San Mamés, un nuevo anticuado estadio

Hoy hace un siglo, el 21 de agosto de 1913 se inauguró el campo de foot-ball del Atlhetic Club de Bilbao, un terreno de juego perimetralmente vallado con una bella tribuna de madera proyectada por el insigne arquitecto Manuel María Smith (1879-1956) cuya primera piedra se colocó el 20 de enero de dicho año. Situado en las afueras de una villa que empezaba a expandirse desde su centro histórico hacia el otro lado de la ría por la anteiglesia de Abando entre el edificio de la Santa Casa de Misericordia (1871) y el Hospital de Basurto (1908).

Cien años después, previo derribo del anterior sucesivamente ampliado más otros terrenos de lo que fue la Feria de Muestras, se construye un nuevo recinto deportivo, girado 90º respecto del inicial, pero en un contexto urbano consolidado radicalmente distinto. Financiado por la sociedad San Mamés Barria constituida el 19 de enero de 2007 por Athletic Club, Bizkaiko Foru Aldundia (Diputación) y BBK con 50 millones de euro cada uno, y posteriormente se incorporaron Bilboko Udala (Ayuntamiento) y Eusko Jaurlaritza (Gobierno Vasco). Al analizar el nuevo campo de futbol, hay que hacerlo desde distintos ámbitos que están interrelacionados: político, económico, laboral, urbanístico, arquitectónico, deportivo y simbólico. En sentido estricto, conceptual y de síntesis es el escenario de una inmoral colosal operación de corrupción.

Es un grave error urbanístico por diversos y obvios motivos y más en una ciudad que se autoproclama como modélica en tan trascendental materia que un nuevo campo de futbol se resitúe en el centro de un barrio ya congestionado por otras dotaciones públicas, residenciales e infraestructuras viarias, criterio periclitado, rotundamente opuesto al de su creación hace 100 años. Ningún ayuntamiento sensatamente gobernado admite la imposición de una instalación de esta envergadura para uso esporádico habitualmente quincenal y ya no solamente dominical día de menor actividad urbana.

Estas edificaciones deportivas de escala gigantesca y estructuralmente explícitas sino expresivas son habitualmente autónomas como una construcción pasiva cuya casi única función en albergar público periódicamente unas horas para ver partidos de futbol prescindiendo de su entorno, se desvinculan del núcleo urbano, y en ese sentido no pertenecen a la ciudad, por lo que su correcto emplazamiento es en la periferia. Y en este caso concreto apelaba a Zorrotza, Deustu o Zorrotzaurre. Es una ubicación socialmente cómoda para los socios que residen en la villa, como una pastelería cercana los domingos, y especialmente reivindicada por algo tan banal como la existencia abrumadora de bares en su entorno hacia el centro de la ciudad.

Entorno urbano

La prisa antes de que hubiese oposición vecinal y el mercadeo de terrenos de propiedad del club, otros de índole pública de la antigua e incomprensiblemente derribada Feria de Muestras, más la intervención de Euskal Unibertsitatea ha facilitado una descarada especulación. Lo que ha obligado a una construcción urbanísticamente contundente, espacialmente forzada y en consecuencia arquitectónicamente rutinaria con los volúmenes de las gradas en apreciable voladizo gradualmente inclinados hacia el exterior para acogerlas y por tanto con fachadas anómalas por agobiantes. La altura total 36,93 metros es mayor en todo su perímetro que la de los edificios circundantes lo que unido a la anchura de las calles intermedias, 23,30 y 27,35 m. en el nivel de acera, más amplio que en el de cornisa, no crea amplios espacios perimetrales sino senderos angostos, sombríos y tristes.

Asimismo urbanísticamente es de una evidente y gran torpeza que el Plan Especial de Reforma Urbana, aprobado el 28 de noviembre d 2006, no haya considerado la posibilidad de reordenar todo su entorno con una consideración más amplia a futuro. Ello hubiera exigido una demolición y realojo de los residentes en los edificios del Camino de la Ventosa nº 36, 38, 40 y el 51 de propiedad municipal que, cosa lógica desde la propiedad, han aprovechado su mayor presencia urbana para rehabilitarlos.

