La foto que aterrorizará a España

Efectivamente, no son los resultados que me esperaba. Es más, reconozco que justo en el momento de conocer la encuesta de TV3, encontrándome en los estudios de «la Red» haciendo de tertuliano -era mi primer día-, entré en un estado de choque que se alargó peligrosamente, hasta el punto de que los espectadores que siguieran atentos a la pantalla es probable que pensaran que aquel individuo que era incapaz de articular cuatro frases seguidas con sentido era Francesc de Carreras. Desde aquella noche que tengo un gran respeto por la profesión tan abundante en nuestra casa como la del tertuliano habitual, actividad de alto riesgo sólo superada por la del tertuliano aún más habitual.

 

Pero me he ido recuperando y hoy vuelvo a ser yo, lo que tampoco es nada del otro mundo pero que viniendo del espanto de ser Francesc de Carreras ha ayudado a serenar mucho mi espíritu. Y pienso que estamos más cerca que nunca de poner fin a la pesadilla de permanecer en España. Me explico.

 

Prescindiendo de las valoraciones que cada uno pueda hacer de los resultados -yo esperaba y deseaba la mayoría excepcional del presidente Mas que pudiera servir de palanca para avanzar, conjuntamente con la segunda posición de ERC-, lo que es una tontería es que los árboles de los resultados electorales no nos dejen ver el bosque de una espléndida mayoría soberanista y aún más arrolladora mayoría por el derecho a decidir. Conocen las cifras, no me extiendo.

 

Después han ido llegando los comentarios y evaluaciones de la prensa internacional. ¿Cómo podía ser que ellos vieran los resultados de manera tan diferente a como a mí me parecía? Pues porque sencillamente, cualquier individuo no catalán -es decir, con sentido común- llega a la conclusión de que con estos resultados España ha sido liquidada del imaginario colectivo de los catalanes.

 

Sentido común. Sobre todo, sentido común contra los políticos de extremo centro, que, aunque ya no es temporada, parecen salir de nuevo como níscalos en octubre. Y por sentido común mi hermano, que en un aforismo digno de La Rochefoucauld, me dijo ayer: «No sé porque le das tantas vueltas. Es muy sencillo, se trata de hacer exactamente lo contrario de lo que quiere el PP». Irrebatible, aunque yo añadiría: hacer todo lo contrario de lo que quiere el PP, el PSOE y Ciudadanos.

 

Se trata, pues, de volver a centrar el debate donde ahora mismo debería estar: trabajar, juntos, de manera incansable , por el Estado propio, con base en unos resultados que avalan y legitiman el proceso. Se trata de evitar la enésima fractura del bloque soberanista por las discusiones que muchos de los que viven en las jaulas políticas se empeñan en provocar. Se trata de derrotar al estatus quo, la Santa Alianza, el Círculo de Economía y el Círculo Ecuestre, Pedralbes y la Castellana. Se trata de hacer, sí, exactamente lo contrario de lo que quisieran que hiciéramos el PP, el PSOE y Ciudadanos.

 

Con modestia, pero con una cierta legitimidad que me da haber criticado los pactos entre el último gobierno Pujol y el PP y los de ERC para formar el tripartito, afirmo solemnemente que fuera del eje nacional no hay vida, nunca «catalanizaremos» a nadie que no quiera ser «catalanizado», que hoy es necesario el pacto entre CiU y ERC sencillamente para poder respirar, que el país no puede permitirse el no entendimiento, y que estoy convencido, completamente convencido, que de una manera u otra se logrará.

 

Hoy -ayer para ustedes- parece que sabemos que Oriol Junqueras prefiere no entrar en un gobierno de coalición. Lástima, porque pienso que la solución pasaba por un gobierno de amplia base, fuerte, con consejeros de prestigio internacional (nivel Colectivo Wilson, para entendernos), que blindara el día a día y centrara sus esfuerzos en salir de la crisis, es decir, en alcanzar la independencia. Yo al menos entiendo que lo que está en juego no es saber si pondremos una guardería en Riudarenes, sino la libertad.

 

Pero es igual. El acuerdo debe ser. El no acuerdo es simplemente ridículo, inimaginable, francescdecarrerístico. Y en cambio… ¿a ustedes no se les pone la miel en la boca al imaginarse al presidente Mas y Oriol Junqueras, juntos, un atril al lado del otro, la bandera catalana y la de Europa detrás, delante de la prensa de todo el mundo, en el Palau de la Generalitat (y después en Madrid y luego en Bruselas) explicando que Cataluña emprende democrática y pacíficamente, pero de manera inexorable, su camino hacia la ONU, con calendario sí, pero sobre todo con ilusión y esperanza?

 

Esta es la foto que aterrorizará a España porque significa volar todos los puentes autonómicos, esta es la foto que Mas y Junqueras deben regalarnos para que el país se vuelva a encender de nuevo.