¡Referéndum, República, sí!

Este es el lema de la nueva campaña que pone en marcha la plataforma Esquerres per la Independència. Un lema y una campaña que llegan en el momento preciso, ya que en los próximos meses se deberá dirimir el futuro político (y por tanto, también social, económico, cultural, ambiental…) de nuestro pueblo.

La gente de izquierdas, en defensa de los valores de la libertad, la igualdad y la justicia social, tenemos al alcance, aquí y ahora, lo que se nos negó hace 40 años: construir una sociedad radicalmente democrática, próspera, solidaria y libre de la herencia, los malos usos y los peajes de la dictadura franquista.

La construcción de la República Catalana es una oportunidad histórica para superar un régimen decadente donde la corrupción es sistémica y está en claro retroceso en lo que respecta a derechos sociales y libertades; un instrumento para dotarnos, a través de un proceso constituyente popular y participativo, de un nuevo marco político, jurídico y administrativo que promueva la redistribución y la articulación efectiva del poder popular.

El referéndum es la vía para ejercer el internacionalmente reconocido derecho de autodeterminación, es decir, el mecanismo mediante el cual, respondiendo a una pregunta binaria y diáfana, los pueblos pueden decidir libremente su futuro; principio básico para un ordenamiento jurídico democrático.

TENACIDAD Y DETERMINACIÓN

La realidad, sin embargo, es tozuda, y la cultura democrática del Estado español, más bien escasa. Por este motivo, lo que el derecho internacional prevé y en otros lugares se ha ejercido sin tropiezos, nosotros nos lo tendremos que ganar con tenacidad y determinación, trabajando conjuntamente el pueblo organizado, el conjunto de representantes electos y la mayoría parlamentaria defensora del derecho a decidir, teniendo claro que la fuerza vital del proceso es la de la calle.

Pero el referéndum, además de convocarlo, hay que ganarlo.

Para nosotros la independencia va mucho más allá de una simple modificación de fronteras y un cambio de banderas, debe ser entendida como una oportunidad real de construir un futuro mejor, de dotarnos de un Estado, de una República, que garantice los derechos fundamentales como la vivienda, la educación, la salud y el trabajo digno, y que dé respuesta a los retos y problemas reales como la pobreza, el transporte público, los desequilibrios territoriales, el respeto al medio natural o la defensa de la lengua como herramienta de cohesión social.

Hace falta una concepción de la actividad económica que asegure la calidad y la sostenibilidad de la vida, que supere la división sexual del trabajo y asuma consecuentemente la centralidad de las tareas de cuidado y de reproducción social. Queremos construir una República que haga de la igualdad efectiva de mujeres y hombres un eje vertebrador de todas las políticas públicas y de la erradicación de las violencias machistas una cuestión de Estado urgente.

Una República sin discriminaciones de género, de orientación sexual, de diversidad funcional o de origen y que garantice tanto la plena paridad de mujeres y hombres en todos los espacios de deliberación y decisión como la participación de todas las personas al margen de sus orígenes o procedencias. En la República que queremos construir todas las personas seremos recién llegadas y bienvenidas.

En definitiva, ahora y aquí, queremos y podemos construir una República donde valga la pena vivir y donde todos y todas podamos ser verdaderamente libres.

RUPTURA CON UN RÉGIMEN DEMOFÓBICO

Es imposible avanzar en la construcción de una sociedad más justa en el actual marco político, jurídico, administrativo y mediático. La reversión de las políticas de desposesión de la mayoría y el desarrollo de políticas en favor de la justicia social requieren ejercer la plena soberanía constituyente y procesos de empoderamiento popular.

Entendemos la construcción de la República Catalana como la mejor contribución posible a la solidaridad con el resto de pueblos que sufren el régimen monárquico español. Estamos convencidas y convencidos, y cada día se hace más patente, que la ruptura democrática con un régimen demofòbic a partir del derecho de pueblos a decidir su futuro es la mejor contribución a que los cambios en España no sean a peor. Ahora mismo, y no en sueños utópicos, Catalunya puede ser y será una puerta abierta a la libertad y la justicia social para todos los pueblos, que como demócratas deseamos republicanos.

Tenemos un nuevo mundo al alcance y no podemos ahorrar esfuerzos para llegar. Necesitaremos firmeza y solidaridad, convicciones y complicidades, movilizaciones, conversaciones y sonrisas de victoria. Por ello expresamos, una vez más, nuestro apoyo a Esquerres per la Independència que, inicia la campaña por el Sí, el Referéndum y a la República.

