¿Elecciones plebiscitarias el 27S?

El «bajón»

Toni Aira

De cómo la alegría dura poco en casa del pobre. ¿Verdad que conocen la frase? Pues bien, el caso es que para poder aplicarla hace falta que uno sea pobre o así se considere. Y para estos casos, ¿quién se presenta siempre voluntario y levanta el brazo como los niños que saben la pregunta en clase? El soberanismo, sí, y muy especialmente su expresión política, que es rica en votos pero muy pobre en autoconfianza y amor propio. Y así, después de alcanzar el enésimo acuerdo «imposible» de camino a la culminación del proceso soberanista, y poco después, hace un par de semanas mismo, sucedía que desde los partidos vertían sal en las heridas en vez de lamerlas. Y de ahí lo que un amigo mío mallorquín describía como «el bajón». El decaimiento del ánimo, una vez más.

Ahora en Convergencia hay muy mala sensación, y de ahí por ejemplo las declaraciones del consejero Homs relacionando el posible fracaso de las elecciones plebiscitarias del 27S con el hecho de que Esquerra haya forzado la comparecencia del presidente Mas (ahora, cuando antes la frenó hasta cuatro veces) en la comisión parlamentaria sobre el caso Pujol. CiU realmente no temía que el presidente compareciese, pero lo que les escuece es que lo ven (no sin motivo) como una clara muestra de la deslealtad y del recelo que identifican en los republicanos. Y el caso es que así no irán a ninguna parte, los unos, los otros, y con ellos las esperanzas de que mucha gente ha depositado en el proceso. Están a tiempo de impedirlo o de hundirlo todo definitivamente. Están en poco tiempo, para ser más exactos.

Porque, a ver si nos entendemos: el 27S no hay previstas unas elecciones plebiscitarias. Y no sólo porque los ciudadanos iremos a ellas convocados sin que los partidos hayan confeccionado ningún esquema de candidaturas distinto al de siempre y eso no hará ni clara y ni nítida la lectura del resultado aquí y en la China popular. Las elecciones del 27S hoy por hoy no son plebiscitarias porque los principales actores políticos que han de convertirlas por la vía de los hechos en esto (aunque formalmente la figura no exista) no muestran estar por caso. Al contrario. Y en el estado de confrontación en que se encuentran, unos desconfiando, los otros de «bajón», es evidente que no pueden contagiar el ánimo de saltar la pared a una ciudadanía (especialmente la soberanista y la indecisa que debe decantarse) a quien hoy por hoy básicamente impregnan de su triste estado de ánimo. Veremos cuanto más dura esta broma, pero no debería ser mucho más por aquello de no tentar a la suerte. Porque es cierto y se dice mucho que todo lo que sube baja. Pero no todo lo que baja acaba subiendo de nuevo. ¿A que me entienden?

 

¡Por supuesto que son plebiscitarias!

Quim Torra

El anuncio del presidente Mas de convocar las elecciones del 27S, de acuerdo con el pacto alcanzado con ERC, con la intención política que fueran plebiscitarias, ha abierto también la puerta a la enésima discusión bizantina que tenemos que soportar.

Como es sabido, en los últimos días del imperio romano de Oriente, cuando los turcos ya asediaban Constantinopla, los políticos e intelectuales bizantinos se dedicaban a discutir sobre el apasionante mundo del sexo de los ángeles, en lugar de preparar la defensa de la ciudad ante el previsible ataque enemigo. El 29 de mayo de ese año, la ciudad era conquistada, Constantino XI moría en la defensa y su cabeza decapitada era embalsamada para disfrute de Mehmet II, el Conquistador, el Gran Turco. El rey Alfonso el Magnánimo, preocupado por el derrumbamiento de los reinos cristianos, había seguido una política de intervención en Oriente, en Bosnia, en Albania y finalmente en Constantinopla mismo. Más de 200 soldados catalanes colaboraron en la defensa de la ciudad. La guarnición catalana era liderada por Pere Julià. Según algunos historiadores, «tuvieron el honor de ser los últimos en sucumbir en el recinto amurallado».

No sé, quizás es por eso que a los catalanes se nos ha metido en el ADN estas locas ganas de adentrarnos en discusiones que no llevan a ninguna parte, o que si llevan a alguna es al desastre.

Las elecciones del 27S son y serán plebiscitarias. Punto y final. ¡Sólo faltaría! No llevamos todos estos años como para haber llegado hasta aquí y que ahora no sólo nos faltásemos al respecto, sino que nos burlásemos de nosotros mismos si no le supiéramos dar este carácter plebiscitario-constituyente.

Todo habrá tenido sentido, todos estos meses arriba y abajo no se habrán perdido, si el 27S votamos en clave plebiscitaria. Y esto, sólo depende de nosotros, los electores, del pueblo de Cataluña. Este es el dato que lo cambia todo y que hace que cada uno de nosotros sea responsable de este tramo final que nos queda. No pidas qué pueden hacer las plebiscitarias por ti, sino qué puedes hacer tú por las plebiscitarias.

Cuando el Sr. Duran afirma que no son plebiscitarias, al igual que la Sra. Sánchez Camacho o D. Joan Herrera (extraños compañeros de viaje), lo que sencillamente están diciendo es que lo que no quieren es la independencia de Cataluña. No hay problema, esperaremos a conocer qué argumentos dan para que nos convenga seguir dependiendo de España. ¿Cómo podemos gestionar mejor y con más recursos nuestra sanidad, nuestra educación, nuestras infraestructuras o nuestra cultura? Porque las elecciones del 27S, y los meses que ahora tenemos hasta esa fecha, son para eso: para conocer cómo sueña cada partido la futura República Catalana o, en su caso, cómo pretende manejar la actual Comunidad Autónoma. Qué espléndida ocasión tienen para deslumbrarnos con el país que vendrá o para justificar el que ser parte de España es formidable. No todos los días se estrena un Estado. Que lo sepan aprovechar.

Por eso el 27S lo rompe todo, porque obligará a todos los partidos, y a sus dirigentes y militantes, a argumentar si quieren continuar siendo una provincia española o aspiran a un nuevo país. El 27S son argumentos, contraste de opiniones, datos, futuro. Ahora ya sabemos que vamos a votar por la independencia. No hace falta discutir más. Son plebiscitarias porque las haremos plebiscitarias. ¿O es que alguien duda de que piensan -si son o no plebiscitàries- los dos millones de catalanes que votaron sisi el 9N? Ahora, que los partidos hagan su oferta. Y nosotros a votar por la independencia. Y se espera de todos los que aspiran a la independencia de Cataluña el coraje y la decisión como para, si es necesario, enfrentarse a los dirigentes del partido que les impidan votar de acuerdo con su conciencia.

Si me dejan ponerme en plan Churchill, aunque haya políticos que nieguen el carácter plebiscitario, por más tertulianos unionistas que insistan en ello, no flaquearemos ni fracasaremos. Porque no depende de ellos, sino de nosotros llegar hasta el final. Lucharemos en la calle, lucharemos en las plazas y en los artículos y los libros, lucharemos en las redes sociales con confianza y fuerza crecientes; defenderemos el plebiscito del 27S al precio que sea. Lucharemos en las playas, lucharemos en los campos y las calles, lucharemos en las montañas, no nos rendiremos nunca. Por supuesto que son plebiscitarias; en el 27S nos va la vida.

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