26-N: una nación de pie

El 25-N, el voto soberanista tiene la gran oportunidad de sacudirse tres siglos de opresión nacional y de librarse de una metrópoli que ha intentado asimilarla y que la expolia impidiendo su construcción nacional y la consolidación de su nación. Una metrópoli que a su vez descuartiza nuestra nación: Cataluña-Principado, País Valenciano y las Islas Baleares. Hoy, sin embargo, una parte de la nación catalana, el Principado, se encuentra en condiciones de emanciparse y evitar, así, que los verdugos de la nación española hagan lo mismo que han hecho con el resto de la nación. De esta manera, Cataluña se convierte en la punta de lanza de un porvenir de libertad de la nación catalana.

 

El 25-N nos jugamos más que nunca el futuro, y seguro que haremos historia y nuestros hijos y nietos mañana serán ciudadanos nacionales catalanes libres si hoy nosotros no dejamos de aprovechar esta brecha de la historia que nos permitirá cambiarla. Por eso mismo, habrá concentrar el voto en aquellas fuerzas políticas que han alcanzado el compromiso de ejercer el derecho a decidir: CiU, ERC e ICV. Éstas deben sumar más de 90 diputados y deben actuar conjuntamente desde la pluralidad de opciones para producir la rotura democrático que nos llevará al derecho a decidir. Yo votaré ERC para asegurar y garantizar que todos los pasos serán hacia adelante. Y lo digo públicamente porque creo que hay que ser coherente.

 

También quiero manifestar, sin embargo, que cada uno -desde su voto soberanista plural- deberá ponerse detrás del presidente Artur Mas si éste no afloja, ya que recibirá ataques por tierra, mar y aire y también, desgraciadamente, provenientes del interior y de una parte de poderosos inconfesables que no tienen más patria que sus intereses. El 26-N el presidente Mas, según los resultados obtenidos, tendrá retos a alcanzar muy importantes. En primer lugar, y tal como ya se ha comprometido, Mas deberá llevar la propuesta de un referéndum al Parlamento de Cataluña y al jefe del Estado. En segundo lugar, el presidente deberá construir un nuevo gobierno, no ya de los mejores… sino de los hombres y las mujeres capaces de resistir y dar la cara. Hombres y mujeres que tengan un perfil político consolidado. Ya no valdrán universitarios de prestigio o pisaverdes… será la hora de personas potentes, formadas, duras e irreductibles que recibirán y deberán asumir todo tipo de descalificaciones, acusaciones y manipulaciones y, por así decirlo, en último extremo deberán estar dispuestos a encarar la legalidad vigente y las consecuencias correspondientes.

 

Y este gobierno deberá gozar de una estrategia y de una inteligencia que lo blinde y que le permita pasar al contraataque. El nuevo gobierno de CiU -o de coalición soberanista- deberá hacer grandes cambios y cirugías en la política de comunicación del gobierno en la línea positiva iniciada en los últimos días del proyecto Eugeni Xammar. También habrá que respetar y potenciar la herramienta que España quiere destruir prioritariamente: TVC. No hay alternativa a nuestra televisión nacional y la CCMA, pese a la necesidad del país, evidentemente, de la existencia de opciones privadas que ya veremos en el momento de la verdad si serán capaces de resistir la ofensiva del Estado y los poderosos. Otro punto esencial es enfrentarnos, sin complejos ni miedos, a la bien orquestada y exitosa campaña contra las «embajadas» catalanas. El nuevo gobierno debe pasar a la ofensiva creando un nuevo departamento de exteriores con nueva gente que no tenga ni dependencias ni complejos y que lleve el conflicto catalán y su realidad en el resto del mundo. Habrá que dotarlos, pues, de medios y aprovechar potencialidades y realidades ya existentes, como ciertas personas que ya actúan como tal fuera de Cataluña. Aquí, el presidente Mas ha de buscar el consenso de todos los soberanistas: la batalla no la ganaremos en España, sino en Europa y en el mundo. Otro punto a reforzar es el Departamento del Interior. Ni un año más sin nuevas promociones policiales. No podemos dejar espacios de soberanía en la seguridad que permitan la recuperación y la visualización de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, los cuales enseñan el músculo del Estado. La Policía de Cataluña (Mossos – Policías Locales) debe ser nuestra Policía Nacional y, junto con el Cuerpo de Bomberos, debe consolidar un potente aparato de seguridad para nuestras instituciones y ciudadanos. Ejes prioritarios, pues: en cuanto a comunicación, renovación total, consolidación de la CCMA y ni un paso atrás; en cuanto al departamento de exteriores, convertirlo en la herramienta fundamental para la internacionalización; cuanto al Departamento del Interior, que pase a ser la herramienta que mantenga el país en paz y orden democrático ante cualquier tentación de desestabilización violenta. Estas son las estructuras de Estado que ya tenemos y que hay que potenciar.

 

Con todo, hay también que poner las bases de otras estructuras de Estado. Un nuevo Estado de Europa no se improvisa y habrá que proteger el proyecto creando un fuerte servicio de riesgo que prevea los riesgos de un proceso como el que se divisa el 26-N. Equipos de universitarios, expertos, altos funcionarios, etc., deben poner sobre la mesa del presidente de la Generalitat y del Parlamento diferentes proyectos para una nación del siglo XXI con todas y cada una de las estructuras que tienen los estados modernos. Cataluña no puede ser menos que Dinamarca, Holanda o Noruega. Es necesario que los temas más conflictivos para una nación que no tiene Estado desde hace siglos -como son las alianzas políticas y de defensa- se estudien sin miedo y sin la afectación de los tópicos que ya hemos oído en diferentes políticos durante las últimas semanas.

 

El 26-N debe generar ilusión, trabajo, compromiso. Las generaciones actuales tendrán el deber histórico de construir un nuevo Estado después de 300 años de opresión nacional que demostrará que no nos han podido asimilar, que no nos han podido doblegar, como ya demostramos el pasado Once de Septiembre diciendo al mundo que somos y que queremos ser, y que somos más de los que ellos quisieran… Estemos también todos a votar el 25-N para dejar el camino libre hacia la independencia nacional de una parte de nuestra nación. Y mantengamos también el compromiso de continuar nuestra lucha hasta alcanzar la nación completa.

 

 

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