Agustí Colomines: «El referéndum no pondrá nadie en peligro»

Entrevista al director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña

Hace poco más de un año que fue nombrado director de la Escuela de Administración Pública de Cataluña con el objetivo de impulsar una renovación a fondo de la institución que forma los funcionarios. Agustí Colomines (Barcelona, ​​1957), profesor de historia contemporánea de la UB, también fue el hombre escogido por Artur Mas para dar forma a la Casa Grande del Catalanismo a través de la dirección de la Fundación CatDem de CiU (2007-2013).

 

– ¿La reforma de la Escuela de Administración Pública que preparan tendrá sentido sin independencia?

– Sí. Es cierto que el motor que ha permitido hacer este cambio es el proceso, pero la necesidad del cambio en la Escuela existe. La formación ha cambiado mucho. Vivimos en la sociedad del conocimiento y necesitamos un cambio de mentalidad respecto a qué tipo de habilidades debemos dar al servidor público.

 

– ¿El grueso de la reforma, sin embargo, son de competencias que ya tiene el Gobierno?

– Sí, lo podríamos hacer casi todo. Nosotros podemos tener el enemigo en casa. Puede haber gente de mentalidad estrecha que diga: «No, eso es competencia mía». El modelo de formación del funcionario hasta ahora ha sido errático y disperso. Ahora imparten formación las diputaciones, las asociaciones municipalistas, los sindicatos, cada departamento, las escuelas específicas y, además, nosotros, la Escuela de Administración Pública.

 

– El Gobierno siempre dice que los funcionarios deben estar al margen del proceso, pero si se quiere hacer un referéndum y no un 9-N serán necesarios muchos funcionarios, como en cualquier domingo electoral. ¿Cómo se hará?

– El referéndum será legal porque se quiere hacer una norma. Y a partir de esta norma actuarán todos los funcionarios. No veo más complicación.

 

– Usted sabe como yo que esta norma será recurrida en el minuto 1 después de ser aprobada, y entonces tendrán que elegir qué legalidad quieren seguir.

– Pues ya hablaremos en el momento en que ocurra esto, no puedo especular. Ahora bien, yo confío y creo que la cobertura legal no pondrá a nadie en peligro.

 

– El gobierno español se atribuyó el poder de tomar el control de los Mossos, y el día del referéndum podría hacerlo y obligarlos a poner precintos o retirar urnas. Si esto ocurre, tendremos otro conflicto con funcionarios.

– Podemos tener otro conflicto, sí. Pero también le diré que en este proceso habrá algún momento de conflicto. Intentar pensar que no será así es imposible. Ahora bien, ningún gobierno puede trasladar a cada persona la decisión que debe tomar. Debe establecer una norma y después que la gente colectivamente actúe en consecuencia. Yo siempre digo que son los políticos los que deben encontrar soluciones a los problemas que vaya generando el proceso.

 

– Pero al ciudadano sí se le pide que se movilice permanentemente.

– Es que si el ciudadano no se moviliza, cerramos el chiringuito. Todos los procesos de cambio necesitan de la gente, y cuando no participa los llamamos golpes de estado. Cuando sí lo hacen lo llamamos revueltas.

 

– Viendo su trayectoria política siempre ha tendido a las izquierdas, pero es una persona de confianza de Artur Mas…

– Yo tengo unas profundas convicciones de izquierdas, aunque no me las reconozca nadie. Pero creo que la izquierda catalana tiene un problema de maneras de hacer política que me alejan muchísimo de ellos. Yo siempre digo que si fuera español sería del PSOE. Cada vez me he sentido más cerca de un cierto liberalismo progresista, y es ahí cuando la oferta que me hizo Artur Mas para dirigir la Casa Grande del Catalanismo me cautivó porque me permitía poner en marcha algo más allá de los partidos. Ahora bien, también es verdad que muchos de ellos no se la creyeron. Artur sí, pero muchos otros no, porque los partidos son muy sectarios, todos.

 

– Uno de los problemas que tenía CiU y tiene el PDECat es la credibilidad de los conversos.

– En la vida los cambios los hacen los conversos, no nos engañemos. Yo me he educado en el independentismo y, por tanto, no tiene ningún mérito que yo ahora lo siga siendo. El mérito lo tienen los que en algún momento han visto que esta es la solución.

 

– ¿Es una de las personas que hizo que Mas se convirtiera en independentista?

– Sí, no soy el único, pero sí. Con sinceridad, es de la parte de la que me siento más orgulloso, ya que en otras cosas no me ha hecho caso.

 

– Usted en Twitter y en sus artículos no se muerde la lengua. Ahora que tiene un cargo de Gobierno, ¿no le han llamado la atención?

– No, la bestia la compraron entera. También es cierto que quizás ahora sí que cuento hasta tres antes [risas].

ARA