maria Badia (PSC), Raül Romeva (ICV) y yo (CDC) votamos con la mayoría del Parlamento Europeo a favor del reconocimiento de Kosovo, mientras que el PP y el PSOE encontraron sólo la complicidad en el voto negativo de los diputados rumanos, griegos y chipriotas, que son los países que todavía no han reconocido Kosovo.

 

El voto del PSC en el Parlamento Europeo es importante porque cuestiona el discurso político de Pere Navarro en el Parlamento de Cataluña: este insta una y otra vez al gobierno catalán del presidente Mas a negociar sí o sí la legalidad española de la consulta, legalidad que el gobierno del PP ya ha dicho y repetido que no piensa conceder. Hay que recordar que Kosovo accede a la independencia por medio de una declaración unilateral de soberanía proclamada en su parlamento regional, tras constatar que el gobierno de Serbia negó todos los intentos de negociar políticamente una solución al conflicto político y nacional kosovar.

 

Nada es casual en la UE: al día siguiente de la votación en Estrasburgo la Comisión Europea anunciaba que Serbia accedía al reconocimiento de Kosovo, como paso previo a negociar su futura incorporación a la UE. Inmediatamente el gobierno de Rumania accedía también a reconocer a Kosovo, y dejaban a España sólo con Grecia y Chipre como últimos países en «aceptar lo que ya no tiene marcha atrás, el Estado de Kosovo». Las palabras son del presidente alemán Joachim Gauck, que ha vuelto a rogar a España que revise su numantina posición en contra de aceptar la realidad.

 

Una vez más, España vuelve a quedar aislada, marginada y arrinconada. Como en el caso reciente de la patente europea (España fue el único país en rechazar las ventajas porque el español no es considerado idioma oficial de las futuras patentes), por fantasmas internos España se niega a sumarse a la unanimidad europea. ¿Quién es el fanatizado por la identidad?

 

 

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