Este es el lema de la nueva campaña que pone en marcha la plataforma Esquerres per la Independència. Un lema y una campaña que llegan en el momento preciso, ya que en los próximos meses se deberá dirimir el futuro político (y por tanto, también social, económico, cultural, ambiental…) de nuestro pueblo.

La gente de izquierdas, en defensa de los valores de la libertad, la igualdad y la justicia social, tenemos al alcance, aquí y ahora, lo que se nos negó hace 40 años: construir una sociedad radicalmente democrática, próspera, solidaria y libre de la herencia, los malos usos y los peajes de la dictadura franquista.

La construcción de la República Catalana es una oportunidad histórica para superar un régimen decadente donde la corrupción es sistémica y está en claro retroceso en lo que respecta a derechos sociales y libertades; un instrumento para dotarnos, a través de un proceso constituyente popular y participativo, de un nuevo marco político, jurídico y administrativo que promueva la redistribución y la articulación efectiva del poder popular.

El referéndum es la vía para ejercer el internacionalmente reconocido derecho de autodeterminación, es decir, el mecanismo mediante el cual, respondiendo a una pregunta binaria y diáfana, los pueblos pueden decidir libremente su futuro; principio básico para un ordenamiento jurídico democrático.

TENACIDAD Y DETERMINACIÓN

La realidad, sin embargo, es tozuda, y la cultura democrática del Estado español, más bien escasa. Por este motivo, lo que el derecho internacional prevé y en otros lugares se ha ejercido sin tropiezos, nosotros nos lo tendremos que ganar con tenacidad y determinación, trabajando conjuntamente el pueblo organizado, el conjunto de representantes electos y la mayoría parlamentaria defensora del derecho a decidir, teniendo claro que la fuerza vital del proceso es la de la calle.

Pero el referéndum, además de convocarlo, hay que ganarlo.

Para nosotros la independencia va mucho más allá de una simple modificación de fronteras y un cambio de banderas, debe ser entendida como una oportunidad real de construir un futuro mejor, de dotarnos de un Estado, de una República, que garantice los derechos fundamentales como la vivienda, la educación, la salud y el trabajo digno, y que dé respuesta a los retos y problemas reales como la pobreza, el transporte público, los desequilibrios territoriales, el respeto al medio natural o la defensa de la lengua como herramienta de cohesión social.

Hace falta una concepción de la actividad económica que asegure la calidad y la sostenibilidad de la vida, que supere la división sexual del trabajo y asuma consecuentemente la centralidad de las tareas de cuidado y de reproducción social. Queremos construir una República que haga de la igualdad efectiva de mujeres y hombres un eje vertebrador de todas las políticas públicas y de la erradicación de las violencias machistas una cuestión de Estado urgente.

Una República sin discriminaciones de género, de orientación sexual, de diversidad funcional o de origen y que garantice tanto la plena paridad de mujeres y hombres en todos los espacios de deliberación y decisión como la participación de todas las personas al margen de sus orígenes o procedencias. En la República que queremos construir todas las personas seremos recién llegadas y bienvenidas.

En definitiva, ahora y aquí, queremos y podemos construir una República donde valga la pena vivir y donde todos y todas podamos ser verdaderamente libres.

RUPTURA CON UN RÉGIMEN DEMOFÓBICO

Es imposible avanzar en la construcción de una sociedad más justa en el actual marco político, jurídico, administrativo y mediático. La reversión de las políticas de desposesión de la mayoría y el desarrollo de políticas en favor de la justicia social requieren ejercer la plena soberanía constituyente y procesos de empoderamiento popular.

Entendemos la construcción de la República Catalana como la mejor contribución posible a la solidaridad con el resto de pueblos que sufren el régimen monárquico español. Estamos convencidas y convencidos, y cada día se hace más patente, que la ruptura democrática con un régimen demofòbic a partir del derecho de pueblos a decidir su futuro es la mejor contribución a que los cambios en España no sean a peor. Ahora mismo, y no en sueños utópicos, Catalunya puede ser y será una puerta abierta a la libertad y la justicia social para todos los pueblos, que como demócratas deseamos republicanos.

Tenemos un nuevo mundo al alcance y no podemos ahorrar esfuerzos para llegar. Necesitaremos firmeza y solidaridad, convicciones y complicidades, movilizaciones, conversaciones y sonrisas de victoria. Por ello expresamos, una vez más, nuestro apoyo a Esquerres per la Independència que, inicia la campaña por el Sí, el Referéndum y a la República.