Koldo Mitxelena (Rentería 1915-Donosti 1987). Logró ser fiel a su compromiso político y a la vez dedicarse a su actividad lingüística. Difícil sintetizar su vida variada, agitada y prolífica, sobre todo en su dedicación al euskera. Trabajador en una fábrica, se afilió a ELA y al PNV. En la Guerra Civil se integró en los batallones Euzko Gudarostea. Prisionero en Santoña, es condenado a pena de muerte conmutada por treinta años de cárcel. Pasó por varias cárceles, en la de Burgos se decide a estudiar. Tras 5 años, es puesto en libertad. Le ofrecen un trabajo de contable en Madrid y en el 46 es detenido de nuevo por actuar en la clandestinidad y por «ser dirigente del PNV». Liberado en 1948 se matricula, por libre, con 33 años, en la Universidad de Madrid, encontrando muchas dificultades para hacerse con un trabajo, por haber salido de la cárcel, al fin logra simultanear trabajo y estudios. Al año siguiente se casa con Matilde Martínez de Ilarduya. Llega a ser catedrático de Indoeuropeo en la Universidad de Salamanca, profesor en la Sorbona de París de Lingüística Vasca Comparada, colaboró en la creación de la Universidad del País Vasco, y en esa misma Universidad se encarga de la Facultad de Filología. También fue miembro de Euskaltzandia. Luchó por la unificación del idioma creando el batua, estudiando para ello los dialectos más utilizados.
Con Mitxelena el euskera comienza a ser un idioma moderno adaptable a cualquier necesidad. Sigue siendo hoy una de las máximas autoridades de la lengua vasca. Innumerables sus publicaciones: Apellidos vascos, Fonética vasca, Historia de la literatura Vasca, Textos arcaicos vascos, por señalar algunas. Koldo Mitxelena es un hombre que amó su tierra y su lengua.
