Las corrientes termohalinas y el cambio climático abrupto no obedecen a los banqueros

Las corrientes termohalinas y el cambio climático abrupto no obedecen a los banqueros

 

Desde que la Tierra se formó hace casi 4000 millones de años, los océanos y mares han contenido la mayor masa de agua líquida de nuestro planeta. Podríamos decir que siete décimas partes de la superficie terrestre están cubiertas por las aguas de los mares y océanos. Por ello, para comprender el clima y la biodiversidad (diversidad de vida) es necesario entender el papel que juegan los océanos en el clima de la Tierra. En especial, me refiero al papel que juegan las corrientes cálidas o calientes en diversas zonas geográficas como es el caso de la Europa Atlántica.

 

Europa y la Corriente del Golfo

 

Europa y la Corriente del Golfo

 

Las corrientes calientes van más apegadas a la superficie pues tienen menor densidad que las corrientes frías que son las que se hunden en el fondo del Océano. En el Océano Atlántico conocemos la corriente caliente del Golfo o “Gulf Stream” que baña la costa occidental de Europa y que permite que disfrutemos de unas temperaturas más suaves en invierno que otras regiones situadas en la misma latitud pero que no gozan del impacto de esta corriente cálida, como ocurre en el caso de la costa este de Canadá.

 

Sabemos que hay evidencia suficiente como para indicarnos que el Calentamiento Global se está produciendo ya y que se recrudecerá a lo largo del siglo XXI. Sin embargo, este hecho, grave en sí, no es considerado por algunos muy peligroso ya que, debido a que los cambios han sido graduales hasta la fecha y se prevé que sigan siendo también graduales en el futuro, creen que los efectos negativos del Calentamiento Global podrán ser manejados fácilmente. En el caso del Golfo de Bizkaia, incluso, hace pocos años, había más de uno allí que se felicitaba del cambio climático, por el hecho de que se podría llegar a alcanzar un clima tropical en el País Vasco o Euskadi, pero, desgraciadamente, ésta es un realidad que se está alejando año a año.

 

En efecto, las investigaciones recientes, sugieren la posibilidad de que el calentamiento global podría dar lugar a cambios relativamente bruscos en la circulación termohalina de los océanos (difusión de la salinidad y de las temperaturas en base a las corrientes frías y calientes). En algunas zonas como Europa, si se colapsara la circulación termohalina, la corriente del Golfo dejaría de bañar nuestras costas. Ello produciría descensos de la temperatura media entre 2,7ºC – 5,6ºC, en tan sólo una década.

 

De este modo, podría sucedernos lo mismo que pasó con el clima, durante el Paleolítico, cuando los patrones climáticos de entonces quedaron alterados durante un siglo debido a que la circulación termohalina de los océanos se detuvo hace 8.200 años. En otro caso aún más extremo, este Cambio Climático Rápido o Abrupto podrían durar 1.000 años, como pasó durante el Younger Dryas (última glaciación del Pleistoceno), y que comenzó hace aproximadamente 12.700 años.

 

Tras el colapso de las corrientes atlánticas, el mayor impacto se produciría en las regiones del norte y centro de Europa pero, posteriormente, las condiciones meteorológicas de gran dureza y de frío se extenderían también hacia el norte de la península Ibérica. de modo que Europa, Norteamérica y otras regiones situadas en latitudes norte. Así pues, adiós a los inviernos suaves que disfrutan las costas de la Europa occidental.

 

Hasta ahora, los datos indican que las corrientes que transportan el agua cálida hacia el norte y devuelven el agua fría hacia latitudes situadas más al sur se han colapsado en un 30%, desde 1957 y que la Corriente del Golfo se ha ralentizado. ¿Podemos seguir permaneciendo indiferentes ante estos hechos?. La respuesta es el desarrollo sostenible. Una respuesta que las clases ricas que controlan el modelo económico-financiero actual nunca aceptarán. Ningún avaro renunciará a las riquezas que le dan poder económico, a menos que éstas les sean arrebatadas mediante sanciones e impuestos en base a políticas sostenibles, y eso es algo que los dirigentes políticos de la comunidad internacional podrían hacer si quisieran, apostando así por un futuro sostenible y el bien común de toda la humanidad.

 

 

http://juanjogabina.com/2013/08/12/las-corrientes-termohalinas-y-el-cambio-climatico-abrupto-no-obedecen-a-los-banqueros/