Carles Puigdemont: «La gente es la garantía del referéndum»

«Es importante lo que ha pasado en Valls porque la reacción ha creado escuela»
«Si el Estado cree que metiendo miedo a los que representamos el deseo de la población resuelve el problema se equivoca»

 

CARLES PUIGDEMONT PRESIDENTE DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA

-Venimos de cuatro días muy convulsos, quizás los más convulsos en la historia reciente de este país. ¿Qué valoración hace?
-Para algunos estos días no son los más convulsos sino los más ilusionantes y esperanzadores. Es un privilegio esta mezcla de momento trascendental en el que pasan muchas cosas combinada con la ilusión de lo que hemos perseguido tanto tiempo y está muy cerca.

-Estos tres días en el Parlamento hemos vivido algún episodio que no sé si usted había previsto …
-Estaba previsto un poco, incluso este uso forzado del reglamentarismo por parte de la oposición, al que tienen derecho. Esto hizo que se alargara mucho más allá del primer cálculo horario que habíamos hecho. Pero intuíamos que las cosas irían como fueron …

-Le ha quedado algún sabor extraño de estos días?

-Sí, porque utilizar el Parlamento, que hay mucha gente que ha dado la vida por mantenerlo, deliberadamente sólo para intentar embadurnar y crear una sensación de crispación, para ver si se traslada a la sociedad, esto es triste y decepcionante, porque esto va mucho más allá de la política. Hubo bastantes momentos en que se faltó al respeto a la presidenta del Parlamento y a la institución. Desde Juntos por el Sí intentamos siempre dar un tono sereno, serio, trascendente… Aguantamos y tener mucha paciencia, pero no todo el mundo lo hizo. Desde este punto de vista sí hay un cierto sabor, una imagen que no nos gustó. Quizás había alguien a quien ya le iba bien …

-¿Esta es la imagen que quería que hubiera, la oposición?
-Dio la impresión de que había un grupo de la oposición, no sé si todos, que buscaba eso, una provocación. Hay en marcha una Operación Provocación en Cataluña. Que a los que nos ilusiona, que nos hace sonreír, se ponga un poco de vinagre. Avinagrarse un poco da la sensación de que es un éxito ya para los que queremos votar. Había un cierto diseño, una ingeniería del batiburrillo, sí.

-Los líderes de algunas formaciones hablaron muy a menudo de fractura del país. ¿Usted cree que estamos ante una ruptura?
-Está claro que no. Ya les gustaría quizás algunos, porque eso justificaría su narrativa, pero todo el mundo que viva en Cataluña verá que como en todos los países maduramente democráticos hay opiniones de todo tipo, discrepancias … ¡Claro que las tiene que haber! Yo quiero que mi país no tenga miedo de discrepar y que se respete la opinión del otro y que cuando las cosas son bastante importantes, pues no sólo debatirlo, sino poder ponernos de acuerdo en cómo resolvemos las discrepancias. ¿Y cómo se resuelven las discrepancias en democracia? Pues votando. Es lo que intentamos hacer y esto lo ve la mayoría. Otra cosa es el teatro que algunos quieren fabricar en el Parlamento para hacer creer que … pero cuando salimos a la calle, todos tenemos amigos y conocidos que piensan diferente de nosotros y nos respetamos mayoritariamente.

-Usted dijo aquello de «o referéndum o referéndum» y ahora estamos en la segunda parte, la unilateral. ¿Esta era la mejor solución?
-Es la única solución posible. Por lo tanto, al ser la única, es la mejor y debe ser la peor. No era la mejor que habíamos planteado ni nuestra prioridad, que era acordar un referéndum con el Estado. Pero prima por encima de todo el derecho de los catalanes a votar, que es irrenunciable. La última palabra no la pueden tener unas élites burocráticas, jurídicas, políticas o económicas, que es el modelo que nos piden que aceptamos. No. Con un tema tan relevante, la última palabra la tendrá el pueblo.

