Sobre el fenotipo terrorista

Como pertenecientes a clanes lustrosos y bien esclarecidos, se han formado en los colegios más prestigiosos, llámense, The Choristers School, Philips Academy o el para nosotros más cercano, nuestra Señora del Pilar, de la corte.

 

En su currículo, florecen ¿cómo no?, las más ilustres universidades, Oxford, Yale, Complutense… Sistemáticamente, y por alfombrado pasillo, suelen acceder a importantes desempeños, bien se trate del mundo de la abogacía, de los ilustres despachos, del funcionariado, de la empresa o de las altas finanzas…

 

Suele ser habitualmente el inevitable y cómodo trampolín hacia los más encumbrados cargos políticos.

 

Ya en el poder, con harta frecuencia caen en la fatalidad y desencadenan terroríficas guerras y genocidios…

 

Sus frías y despiadadas (guerras) decisiones se llevan por delante a miles e incluso millones de inocentes niños e indefensos ciudadanos… Auténticos gestores de este sufrimiento planetario.

 

Destruyen y arrasan países enteros, generando lustros de hambre, miseria y desesperanza… Si estos pueblos asesinados gritan, reclaman o se levantan los llaman terroristas…

 

Bien. No es más, que por muy manido que sea, uno de tantos irrefutables retratos de los auténticos gestores del terror. Y que eviden- temente, se trata del malnacido trío de las Azores… ¿Dónde están los más grandes terroristas?

 

Traigo a colación este trágico episodio, cuyos efectos siguen en carne viva, movido por el cinismo que derrochan algunos irresponsables plumillas del statu quo.

 

Tan pesebreros como casquivanos, dan grima por la frivolidad con la que se enredan en algunos temas. Por supuesto, me refiero al del terrorismo.

 

Tratando de lenificar un aburrido viaje de autobús, hojeaba una de esas revistas con ínfulas de científica. Me constaba que en definitiva no pasan de un cierto mariposear o si se quiere fisgoneo, más pretencioso que científico. Y la verdad, tampoco es que se trate de algo muy interesante, porque en pocos lances lectores, acaban por hastiarte…

 

Pues eso…

 

Eso sí, uno de los títulos me llamó la atención. Más o menos trataba de explicar qué hay en la mente de un terrorista y cómo se forma.

 

Cómo no… los terroristas sobre los que hurgaba la tal disección científica del artículo, como no podía ser de otra manera, eran miembros de ETA y, si mal no recuerdo, de la yihad islámica o de algún otro elemento de la jarca moruna…

 

Por supuesto, que a partir de aquel momento decidí no desperdiciar ni un céntimo más en tales revistas de estructuras tan yanquis ellas…

 

Pero a lo que vamos. Que ya es hora de que la gente honesta, que la hay, llame a las cosas por su nombre. Que ya es hora de que desenmascaremos el verdadero rostro del terror.

 

Lo hemos dicho mil veces. La verdadera causa del terror está en los países que para poder mantener sus inmensos activos económicos, necesitan urgentemente promover «terroríficas guerras y conflictos» para vender su producción armamentística. Así de claro. Y que con la misma claridad los medios, si han de ser honestos, deberían denunciar a estos países, justamente a todos estos criminales hipocritones que andan por ahí dándoselas de guardianes de las democracias…

 

Es así de simple. Y con tal simplicidad, denuncio a todos estos escribidores vendidos y corrompidos, que tanto en los medios como en revistas, por mucho que se vistan de muy interesantes, pululan como oráculos del hijo del diablo cojuelo…

 

¿Terrorista? ¿Cómo llamaremos al que desde un cómodo despacho, dirige un avión teledirigido preñado de bombas, causando muerte y exterminio a inocentes ciudadanos y que luego con la satisfacción del deber cumplido se emboca su cervezota?

 

¿Terrorista? ¿Cómo es la mente del que desde su poltrona arma a niños inocentes o manda disparar contra una manifestación de ciudadanos…?

 

¿Terrorista? ¿Qué veneno tendrá el cerebro de los que desde, por ejemplo el FMI, ordenan almacenar millones de toneladas de trigo, o de maíz, etcétera, etcétera, y desencadenar otras tantas toneladas de hambre y miseria?

 

Porque un servidor, que conoce a numerosos exmilitantes de ETA, jamás ha visto en la mayoría de ellos otro gesto que no sea colaborar a favor de la cultura y de las necesidades de nuestro pueblo.

 

Y por supuesto, y esto es bien evidente y meridiano, mostrarse solidarios con las penas de los pueblos oprimidos. Porque, guste o no, están hechos de una pasta absolutamente distinta de la de estos señores del poder y de la guerra que nos gobiernan. Por muy Premio Nobel que alguno de ellos ostente… ¡Ah, algunos premios nobeles de la paz…! ¡Vaya sarcasmo!

 

Y esto es así. Y lo testificaré ante cualquier instancia, por muy española y demócrata de toda la vida que sea… ¡Vamos…! Que me vengan a mí a hablarme de terroristas, por muy Munillas o Urquijos que sean…

 

Publicado por Nabarralde-k argitaratua