William Ospina y Lope de Aguirre: A propósito de La serpiente sin ojos

Bajo la etiqueta de «ficción histórica» se engaña una vez más al lector

Nota preliminar

En el tercer tomo de su trilogía sobre el conquistador navarro Pedro de Ursúa, La serpiente sin ojos publicado en noviembre de 2012 en Colombia y el 16 de mayo de 2013 en España por Mondadori, el novelista colombiano William Ospina, Premio Rómulo Gallegos 2009, se manifiesta también sobre Lope de Aguirre. La catedrática alemana Ingrid Galster, autora de un monumental trabajo sobre la recepción del conquistador oriundo de Oñate, descubrió con alguna sorpresa la fuente utilizada por Ospina a este propósito. Primero recuerda sin embargo la vida y la rebelión del oñatiarra.

Escribe la catedrática Ingrid Galster:

El conquistador vasco Lope de Aguirre se hizo internacionalmente famoso cuando en 1975, en París,  Aguirre, la cólera de Dios de Werner Herzog se convirtió en película de culto. Desde entonces le está pegada al personaje histórico la cara de Klaus Kinski, el tipo ideal de un megalómano delirante. Con la historia real no tiene mucho que ver. Herzog había encontrado, en un libro de aventuras, los dos primeros viajes por el Amazonas hechos por españoles y los amalgamó uno solo. Su gusto por lo irracional hizo que la película concordara con la crítica de la razón que empezaba a propagarse entonces entre los intelectuales.

Lope de Aguirre, un “desheredado” de la Conquista

¿Qué se sabe de la historia real del personaje? La rebelión del vasco está documentada en numerosas fuentes fácilmente accesibles en ediciones de bolsillo. El conquistador  nacido en Oñate (Guipúzcoa) había salido de España y llegado al Perú en la segunda mitad de los años 1530, supuestamente porque era segundón como muchos otros emigrantes. Había participado en varias expediciones de conquista sin alcanzar el objetivo perseguido por todos: vivir del trabajo forzado de los indígenas sometidos de acuerdo con el alcance de su intervención y el capital invertido. Pero poco después de la conquista del Perú las tierras fueron rápidamente repartidas entre una minoría. Además las „Leyes Nuevas“ promulgadas en 1542 por Carlos V, presionado por los dominicos, en particular el padre Las Casas, limitaban la explotación de los indígenas. Hubo varias rebeliones importantes en el Perú que la Corona supo reprimir mediante una hábil realpolitik. No obstante, el nuevo virrey nombrado en 1556 tuvo que enfrentarse con varios miles de españoles descontentos.

Una de las medidas para alejar a éstos del territorio colonizado era admitir nuevas campañas de conquista, entre otros a „El Dorado“, una región que se suponía en alguna parte al norte del Amazonas. El virrey aseguró en noviembre de 1556 a Carlos V que de esa manera se libraría de entre 800 y 1000 hombres cuyo retorno sería imposible.

Acompañado por su hija mestiza, una aya española y un paje, Lope de Aguirre participó en la expedición que salió en septiembre de 1560 desde uno de los manantiales del Amazonas. En 1542, los españoles ya habían navegado el río hasta la embocadura en busca del país de la canela. Pretendieron haber visto a mujeres guerreras a quienes identificaron con las amazonas de la mitología antigua y que dieron su nombre al río.

El nombre „El Dorado“ tiene su origen en el cacique de los Chibchas y el baño ritual que, cubierto con polvo de oro, habría tomado varias veces al año en la laguna de Guatavita, cerca de Bogotá. Se convirtió después en sinónimo de reinos o ciudades en los que se sospechaba que había grandes riquezas. Ese debía ser el caso en la provincia de Omagua, según dijeron los participantes de la primera expedición al Amazonas. En vista de las cantidades inmensas de oro y plata que los españoles habían arrancado en 1533 al Inca Atahualpa, no era descabellado pensar que existieran otros reinos con tesoros semejantes.