-Es evidente que no hay marcha atrás a estas alturas …
-Por nuestra parte, no. Por parte del gobierno español, tiene una marcha atrás posible: sabe que hasta el último minuto nosotros tenemos la puerta del diálogo abierta, y si cree que puede acordar con la mayoría social del pueblo de Cataluña de qué manera los catalanes podemos votar, volveríamos al plan prioritario del referéndum acordado.

-¿Qué siente cuando lee los titulares de «Desafío» o «Golpe de estado» de la prensa estatal?
-Me he blindado bastante de esto y tengo la convicción de que no me pierdo demasiado nada. Creo que leyendo uno los lees todos. Hay como una especie de mesa de redacción única, que es un pensamiento bastante único, tristemente, que sirve a la opinión pública española una única narrativa sobre lo que está pasando en Cataluña. Aquí hay una parte de la explicación del bloqueo político y mental para intentar entender y aportar soluciones. Esta burbuja mediática.
Se ve venir que será muy complicado a partir de ahora. Ayer mismo teníamos la Guardia Civil en un semanario, El Vallenc ‘, vigilando también una planta de impresión en Constantí …
Sí, ya sabíamos que la única alternativa que ellos creen que tienen, y que nosotros vemos que piensan, es la del miedo, el acoso, la utilización de nuevo de todo el inmenso poder que tiene el Estado. ¡No hace falta ser muy valiente, eh, para hacerlo! Lo que hace falta es ser valiente para plantarse ante ello. Estaba formando parte de lo previsto. Yo creo que van muy mal encaminados. Han tenido que llegar a rodear un medio de comunicación, entrar en un medio de comunicación, ¿con qué pruebas? ¿Exactamente por qué?

-La Guardia Civil buscaba papeletas o material relacionado con la consulta. ¿Lo encontrarán?

-Como se puede imaginar, no conozco estos proveedores, no lo puedo tener, este conocimiento … Hacer un referéndum no es un delito en España, quedó despenalizado, por tanto, preparar un referéndum no es un delito. Delito es la droga, las armas, el terrorismo, el fraude fiscal … Pero esta celeridad para buscar urnas y papeletas, que nunca pueden ser elementos delictivos, nos indica alguna de las razones por las que también hay una inmensa mayoría de ciudadanos que ya tiene bastante.

-También hemos visto el TC y la fiscalía desplegando todo lo que jurídicamente podían. ¿Prevé que la acaben suspendiendo de funciones con el cambio en la ley del TC?
-Tenemos el deber de preverlo todo, si modificaron este artículo será por algo. Por cierto, todos los que se han hecho tanto los ofendidos porque el Parlamento queríamos tener un reglamento que permitiera que los grupos de la oposición pudieran tramitar propuestas por lectura única como tienen prácticamente todos los parlamentos autonómicos, han callado cuando el Congreso modificó por lectura única y por trámite de urgencia la ley del Tribunal Constitucional que permite eso que dice usted. Que no es otra cosa que cualquier día de estos puedan suspender cualquier cargo público en Cataluña. En todo caso es el Estado quien debe responder si cree que esto sería una buena solución para resolver la demanda catalana.

-¿Tampoco le extrañaría que aplicaran el artículo 155?
-No me extrañaría nada, pero no olvidemos que el Parlamento de Cataluña ha aprobado una ley que supera todo esto, y ya no puede ser impugnada por este sistema político español. Es una ley vigente, que emana de la soberanía del Parlamento de Cataluña.

-¿Por lo tanto, usted no considera la ley suspendida por el TC?

-Es que no la puede suspender. Hay una nueva legalidad catalana amparada en la legitimidad de las elecciones de 2015, en los derechos humanos y el derecho a la autodeterminación de los pueblos al que el Parlamento nunca ha renunciado. Y, por tanto, esta legislación prevalece y nos ampara para organizar el referéndum del 1-O.

-Su actuación y la del gobierno desprende convicción política, ¿pero le da respeto la amenaza de prisión o demandas por el patrimonio?

-Siempre te da respeto, eso. Quien diga que no, miente. A todos nos da respeto. Es más, deseamos que no ocurra. Pero es una posibilidad. Es un recurso más de los que tiene el Estado. Si el Estado cree que metiendo miedo, persiguiendo, represaliando, intentando arruinar la vida de las personas que representamos el deseo de una parte importante de la población, con ello ayuda a resolver el problema, seguramente lo utilizarán. Pero yo creo que se equivocan de cabo a rabo. Esto no es que no sea una solución, es que lo empeora todo muchísimo.

