Países Catalanes, ¿cómo?

La nación que yo os propongo va de Fraga a Maó y de Saltzes a Guardamar. Así como otros pueden hacer otras propuestas, muy respetables todas ellas, aquellos que nos parece una salida razonable y ventajosa para sus ciudadanos y una manera de contribuir a hacer un mundo mejor, estamos en nuestro derecho de proponer los Países Catalanes.

Y también de organizarnos con personas de toda esta geografía para proponerlo colectivamente. Y aunque nos lo pidan voces «amigas», no pediremos disculpas por organizarnos colectivamente en el marco de los Países Catalanes los que compartimos los Países Catalanes como proyecto. Pero desde que empezamos a hacer las consultas populares, con el 10A de Barcelona marcando un punto de inflexión, seguido por la gran manifestación del 11S y, finalmente, con el derecho a decidir fijado en un programa de Gobierno, la cual ha cogido velocidades muy diferentes. O dicho de otra manera, antes la independencia era una utopía compartida, ahora para unos territorios es ya programa de Gobierno y para otros el camino parece más largo. No pensarnos como nación completa, aunque sea a ritmos diferentes, sería como jugar con ganas de perder «

Llegados hasta aquí, los que queremos llegar a los Países Catalanes tenemos que hablar del cómo. Con principios y objetivos, sí, y con los pies tocando el suelo, también. Y no vale despistar, como se ha venido haciendo hasta ahora: aplicar el mismo discurso en teoría, pedaleando a diferentes ritmos cada día. No se trata de vernos guapos ante el espejo, sino de hacer una propuesta liberadora para los ciudadanos de toda la nación. Abrimos el debate con tres posibles escenarios:

A. Cataluña amarra los machos y esperamos a los valencianos .

Sería poner la reunificación por delante de la independencia, aunque sea de una parte. Sin decirlo demasiado, es lo que en la práctica están haciendo los vascos. Sería como negar el más que razonable «# tenimpressa» («tenemos prisa») del Principado y poner el derecho de veto a quien vaya más atrás.

B. Cataluña espabila y de los otros no hablemos .

Es lo que sin decirlo mucho, están haciendo moles catalanes. Me parece una solución sencillamente irresponsable y suicida. ¿Dejaremos que asimilen partes enteras de nuestro país pensando alegremente (irresponsablemente) que esto no afecta al Principado? ¿Cómo se puede defender la libertad de los unos y el culturicidio los demás?

C. Catalunya abre camino y cada territorio plantea una opción pensada para cada territorio.

Cuando Cataluña acelere el paso no es del todo impensable que se añadan las Islas. Pero más difícil será que lo haga el País Valenciano. Quizás es el momento de iniciar una propuesta propia: Valencia, nuevo Estado de Europa, como ya ha hecho el amigo Agustí Cerdà con la voluntaria reunificación en segunda fase.

La base legitimadora de nuestro proceso de liberación no es otra que la voluntad popular expresada en las urnas y, por lo tanto , la respuesta al dilema planteado no puede pasar sino por el máximo respeto por lo que decidan (decidimos) los ciudadanos de cada uno de los territorios.

Pero no pensarnos como nación completa, aunque sea a ritmos diferentes, sería como jugar con ganas de perder, ahora que la partida se pone interesante.

Algo me parece clara: a todos los que decimos Países Catalanes sí ahora nos toca decir Països Catalans como . El debate está servido.

 

* Oriol Amorós. Portavoz adjunto del grupo parlamentario de Izquierda

 

http://www.tribuna.cat/