Lo que sucedió luego se transmitió a través de las crónicas a una dudosa fama. Tres meses después de la salida el jefe de la expedición, Pedro de Ursúa, fue asesinado por un grupo de conspiradores, entre ellos Lope de Aguirre. El noble vasco, oriundo de Navarra, había podido ocupar todavía muy joven una posición de poder en el norte del virreinato, gracias al apoyo que le dio su tío. Se había destacado en la sumisión de tribus indias y cimarrones y había fundado ciudades. El virrey le había nombrado gobernador del territorio a conquistar. Después del asesinato, los conspiradores designan en su lugar a otro noble, el andaluz Fernando de Guzmán, como jefe de expedición cuyo objetivo se redefine. En vez de buscar El Dorado, en cuya existencia ya no cree, la tropa regresará por el Atlántico y el Pacífico al Perú donde se apoderará del país y el nuevo jefe será coronado rey. Este nuevo plan es firmado y jurado en marzo de 1561 en el centro de la Amazonía  por casi todos los participantes de la expedición. Significa la separación del imperio español y la instauración de una monarquía independiente. Una copia del documento consta en el Archivo de Indias en Sevilla.

Sin embargo, el proyecto fracasa. Guzmán lo ha pensado mejor; a su vez es asesinado dos meses después de la declaración de independencia. Ahora el mismo Aguirre, que ha quedado en la sombra, toma la dirección de la tropa como caudillo. Mata a todos los que ponen en peligro el éxito de su empresa. Cuando alcanzan la isla Margarita, los primeros se huyen a Tierra Firme y traicionan el plan. El ataque del Perú desde la mar ya no se puede realizar. Aguirre y sus hombres tratan de regresar al Perú atravesando los Andes mientras que la Corona apresta tropas que deben cortar el camino a los rebeldes. El 27 de octubre de 1561 Aguirre es fusilado, decapitado y descuartizado.

Antes, cuando ve que está en una situación sin salida,  Aguirre le escribe a Felipe II una carta que supera en insolencia todo lo que se podía imaginar en esa época. Al soberano más poderoso de la tierra lo tutea y le echa en cara ser cruel e ingrato frente a los servicios que le ha prestado en la Conquista. Mientras los verdaderos conquistadores de estas tierras no sean gratificados, le niega a la Corona española el derecho de sacar provecho alguno de ellas puesto que nada ha aventurado allá. Reniega de España y declara la guerra al rey. La carta, que circulaba clandestinamente y sólo fue publicada cuando a principios del siglo XVIII los Borbones sucedieron en el trono de España a los Habsburgo, ha sido considerada como el testamento de un „desheredado“ de la Conquista.

La historia vista por el colombiano William Ospina

Pero no es como tal que Lope de Aguirre entró en la Historia. El renegado, que le había asestado al rey legitimado por Dios y defensor fanático del catolicismo ser peor que Lucifer y menos creíble que Martín Lutero, se convirtió progresivamente en encarnación del mal mientras que su antagonista Ursúa (en cuya vida no faltan manchas negras) fue transformado por los cronistas coloniales en símbolo de virtud y de lealtad al rey. Los motivos del rebelde y su función representativa de la frustración de muchos se perdieron en  la transmisión de la historia hasta que, a principios del siglo XX, un historiador aficionado vasco leyera las fuentes insertándolas en sus situaciones comunicativas respectivas y ubicando la rebelión de Aguirre en el contexto de las sublevaciones en el Perú después de las Leyes Nuevas.

También la llamada „nueva novela histórica“, que se ha convertido a partir de los años 1970 en un género importante en Hispanoamérica, se propone corregir la historia oficial. Entre los autores que trataron el evento histórico en este sentido se destacan el argentino Abel Posse con su novela Daimón publicada en 1978 y el venezolano Miguel Otero Silva con su novela Lope de Aguirre Principe de la Libertad que salió un año más tarde. Después del cambio del milenio uno de los shooting stars de la nueva literatura hispanoamericana, el colombiano William Ospina nacido en 1954 reelaboró otra vez la materia histórica siendo que en el centro de su trilogía novelesca está Ursúa. El primer tomo aparecido en 2005 lleva por título el apellido del conquistador navarro. Gabriel García Márquez, cuya autobiografía publicada en 2002 Ospina había leído en manuscrito, afirmó que era „el libro más importante del año“. Por el tomo segundo, titulado El país de la canela, que trata de la primera expedición al Amazonas, Ospina recibió en 2009 el Premio Rómulo Gallegos que, antes que  él, se les había concedido, entre otros,  a novelistas tan prestigiosos como el mismo García Márquez  y Mario Vargas Llosa, futuros Premio Nobel. El tercer tomo, por último,  está dedicado a la segunda expedición al Amazonas en la cual tomó parte Aguirre y sucumbió Ursúa. Apareció con un retraso de dos años bajo el título La serpiente sin ojos en noviembre de 2012 en Colombia y en mayo de 2013 en España.