-Usted se refería a estas amenazas como una campaña para meter miedo, que ahora se individualiza con requerimientos personales. Cree que esto puede tener incidencia en el resultado del 1-O?

-Yo creo que al revés. La gente ha entendido que conceder espacio al miedo es la victoria del que nunca nos dejará votar. El resultado será el que tenga que ser y si en este contexto de poner todos los votos en la urna gana el no, tenemos que estar contentos, porque es un no soberano. Uno no del pueblo de Cataluña. Y contra eso no podemos hacer nada. Si cada uno entiende que tiene un pedazo de responsabilidad en las manos, y que es bien sencillo ejercerla y tiene cero riesgo, cero, y va a votar, hemos ganado.

-Sin embargo, el fiscal general ha dado instrucciones a todas las fiscalías de Cataluña para que actúen y de alguna manera da pie a la actuación de cualquier cuerpo. ¿Los Mossos investigarán dónde están las urnas y las papeletas?
-A ver, cada uno debe hacer el papel que le toca. Estamos hablando de futuro, de hacer un país nuevo, y superar todos estos obstáculos. No nos dejemos arrastrar por esta lógica y decidamos en libertad. Los Mossos son una policía profesional al servicio de las instituciones y el pueblo de Catalunya. Y han recibido el apoyo, diría incondicional, de los ciudadanos de Cataluña por su buen hacer. No habrá nada que pueda romper eso. Los ciudadanos de Cataluña confían en los Mossos, una policía profesional que no actúa por criterios políticos. Hay partes de algunos cuerpos que se han prestado al juego de la política. No es el caso, por suerte, de la policía de Cataluña.

-Si le pregunto dónde están las urnas no me lo dirá.
-Le puedo decir dónde estarán las urnas el día 1. Estarán en su lugar.

-¿Y el censo?
-Todos los procesos electorales necesitan censos, papeletas, urnas, información, piden que la gente participe. Nos hemos dejado arrastrado a un debate muy procedimental con el objetivo de despistarnos del debate de fondo. Que no se escondan tras procedimientos y reglamentos, que lo digan: «miren catalanes, soy el representante de tal partido y mirándoos a los ojos os digo: no podéis votar, desengañaos, no os dejaré votar nunca». Olvidémonos del debate procedimental, del debate organizativo e infraestructural y de todo, estamos hablando de eso: queremos resolver la demanda catalana a través del voto, ¿sí o no? Hay políticos que quieren conservar el privilegio de ser ellos quienes decidan por todo el pueblo y nosotros decimos eso se acabó.

-Hay alcaldes que no se han expresado aún, o tal vez no lo harán nunca, de la disponibilidad a ceder locales. ¿Qué pasa en Barcelona, ​​por ejemplo?
-Nuestro deber es garantizar a los ciudadanos, al margen de donde vivan, que tengan posibilidades de ir a votar. Y nos encargaremos de que esto sea así. Si lo podemos hacer de acuerdo con cada ayuntamiento, mejor. Y si no, lo haremos de otra manera. Pero que nadie piense que, aunque alguien no quiera que en su municipio la gente vote, nos resignaremos. Siempre hay alternativas.

-¿Y la protesta ciudadana tiene algún efecto?
-La gente tiene que salir de entrada a la Diada y, sobre todo, el 1 de octubre. Ahora le toca demostrar que, efectivamente, la herramienta es el referéndum y que el resultado que quiere que aplique el gobierno de Cataluña y su Parlamento es lo que desea la mayoría. A partir de aquí, cada municipio se organizará como crea conveniente. No es el gobierno el que debe relacionarse con sus ciudadanos directamente. Y si el pleno municipal aprueba que no han de colaborar, pues tienen que explicarlo. Pero que no se evite el derecho de los ciudadanos a votar.

