¿Cataluña pertenece a España? La mentira número once

Con el trasfondo de las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña, en el que el tema de la independencia irrumpió de lleno en los debates, han vuelto a resonar los falsos tópicos referentes a nuestra historia. A algunos discípulos del fallecido Fraga Iribarne les gusta recordar que «Cataluña fue ocupada por Felipe IV, fue ocupada por Felipe V, que la venció, fue bombardeada por el general Espartero, que era un general revolucionario, y la ocupamos en 1939 y estamos dispuestos a volverla a ocupar tantas veces como sea necesario”, pero la estrategia de la mayoría de detractores es más sutil: en lugar de apelar a tomar los fusiles, intentan hacer fracasar el proceso catalán con tergiversaciones como que «Cataluña pertenece en España y no tiene derecho a decidir», que bien podría ser la mentira número once (las otras diez ya las rebatimos en este número del Sàpiens).

 

¿Cataluña pertenece a España? Ahora que los escoceses y los catalanes miramos hacia el horizonte del 2014, es interesante constatar cuán diferente es la postura del primer ministro británico -que acepta el referéndum- de la del presidente del Gobierno español -que niega la posibilidad- amparándose en la Constitución. Conviene que también nos fijemos que, en el mismo momento histórico, unos y otros nos unimos a nuestros reinos respectivos de manera muy diferente. En el año 1707 Escocia se unió voluntariamente a Inglaterra formando el Reino Unido de Gran Bretaña. Mientras que en 1714, Cataluña fue agregada al Reino de Castilla por mero «Derecho de conquista».

 

Hay quien pone esta conquista en el marco de una España casi instaurada por Dios en el momento de la Creación. Esta Hispania, romana, visigótica, que «linda con los Pirineos» y que consagraron los «Reyes Católicos», tiene un escaso apoyo histórico. Y es que mientras que la Generalitat existe desde el siglo XIV y el actual es su 129º presidente, la monarquía borbónica española tiene su origen en el siglo XVIII y Juan Carlos es su 10º representante.

 

Incluso ante estas evidencias, hay quien pretende diluir nuestros derechos históricos con el pretexto de que Cataluña no ha sido nunca un reino. Los defensores de esta tesis no tienen en cuenta, sin embargo, que hay muchos países que como Estado nunca se han estructurado en monarquías (Suiza, Finlandia o EEUU) y que hace siglos que son independientes.

 

Los que defienden el vínculo indisoluble lo hacen también amparados en la idea de que los mapas son incuestionables… y la realidad nos demuestra lo contrario. Sin ir más lejos, el siglo XX comienza con la caída del imperio Austrohúngaro y termina con el desmembramiento del soviético y de Yugoslavia. Y el proceso secesionista ha seguido con las independencias de Namibia (1990), de las islas Marshall y Micronesia (1991), de Chequia, Eslovaquia y Eritrea (1993), de Timor Oriental (2002), de Montenegro (2006), de Kosovo (2008), de Sudán del Sur (2011)… y nada hace prever que se detenga aquí.