Las declaraciones de Mercè Conesa

En la extensa e interesante entrevista que días atrás hizo Nació Digital a Mercè Conesa, en calidad de presidenta de la Diputación de Barcelona, hay una frase que ha tenido un gran revuelo. Le preguntan sobre si podría ser que no hubiera referéndum en 2017 y ella responde: «Puede haber esa posibilidad. Nos podemos encontrar con ella. Tenemos que ser realistas». Y a continuación argumenta su opinión sobre la cuestión. Argumenta que en caso de que la acción de España provocara un bloqueo y que el grueso de la gente del «no», no fuera a votar, se produciría una deslegitimación del referéndum a ojos internacionales.

Bueno, es obvio que en un referéndum la participación es importante que esté por encima de unos mínimos. En eso tiene razón, y también la tiene en intuir el intento de bloqueo del Estado. Del Estado español no sólo podemos esperar cualquier arbitrariedad antidemocrática, sino que podemos tener la certeza de que lo que ha hecho hasta ahora sólo son migajas comparado con lo que es capaz de hacer llevado por su paroxismo nacionalista. La pregunta es si esto nos debe intimidar o nos debe afianzar aún más en la convicción de que permanecer bajo el yugo español constituye un suicidio. Es un buen debate, un debate que a nadie debe dar miedo. Pero también debemos tener en cuenta que, a menos que presiones internacionales se lo obliguen, el Estado español, carente de la cultura democrática del Reino Unido, siempre intentará bloquear toda acción autodeterminista de Cataluña, y siempre veremos boicoteado el referéndum por parte de la mayoría de los del «no». Lo boicotearán porque están tan convencidos de su derrota que no tienen otra salida, además de prohibirlo.

Huelga decir que los órganos periodísticos del españolismo en Cataluña están al acecho de la más mínima contradicción oral de alguna persona vinculada a la independencia para poder sobredimensionarla y elevarla a la categoría de apocalipsis. Su falta de argumentos democráticos es tan inmensa, que necesitan con desazón provocar el enfrentamiento entre quienes no piensan como ellos. Por ello, de las 2.934 palabras que dice Mercè Conesa en la entrevista, han cogido 13 para hacer hervir la olla. Ella, sin embargo, no hace más que expresar sus legítimos dudas personales sobre una cuestión que le preocupa, como a mucha gente, resaltando que no es miembro del Gobierno, y que es este, con el presidente Puigdemont a la cabeza, quien toma las decisiones. Y añade algo que el españolismo, curiosamente, ha obviado. Esto: «La Diputación tendrá un papel leal al Parlamento y al Gobierno. […] No tengo ninguna duda de que la gran mayoría de ayuntamientos que están en la Asociación de Municipios por la Independencia se posicionarán para hacer que el referéndum sea posible. […] Yo quiero que esto ocurra con un referéndum, y que en este referéndum gane el «sí» a una Cataluña independiente y libre».

Yo no veo ninguna contradicción entre los temores expresados más arriba y la lealtad al Gobierno y al país que expresan estas últimas palabras. Pienso que son las palabras de una persona noble y honesta que dice lo que piensa y que nunca abaratará el sueño si su pueblo, su gobierno y su Parlamento deciden convertirlo en realidad. Como dice el presidente Puigdemont: «Celebraremos el referéndum en 2017 de forma indefectible». Puestos a buscar contradicciones, estaría bien que los brazos mediáticos de españolismo en Cataluña se miraran a sí mismos. No hay nada más patético que no darse cuenta de que estar en contra de la libertad de tu país es estar en contra de tu propia libertad.

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