-¿Ha hablado con la alcaldesa Colau?
-No, pero si tengo oportunidad hablaremos. Tenemos que buscar soluciones, y si un ayuntamiento directamente no puede ponerse en frente de la solución, pero acepta no formar parte del problema, hay margen para trabajar. Hay unas lecturas que no son correctas, en el sentido de decir que ya definitivamente en Barcelona no se podrá votar. Yo he leído de dirigentes del ayuntamiento de Barcelona que tienen ganas de ir a votar. Por lo tanto, veo muy difícil que toda esta voluntad no se pueda concretar con una solución práctica.

-De hecho, en este espacio que hemos llamado los comunes, parece que hay una división interna bastante grande. Y si lo ampliamos, y vamos a CSQP, la ruptura parecía evidente.

-Esto lo deberían responder ellos. Tienen unos problemas evidentes. Esta ambigüedad, de nadar y guardar la ropa no tiene nada que ver con la nueva política. Si ellos querían presentarse a la sociedad como una regeneración de la política, han cogido los peores tics de la vieja: la indefinición, la ambigüedad, la especulación… Esto debe tensionar mucho un grupo de gente con sensibilidades muy diversas. Si, además, resulta que hacen un discurso tan vehemente y tan violento en defensa de los derechos de los diputados y los primeros que no se respetan son los de su propio grupo y se censura la intervención de diputados que habían pedido hablar… esto lo explica todo por sí mismo. La cuestión es no definirse.

-¿Descarta que finalmente haya aquella imagen de la policía, del cuerpo que sea, retirando urnas?
-Sería un inmenso error. Si la buscan la pueden llegar a tener. No pueden retirar más de si se mil urnas. Vaya, si hicieran eso, ese día sería fiesta mayor por los delincuentes. Porque deberían destinar a todos los policías a retirar urnas y no a vigilar el tráfico ni a prevenir el delito… Yo creo que esto es impensable.

-¿Teme que la situación se vaya crispando? Lo digo porque el ministro portavoz Iñigo Méndez dice que está «preocupado por la violencia que pueda haber» …

-Teniendo en cuenta que esta gente cuando ve una urna ve un golpe de estado, cuando ve un parlamento que aprueba una ley para hacer un referéndum ve golpistas, probablemente piensa que una papeleta debe ser un arma y quizás está preocupado porque votar debe ser un acto de violencia. Creo que le ha traicionado el subconsciente. Les ha molestado mucho que las manifestaciones que nos han precedido en las jornadas no sólo la participación masiva sino la forma como nos hemos manifestado esto es cierto, les inquietó mucho. ¿Qué pueden hacer? Saben que la garantía del referéndum es la gente. Y si rompen a la gente haciéndole coger miedo a ver si la crispan pueden romper una parte de las garantías del referéndum. Por lo tanto es muy importante lo que ha pasado en Valls, porque la reacción que ha habido ha creado escuela: festiva, ironía, música, respeto… No nos desviaremos, de la actitud de pacifismo, de un punto de ironía, de humor, de desdramatizar. Si no nos desviamos de aquí no pondremos en ningún caso la violencia. Si la pone alguien no seremos nosotros. Y espero que a nadie le vengan tentaciones tampoco de enredar con este tema. Cuando ahora siento que el portavoz de este estado que utiliza las cloacas dice ‘ay, ay, que no haya violencia’, cuando durante seis años no ha habido ni una, no sé exactamente a que se refiere ..

-¿Este día será un termómetro de la situación?

-Creo que sí, y eso la gente lo ha entendido. El ritmo de inscripciones y lo que se respira indica que la gente ha entendido que es su momento. Ha llegado el momento de decidir. Ahora la gente sabe que esto va de verdad, y que le toca. Podría tener la excusa de no venir, de no movilizarse si hubiera encontrado unas instituciones a las que les temblaran las piernas. Yo dije desde el primer discurso que no nos temblarían. Se lo prometí. Y creo que estamos demostrando que no nos han temblado las piernas. Cuando la ciudadanía ve que lo que dijimos pasa, entonces sabe que ella debe poner una parte.

-¿Qué pasa si no se puede votar? ¿La declaración unilateral de independencia sigue sobre la mesa?

