In vino veritas

La uva, quizás no al azar de género femenino es reacia al manoseo, si ha de convertirse en buen vino. Tengo tres parras en mi casa de Orietxea que demandan no sólo el cuidado de escardarlas y abonarlas en el otoño, podarlas en primavera, reducir al número de racimos a comienzos del verano exponiéndolos a la luz del sol para adelantar la vendimia tempranera, Por eso tiene el color y el sabor de las cuatro estaciones. De esta forma me enseñó mi padre don Eduardo la sabiduría de beberlo sólo en bota o en porrón. Él era vinatero de profesión y su dictamen como catador de vinos de la Ribera de Navarra era inapelable.

Se han dado innumerables lecturas al dicho latino pues es dudosa su autoría además de parecer un enigma interpretativo y suele atribuirse el refrán a Cayo Plinio el Viejo (23-79 de nuestra era), de las milicias romanas además de escritor y naturalista que al recomendarlo más bien avisaba de sus peligros: yo lo leería «Sé sabio al beber el vino y encontrarás muchas verdades, entre otras a ti mismo», como si su filosofía estoica estuviera a dos pasos de la auténtica medicina. Federico García Lorca llevó el dicho a sus máximos extremos: «Ojalá fuera yo todo vino para beberme a mí mismo» y nuestro amigo el cordobés Séneca, tierra de vinos generosos se expresaba ya en su tiempo: «El vino para ser bueno ha de ser como un amigo criado en el mismo lagar».

El novelista Pío Baroja (1872-1956) describía a sus personajes como destellos de la luz tamizada en el País Vasco. Exacto en la palabra, aconsejaría que fuéramos también sobrios como cuando se escancia el vino y comentaba sobre sus dichos como descubrimientos de la verdad a través de la experiencia, el único medio de cerciorarnos de que existimos: «No exageres la verdad y cuéntala sin matices que suelen ser arte de la mentira» y uno de sus dichos rebosa de sabiduría popular: «El vino es el mejor camarada para el camino».

Los avisos son innumerables y yo me quedaría con el de Pitágoras que jugaba con números, sobre todo los pares: «Si quieres morir de viejo, no necesitas más que conservar dos cosas: un poco de buen vino junto con un amigo», que Valle-Inclán versificaría: «»El vino huele a manzana – y tiene aquella sabor galana – que tiene la boca de una aldeana». El que al mundo vino y no toma vino ¿A qué vino? (Bernardo Piuma)

HECHOS Y DICHOS

El vino se parece a las personas. Tratémosle, pues, con respeto. Charles Baudelaire

REFRANES CÉLEBRES

A quien ni fuma ni bebe vino, el diablo le perderá por otro camino.