La respuesta catalana en el siglo XXI

Al amparo del Institut d’Estudis Catalans, y con el soporte de la Fundació Enciclopèdia Catalana y la Fundació La Caixa, los profesores Salvador Giner y Oriol Homs son los directores de Raó de Catalunya, un análisis ambicioso y coral de Catalunya como sociedad, como región económica y como sujeto político, que viene a actualizar su otro ensayo, La societat catalana, publicado a finales de siglo pasado.

En unos tiempos marcados por los efectos de la globalización, la sociedad en red, las consecuencias del mesianismo político, el ultraliberalismo y el populismo, Raó de Catalunya quiere explicar con datos objetivos, pero sin renunciar a la pasión patriótica, cuál ha sido el impacto de estos procesos en Catalunya y, más importante todavía, cuál ha sido la respuesta catalana a estos nuevos desafíos.

Embellecido con una delicada y elegante erudición, el lector no puede sino disfrutar de un libro y de una propuesta interpretativa que, más allá de las aportaciones estadísticas, se basa en clásicos del pensamiento catalanista como Josep Maria Ferrater Mora y Les formes de la vida catalana, en Jaume Vicens Vives y su Notícia de Catalunya, y el Nosaltres els valencians, de Joan Fuster, entre otros. El elogio ferrateriano del deseo de continuidad, el juicio, la medida, la ironía o, a propósito de Vicens y de la tradición heredada de los tiempos medievales de Eiximenis, la tozuda pervivencia de una voluntad de ser y de un carácter pactista y dialogante, así como la reivindicación desacomplejada de la noción de países catalanes, son algunos de los rasgos del carácter catalán, de sus formas de vida, reseguibles a través de los siglos y que la obra reivindica sin complejos.

Como si se tratara de coger el guante de las advertencias y las ansias descritas a escala planetaria por Zygmund Bauman, Edgar Morin o Richard Florida, que nos hablan de tiempos líquidos y posmodernos, y la aceptación, como habituales, de los continuos cambios geográficos, laborales y conyugales en la vida de los hombres y las mujeres de hoy, Giner y Homs nos presentan una sociedad catalana ciertamente dominada por el fin de las seguridades y la diversidad –el 35% de la población catalana ha nacido fuera de Catalunya; en la actualidad en el Principado existen más de 1.360 lugares de culto de “minorías religiosas”– pero que también se distingue por su persistente voluntad de ser, así como por su gran capacidad de integración.

En unos momentos marcados en Catalunya por los populismos de izquierdas y la hegemonía de una agenda “social” autocomplacida con las recetas políticas de subsidios, rentas mínimas y subvenciones a diestro y siniestro como garantía de cohesión social, no tendría que pasar desapercibido que, como explican Giner y Homs, la clave de la capacidad integradora de la sociedad catalana ha sido y sigue siendo su capacidad de creación de riqueza. Interesante es también la alerta de los autores en relación con la paradójica persistencia, pero también fragilidad, de la nación catalana, lo bastante cohesionada para resistir los intentos de asimilación española pero hasta hoy todavía débil como para haber podido construir el propio Estado.

Si el proceso que vive Catalunya se encuentra delante de una encrucijada, en un callejón sin salida o si justo acaba de entrar en una rotonda con muchas salidas, es al lector a quien corresponderá decidirlo. En todo caso, cómo habría dicho J.V.Foix, “los bellos caminos se multiplican allí donde creéis que se acaba la carretera”. Con la Raó de Catalunya que nuestra nación es un pueblo que viene de antiguo y que, con globalización o sin, ha venido para quedarse, queda acreditado.

LA VANGUARDIA