-No estamos trabajando en ninguna otra hipótesis, le digo muy sinceramente, que no sea organizar muy bien el referéndum. Hemos demostrado que no es ninguna coartada para hacer nada, y estaría bien que todos los que han querido menospreciar nuestra posición ahora reconocieran que se equivocaron.

-Saldremos de la Diada y estaremos a cuatro días para comenzar la campaña del referéndum. Pero no será exactamente como siempre porque no hay nadie que haga campaña por el no, de momento…
-Ya lo veremos. Campaña por el no hace mucho tiempo que hacen, porque sino no se tomarían tantas molestias. Si tuvieran claro que la gente no irá a votar y que la gente no quiere votar, ¿usted se cree que se tomarían tantas molestias? ¿Que se arriesgarían a ridículos como ir a imprentas y medios de comunicación? El grueso de la gente no tiene una adscripción política determinada y tiene un criterio propio, y se detecta ganas de votar. Y, por tanto, la campaña del no ya está, y lo que estaría bien es que todos estos que no se atreven a hacerla pero querrían que fuera, salieran del armario e hicieran una campaña por el no tal como se merecen los demócratas que quieren votar no a la independencia. Olvidar a los votantes del no por parte de los partidos políticos que no quieren la independencia de Cataluña creo que es un acto de cobardía. ¿Por qué olvidan toda aquella gente de Cataluña que quiere votar que no, darles argumentos ideológicos, sólidos?

-Por qué en España no ha salido prácticamente nadie, ni del mundo intelectual, defendiendo …

-No sé, creo que tiene que ver con lo que contábamos los medios de comunicación. Una sociedad en la que los medios de comunicación no sean varios se empobrece democráticamente. La prensa española es monotema y es monoeditorial. Y casi parece que no está hecha en la propia redacción. Hay una unidad de pensamiento que hace sospechar y todo. Y esto explica también, y lo digo con decepción, el porqué no hemos podido cuando lo hemos querido establecer intercambios con la gente que muy legítimamente no quiere que nos independicemos.

-No hay una parte de fracaso al no haber podido establecer diálogo?
-Seguro. Yo recuerdo cuando volvió Joan Ignasi Elena de Madrid e hizo el intento de hablar con los grupos parlamentarios en el Congreso, que la mayoría no le recibieron, no le quisieron recibir. es muy grave esto. Yo aquí he recibido a Sociedad Civil Catalana; yo he recibido a los de la tercera vía, he recibido a todos los grupos políticos. En España, en el sistema político español, no ha habido el coraje de recibir al Pacto Nacional por el Referéndum, que pedía un referéndum acordado.

-¿Se ha vuelto ver con el presidente Rajoy? Supimos que se encontraron en enero, ¿ha habido alguna conversación desde entonces?
-La última conversación que tuvimos fue a raíz precisamente de los atentados. Nos hemos visto creo que en un par de ocasiones más, en el salón del automóvil, en el medio, y no sé si nos vimos en algún lugar más. Pero hablamos de lo que nos ocupa en ese momento. Y por supuesto, en la ocasión de los terribles atentados, no hablamos de otra cosa. Vaya, nos pareció que era bastante inadecuado hablar de cualquier otra cosa.

-¿Se aclarará algo más que sabía la policía española y que no comunicó a los Mossos, por ejemplo en relación al imán de Ripoll?

-Especular en un tema tan delicado en este momento todavía es muy digamos inadecuado, pero espero que se sepa. Y como no tengo queja de aquellos días del trabajo conjunto que se hizo entre las instituciones y los diferentes cuerpos y fuerzas policiales, cuando esto se serene y tengamos cierta perspectiva debemos analizar a fondo muchas cosas.

-¿Denunciaron una campaña contra los Mossos, post atentados, no?

-Es evidente que a alguien parece que le molestó que los Mossos lo hicieran bien y recibieran el aplauso, diría unánime, de mucha gente. Pero sobre todo que existiera esta comunión que felizmente dura entre ciudadanía y policía; es una buena señal. Pero los Mossos son muy fuertes y la confianza de la gente con los Mossos es muy alta. Y no nos desviaremos ni un gramo. Que una sociedad tenga confianza con su policía creo que esto ayuda a la seguridad.