 

Tampoco se ha valorado la oportunidad de mejora de la conexión con Basurtu, sustituyendo el estado ruinoso y peligroso, cualquier día se desprende por oxidación de los soportes de la plataforma de vías del ferrocarril de Santurtzi sobre el angosto paso inferior, apenas dos metros de altura, como un trayecto útil a urgencias del Hospital. La mejora de la accesibilidad a la estación de Olabeaga para descongestionar la de San Mamés. O la reutilización de la traza del ferrocarril que proviene de más allá bajo el anillo viario dislocado que rodea al edificio Euskalduna, ni se interviene en la pasarela peatonal que sobre dicho trazado desciende sobre Dike kalea, la calle trasera del frente fluvial de Olabeaga que surge como un sendero selvático. Al Ayuntamiento sólo le ha importado que haya un terreno de juego, nada extraño cuando el concejal de Urbanismo ha sido Ricardo Barkala (PNV) tan ineficaz como de infeliz recuerdo.

Otra consideración urbana es la brutal manera como irrumpe un extremo de su eje largo sobre Olabeaga Kaia donde un enorme muro de contención evidencia el desdén de toda la urbanización. Podía haberse hecho una reinterpretación formal del muro-galería de Punta Begoña en Arriluze, Getxo con un tratamiento arquitectónico a la vez que funcional. Se ha invadido el perfil natural del terreno desvegetando la ladera y creando una impactante y abusiva presencia, se eleva 67,50 m. desde el + 0,00 de la ría demuestra que ni se ha hecho ni exigido un estudio de impacto ambiental. Impunidad por ser quienes son los participantes del (des)propósito.

Se han desgraciado el valor y las cualidades paisajísticas de la cornisa de Olabeaga, al igual que muchas ciudades europeas ofrecen sobre sus colinas próximas a un cauce fluvial referencias arquitectónicas de indudable calidad y simbolismo, no este gigantesco y vulgar volumen. Aquí la dignidad urbana y cualidad paisajística finaliza con la elegante vista de la Misericordia y se recupera a nivel de muelle con el histórico frente arquitectónico de Olabeaga. Pero el estadio comparte su agresiva presencia con la torpeza de la ampliación del Hotel Hesperia y sus permanentes carpas por un lado y el cilindro acristalado del edificio Bami por el otro.

Arquitectura

Su entorno inmediato tan inapropiado como dispar en las preexistencias edificadas, con una vialidad irregular muy diversa en trazado y anchura crea una enorme dificultad proyectual y compositiva a la que responde con la indiferencia de su ensimismamiento. No existe un rango arquitectónico que lo caracterice y ponga en valor urbano, por lo surge un recinto con una uniformización curvilínea anodina, aséptica, e indiferente sin ninguna vinculación con la ciudad, el lugar, la historia y estilo de un club todavía singular desde su creación. La falta de ámbito espacial impide su percepción adecuada.

Carece de composición urbana al prescindir de composiciones axiales que crean perspectivas atractivas, ni tampoco una prioridad o fachada principal apreciable porque la calle a la que accede es un sendero secundario, al que se denominará Rafael Moreno “Pichichi”, con el tratamiento más vulgar concebible para un espacio público frente a una arquitectura significativa, ni piedra, adoquines, u hormigón impreso, un agresivo asfalto negro para la tropa. Se distinguirá por el número de la puerta, quizá el número uno con una marquesina o unas jardineras, farolas y el escudo del club iluminado para distraer la atención.

Arquitectura anodina, falta de referencias simbólicas, el único recurso es disfrazarse de una revestimiento efectista con unas lamas originales que sí pueden ser interesantes como aportación creativa su durabilidad, no ha tenido ciclos suficientes de experimentación en condiciones desfavorables de posición y asoleo, es muy dudosa al margen de aspectos de limpieza. Gestos individualizados con diseño atractivo, pictogramas, color, iluminación, en definitiva cosmética necesaria para revestir y distraer la monotonía interior que preside estos recintos y en este caso donde la arquitectura estructural se atenúa.

En el interior, el perfil longitudinal estrictamente rectilíneo y algo primitivo de los lados especialmente del primer graderío, al margen de una cierta rutina geométrica, impuesta por la imposibilidad de ensanchar más la planta y volumen perimetral debido a un emplazamiento muy forzado que impide una adecuada concavidad o borde curvilíneo que aportase no sólo mayor armonía compositiva sino una mejora u optimización de la visibilidad lateral oblicua en equilibrio con el deseado acercamiento del público a la banda de juego, las líneas isópticas.

