¿Cómo queda, pues, la hoja de ruta hacia la independencia?

Últimamente han surgido varias contradicciones entre miembros de las dos fuerzas políticas principales que conforman la candidatura que ganó las pasadas elecciones del 27S y que nos ha generado cierta confusión y perplejidad.

La controversia se centra no sólo sobre el plazo máximo de 18 meses que este gobierno de transición (que tanto ha costado conformar) debería durar, sino especialmente sobre si está prevista en esta legislatura una proclamación de independencia, tal como la hoja de ruta preveía explícitamente.

En este sentido, cabe recordar que la hoja de ruta de Juntos por el sí afirmaba que si los ciudadanos de Cataluña escogíamos una mayoría de diputados en favor de la independencia, el Parlamento aprobaría una declaración solemne en la que se proclamaría que, en virtud del mandato recibido de la ciudadanía, comenzaría el proceso de independencia (extremo que así se hizo el pasado 9N). A partir de entonces, por un lado se debía iniciar la elaboración de la Constitución de la futura República Catalana con la participación de la sociedad civil y, por el otro, terminar las estructuras de Estado imprescindibles para ejercer la plena soberanía en todos aquellos ámbitos en que hoy la Generalitat todavía no lo ejerce.

Culminada esta primera etapa, la repetida Hoja de Ruta preveía la proclamación de la independencia por parte del Parlamento, aprobando entonces una ley de transitoriedad jurídica que nos permitiera desconectar respecto al ordenamiento jurídico español vigente.

No obstante, últimamente, el propio nuevo Presidente de la Generalitat, así como diferentes miembros de la candidatura de Juntos por el sí afirmaron sorprendentemente que dicha proclamación de independencia no está prevista en la Hoja de Ruta de este Gobierno, defendiendo la necesidad de un referéndum previo, que todos sabemos perfectamente que en ningún caso el Estado español nos permitirá celebrar.

Consiguientemente, volvemos a estar como al principio. Estamos defendiendo un referéndum quimérico que nunca podrá ver la luz si no es que antes nos hayamos declarado independientes, lo que nuevamente nos hará perder aún más tiempo y esfuerzos de los que ya perdimos para poder invertir un Presidente. Estamos aparentemente sin una Hoja de Ruta clara, que nos indique a los convencidos y a los indecisos que sabemos muy bien qué queremos hacer y, lo que es más importante, que sabemos muy bien cómo lo queremos hacer. Sin claridad y convicción por parte de la clase política, difícilmente lograremos la independencia. Por este motivo, si lo que propusieron (y una gran mayoría fuimos votar a favor de ello) en la Hoja de Ruta ya no está vigente, es necesario que nos aclaren cuanto antes cómo piensan llevar a nuestro pequeño y gran país hacia su independencia. Nos lo merecemos.

TRIBUNA CATALANA