-Déjeme volver al referéndum. Si finalmente Cataluña puede votar y hay una buena participación, ¿esto supone que Mariano Rajoy lo tendrá ‘perdido’ de alguna manera?
-De hecho, Rajoy anunciaba que el referéndum no tendría lugar y el referéndum ya se estaba produciendo porque hay gente en el extranjero que ya ha enviado su papeleta de voto. Por tanto, el referéndum es un hecho. No me lo planteo en términos de derrota o victoria de Rajoy, hemos superado mucho esta etapa. El planteamiento del referéndum lo hacemos con mentalidad soberana catalana.

-¿Han recibido algún aval internacional?
-No hemos pedido ningún.

-¿Confía en que, con la llegada de los observadores, quien haga sentarse a la mesa a negociar sea la comunidad internacional?
-Primero, pido al Gobierno y a las fuerzas políticas opuestas al referéndum que reciban a la comisión internacional, con toda libertad, y hablen. Si no los reciben será señal de alguna otra cosa. Y segundo: en el momento que los catalanes acreditemos que una mayoría queremos formar un Estado independiente, si es evidente que en el 100% de los procesos de independencia europeos ha terminado sentando en una misma mesa a gente que incluso había llegado a la independencia por violentas guerras, ¿cómo no deberíamos ser capaces de sentarse gente civilizada que hacemos de la paz y la democracia y de la urna el único vehículo, y que no tenemos problema para hablarnos? Está claro que nos sentaremos. Si nos debe ayudar a la UE, que nos ayude. Lo han hecho en el pasado. No prejuzga ningún reconocimiento. No digo que al día siguiente de ganar el referéndum nos reconocerán no se cuantos países, Este es un proceso lento. Pero vendrá.

-¿Pero podría ser que al día siguiente el Estado diga que no lo reconocel y que no se quiere sentar, no?

-Hombre, seguro que pasará esto por parte del gobierno español al día siguiente, pero el tema es hasta dónde podrá aguantar esta posición de cierre, de negación de una realidad que ya verá todo el mundo, una realidad que debe afrontar de cara porque no puede ser que cuando un problema irrumpe de manera tan explícita en el paisaje de Europa haya un gobierno que sea tan irresponsable de no reconocerlo. Vamos, estoy convencido de que en ese momento, si sucede esto, dejará de ser un problema estrictamente doméstico del Estado.

-El papel de la gente será fundamental no sólo el día 2, si no incluso antes …
-Mucho antes, desde ya. Sin gente no se puede hacer. Desde el sofá de casa ni se hace la independencia ni se defiende la unidad de España. Quien piense que puede defender una Cataluña unida con España desde la comodidad del sofá o quien piense que se le arreglarán los problemas que tenemos con España desde el sofá, ambos se equivocan, porque siempre habrá alguien que decide por ti si dejas el espacio vacío. Por lo tanto, lo que te tocará es recordar a la gente que tiene este poder de cambiar las cosas.

-¿Le preocupa la moción de censura que ha anunciado Arrimadas?
-No. Le debería preocupar a ella, porque las mociones de censura se deberían presentar para ganar y me parece no está encontrando mucho soportes. Quizás ha llegado a creer esta ficción según la cual ellos representan esa mayoría silenciosa del pueblo de Cataluña, cuando en las elecciones pasadas fue a votar la más alta cifra de la historia. Hay una negación permanente de la realidad, estos dos millones de catalanes que hemos votado independencia somos una mayoría clara y entonces llega la fantasía que dice «haremos una moción de censura» y viene el otro que dice «no, no, lo que quiero es utilizar el Parlamento para hacer un spot publicitario de mi candidatura como candidato a la presidencia de la Generalitat». Esto sería muy deshonesto, y espero que no sea este el motivo. Pero, en cualquier caso, tiene el derecho a presentarla y si tiene la mayoría ha de celebrar y se debe votar y será una oportunidad para demostrar exactamente al Parlamento qué mayorías hay.

EL PUNT-AVUI