En las tres novelas lo acontecido está contado por un narrador ficticio en primera persona que es muy consciente de su identidad mestiza. Ésta le permite sentir empatía tanto con los indígenas como con los españoles aunque condena la crueldad de éstos en el sometimiento de los indios como „holocausto“, incluso en el caso de Ursúa, quien le salvó la vida, por lo cual se le siente muy obligado. Progresivamente le atrae, sin embargo, la visión del mundo de los indígenas hasta el punto de identificarse por completo con ella y se da cuenta que el mal fundamental que determina la vida de los europeos es el afán de dominar, incluso la naturaleza. Ya en 1992 Ospina había publicado un libro de ensayos oponiendo estas dos concepciones. En un artículo publicado el 14 de julio de 1996 en El País, Mario Vargas Llosa opinó que, a pesar de la buena prosa, las ideas no eran muy novedosas: la utopía arcaica indigenista opuesta a la „absurda noción del progreso y el dictado de la razón“. En efecto, éste era ya el tema de la película de Herzog, y Abel Posse, sirviéndose de la materia de Aguirre, había asimismo contrapuesto en su novela de 1978 los dos paradigmas en una irónica síntesis hilarante de la historia de América.

En cambio, lo que leemos sobre Aguirre es muy nuevo. ¿Descubrió Ospina fuentes que a los historiadores especializados les habían quedado ocultas? Contrariamente a Posse que deconstruye la oposición entre realidad y ficción en su novela, Ospina informa en notas agregadas a las novelas lo que es históricamente auténtico y lo que es invención suya. El lector debe pues considerar como garantizado lo que dice de Lope de Aguirre el narrador en primera persona aunque depende de su punto de vista. Nació, nos dice, en Aramayona. Su padrastro, contra quien se rebeló, fue Estíbaliz de Aguirre. Se hizo zapatero en Vitoria y violó a una doncella, crimen por el cual habría perdido la vida si no hubiera logrado huir en el último momento de la cárcel. Se embarcó a las Indias bajo el mando de un tal Rodrigo Burán. Llegado allá, después de varias actividades, atormentaba a los indios. Al juez que le condenó por eso a recibir azotes públicos le persiguió sin cesar durante seis años por todo el Perú para vengarse. No se nos dice nada sobre los motivos que empujaron a Aguirre a su rebelión, pero sí que se fue volviendo loco, que mató a 72 españoles porque le dio la gana, y que escribió una carta a Felipe II llamándose traidor, pretendiéndose rey de las Indias y afirmando haberse convertido en la ira de Dios.

Estas informaciones sobre Aguirre no se encuentran en la epopeya sobre la conquista del norte de América del Sur, publicada en 1589 por el clérigo Juan de Castellanos a quien Ospina hizo una declaración de amor cuando recibió el Premio Rómulo Gallegos y a quien señala también como la fuente más importante de su trilogía. Aun menos están contenidas en las relaciones de los testigos presenciales de la rebelión. En cambio, ¡se encuentran en la noticia española de wikipedia sobre Lope de Aguirre! En la investigación más reciente se advierte que esta información es pura fantasía. Pero al parecer Ospina tenía prisa por sacar su libro. Así, bajo la etiqueta de „ficción histórica“, se engañó una vez más al lector y se entregó una vez más a la voluntad arbitraria de la posteridad al personaje histórico del conquistador vasco.

Ingrid Galster[1]

29 de abril de 2013

 

http://www.kaosenlared.net/component/k2/item/56791-william-ospina-y-lope-de-aguirre-a-prop%C3%B3sito-de-la-serpiente-sin-ojos.html