Si una apreciada cualidad de San Mamés ha sido su efecto de caja acústica originada por los cánticos y gritos de ánimo, se debería al menos haber hecho un estudio básico preliminar para garantizar tan importante efecto psicológico en el juego habiendo consultado a algún experto.

Nuevo recinto

La adjudicación directa del proyecto de ejecución a ACXT, división de arquitectura de la ingeniería Idom, es un acto característico de una tiranía, fascismo administrativo explícito y es éticamente repugnante que el anterior Gobierno Vasco, la Diputación y el Ayuntamiento lo hayan no sólo admitido sino alentado aunque viendo quienes integran estas instituciones tan habituados a situaciones de corrupciones urbanísticas y centrifugado de dinero es comprensible. Lo cual en ningún momento cuestiona la capacidad y acreditada solvencia técnica de la empresa beneficiada y del autor del proyecto el notable arquitecto César Azcárate sobradamente demostrada en otras importantes y complejas obras.

La cubrición que es un elemento muy caracterizador de una arquitectura deportiva es una superficie en vuelo sostenida por una estructura metálica que evidencia su tosquedad y parece ser que ha sido calculada sin considerar los aspectos económicos y estéticos a los que está obligada al ser un componente visto. La sección de las vigas es uniforme en toda su longitud que le aporta un aspecto de torpeza, un agravio técnico comparado con la elegancia, refinamiento y lógica estructural de la que era sostenida por el arco en la tribuna derribada. En una ciudad de hierro actualmente es la construcción más torpe existente en acero.

Ante la apariencia y testimonio de algunos técnicos expertos de un exceso de toneladas de hierro ¿quién, cómo y cuándo ha justificado su cálculo? ¿Por qué no se optó por otro sistema estructural más moderno, ligero, económico y bello? No existen, ya que nadie lo ha manifestado, criterios de eficiencia energética, quizá algunas bombillas de bajo consumo, como placas fotovoltaicas solares, reutilización del agua de lluvia de la cubierta, papeleras selectivas, y lo peor que las administraciones implicadas se han desentendido sin exigir nada. Tecnológicamente el estadio está desfasado.

El nuevo campo como cualquier obra nueva aportará mucha mayor accesibilidad, comodidad, amplitud, sótanos (5.434 m2) para otras actividades, única condición del Gobierno Vasco para justificar su absurda colaboración, aparcamientos subterráneos, servicios higiénicos, sanitarios, hosteleros, megafonía, iluminación, incluso palcos para orgias gastronómicas, climatización y ventilación.

No puede prescindirse de acusar la Diputación Gobierno Vasco y Ayuntamiento por su complicidad al tolerar las denigrantes condiciones laborales admitidas por la UTE San Mamés, las constructoras, Altuna y Uria, Inbisa, Murias y Acciona, en complicidad temeraria con las subcontratadas a los trabajadores explotados en condiciones infrahumanas de horario y salario que recuerdan la esclavitud.

Finalmente, además de las precarias condiciones de comodidad y seguridad que se pueden dar ante su inminente puesta en servicio, sin ensayos previos, ¿quién se responsabiliza del riesgo que comporta alojar decenas de miles de personas en tal deficiente situación? Las instituciones que ha pagado la obra ¿qué exigencias plantean ante cuestiones tan vitales como serán en el futuro las condiciones y el tiempo necesario de evacuación con vomitorios tan angostos y con trazados complejos de escaleras? La estrechez del solar, ha impidedo entre otras cosas, la construcción de rampas adosadas a las fachadas que además de favorecer compositivamente el perímetro de la construcción hubiesen agilizado la accesibilidad. ¿Quién ha realizado y cuál es el resultado del estudio previo de seguridad, algo vital en una obra nueva de acuerdo a la normativa vigente (CTE), del que extrañamente no se habla en absoluto?

