Los vascos: cuatro diferencias (entre muchas)

Se han fijado en que en todo este asqueroso revuelo que está teniendo lugar en la vida política española (que, por voluntad propia, incluye la catalana) el tema de los vascos queda al margen? Yo creo que el País Vasco es la única parte de España verdaderamente europea. Nadie en el mundo piensa, como sucede con Cataluña, que Euskadi es una parte de España donde bailan el flamenco de manera diferente. Todos tienen claro quiénes son. A mí, respecto al País Vasco, me vienen cuatro ideas que creo que los diferencian profundamente de los catalanes.

 

Primero. Saben lo que quieren y no practican el juego de la puta y la Ramoneta. Con el Estado español siempre han jugado claro y nunca han querido tener negocios compartidos -sus políticos no han ido a Madrid a «hacer negocios», sino a trabajar por Euskadi únicamente-. Quieren la independencia pero dejan al aire cuando querrán decidirlo. Y no lo hacen por jugar a la indefinición, sino simplemente porque, hoy por hoy, no les interesa y no tienen claro que una mayoría determinante de los vascos dé un apoyo claro y determinante. Saben lo que desean y saben, también, calibrar sus fuerzas y la oportunidad de cada acción.

 

Segundo. Cuentan con una hacienda propia. Y este factor no es importante únicamente porque les permite disponer de más dinero público, sino porque les permite, además, tener una política fiscal propia. Y el hecho es determinante. Hacen las inspecciones fiscales como y cuando quieren, porque tienen funcionarios propios. Aplican bonificaciones y beneficios fiscales para estimular la economía, por eso algunas de sus actuaciones han sido impugnadas ante la UE por competencia desleal. Pero no nos confundamos, el tener más dinero público les ha permitido tener un país que, cuando lo visitas, te da la sensación de estar en el extranjero. El bajo desempleo que tienen (12,8% en el cuarto trimestre de 2012, según Eustat, la agencia estadística del Gobierno Vasco) y la competitividad que demuestran no viene provocada en absoluto por la fiscalidad propia, sino por el punto siguiente.

 

Tercero. Tienen una política económica clara. Que ha primado la economía productiva. La bonanza económica del País Vasco actual es fruto de una estrategia y una planificación de país aplicada a largo plazo. Ellos no se han dedicado a: (1) querer que todo el mundo les visite para admirar que son muy majos, y saben que unas Olimpiadas no son más que una fiesta mayor al por mayor (no creen en el turismo); (2) no han pretendido crear más empleos de los que necesitan, sin querer hacer ver que son muy solidarios (no han estimulado la inmigración); (3) tampoco han estimulado la especulación para que, siguiendo la buena tradición hispana, cuatro iletrados se hagan ricos (no han caído en la locura de la construcción), y (4) tampoco han querido colonizar España con sus instituciones económicas (cajas de ahorro). Ellos se han comportado como perfectos europeos del norte: han primado la industria y la economía productiva. Sin pretensiones. Por eso tienen el 12,8% de paro.

 

Cuarto. Sus dirigentes han ido a la escuela. Quiero decir que cuando oyes hablar a un dirigente vasco (político o empresarial) y lo comparas con uno catalán, la diferencia es notoria. A los vascos les repugna el frente-populismo y creen en la meritocracia, y saben que sólo los más preparados -y no los toca timbales que más gritan- deben dirigir el país.

 

Conclusión. Algunos creerán que nosotros estamos más cerca de la independencia que los vascos porque hacemos más ruido. No se llamen a engaño. Ellos ya prácticamente son independientes (lo demuestran con el día a día) y están a años luz de España. Sólo les falta un pequeño paso. Nosotros, antes de ser independientes, deberíamos querer dejar de parecernos a España. Y yo, ese deseo, no lo veo por ninguna parte.

 

Nota: En el artículo anterior cometí un desliz importante . Dije que los Países Bajos tienen dos aeropuertos cuando, de hecho, y como bien señalaba un lector, hay cinco. Han cambiado mucho las cosas desde que yo viajaba para trabajar en el país, la memoria falla y los datos se actualizan. Pido disculpas. No obstante, y por casualidad, no por voluntad propia, el ejemplo sigue siendo válido. Schiphol (que ahora utilizo para viajar a Oriente) es un aeropuerto de Europa, y el de Barcelona no. Y los Países Bajos tienen 17 millones de habitantes. Quiero decir que si, pese a todo, fuésemos una potencia como ellos, y el aeropuerto de Barcelona fuera un hub europeo, entonces, en proporción, sólo necesitaríamos 2 aeropuertos.

 

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