Política

La inauguración del campo supondrá la monumentalización de una gigantesca estafa sino robo social y la impunidad de la corrupción política y ética liderada y controlada por el Diputado General Jose Luis Bilbao, un cacique provincial. Es la culminación de una indecente partida entre jugadores de estilo más que sospechoso, Diputación, Gobierno, Ayuntamiento y BBK con mucho dinero público entre manos de personajes en busca de un populismo electoral por lo que indubitativamente deben ser señalados como pertenecientes a la más nefasta extirpe política que puede padecer un pueblo.

Palco político provincial. Estos dirigentes tendrán la osadía y el egocentrismo de querer perpetuar con sus nombres esta obra. Por elemental dignidad social, es imprescindible que se eliminen los pases de favor a esta desdichada estirpe política que sostenemos espléndidamente, que se hagan socios o paguen su entrada.

Algo tan arraigado con el afecto que crea como la sede deportiva de un club histórico y único en el mundo con una afición tan significativa y ejemplar se merecía otra cosa, un estadio singular. Esta crítica, que al parecer queda como un hecho aislado personal es absolutamente imprescindible ya que se ha saqueado a la sociedad vasca con un escandaloso despilfarro de dinero público, incluidos sobres de comisiones y mordidas para los de siempre.

Cunde ya desde hace años el pánico profesional, el miedo a expresarse tanto individual como colectivamente de arquitectos en ingenieros para no molestar en público, aunque en privado tienen la hipocresía de opinar negativamente y animan a los que criticamos a seguir haciéndolo, no sea que se pierda alguna prebenda. Este proyecto ha surgido entre un silencio cómplice. Apenas ha existido un análisis urbanístico ni arquitectónico. Sólo he conocido una ponderada crítica del arquitecto y profesor en la Escuela de Donostia, Ramón Barrena cuyos argumentos por obvios y sensatos comparto y algunos aquí se exponen.

Es evidente que el campo recurrirá a la publicidad, debería ser una condición muy controlada que por autoestima y dignidad ideológica básicamente se haga en euskara y desaparezcan nombres de empresas de talante antivasco como Marca, El Correo Español y otras euskofobas como Coca Cola, el Corte Inglés, Telefónica, etc.

El nuevo campo se debería denominar Iñigo Cabacas en memoria del joven aficionado vasco asesinado por la Ertzaintza el 9 de abril de 2012 en una alevosa acción cuasi premeditada, por sus previsible efectos, bajo las ordenes de un impresentable y repudiado represor, el Consejero de Interior Rodolfo Ares del PSOE. Si este nombre produce rechazo a los propietarios y a los españolistas del club otra alternativa sería llamarlo estadio Idom en referencia a esta empresa que ha hecho lo que ha querido y es responsable del resultado arquitectónico. Una tercera posibilidad es llamarlo Campo del Bilbao, en alusión a Jose Luis Bilbao, el cacique provincial que acostumbra a hacer, con dinero público, sus caprichos personales en obras. Pero en ningún caso San Mamés Barria ya que la referencia al San Mamés histórico es ofensiva, se han eliminado totalmente y tampoco es un topónimo sino el glorioso nombre de una historia torpemente condenada por quienes han manipulado este vergonzoso proceso.

Esta construcción simplemente es un terreno de juego con unas gradas más grandes alrededor. Si tenía que ser nuevo el campo del Athletic al menos que hubiese sido de lo mejor, no una construcción ecléctica suma de detalles formales. Es decir como hasta ahora pero en nuevo, que no es lo mismo que moderno.

Este estadio no es digno sucesor del legado histórico recibido. El anterior desde su construcción ahora hace 100 años y especialmente desde 1953 con la reforma y el arco, supuso una referencia mundial en la arquitectura deportiva cuya vigencia y funcionalidad ha sido valida hasta su precipitada demolición.

En definitiva ha sido una gran oportunidad desperdiciada para hacer ciudad habiendo construido en lugar adecuado considerando la relevancia de lo deportivo, una obra de gran calidad arquitectónica, que es algo más que un recinto funcional y espectacular con apariencias pero sin carácter que no aporta casi nada a la arquitectura de la villa, ni tan siquiera un componente paisajístico y simbólico. Tantísimo dinero 173 M€ para tan poco, por todo ello puede concluirse que es un campo irrelevante, anticuado, incluso fracasado.

 

Iñaki Uriarte

Arquitecto

Bilbao, 15 agosto 2013

 

Publicado por Nabarralde-k argitaratua