Nafarroa

Ya tenemos ley de consulta y ahora lo que haría falta es diseñar el próximo paso, pero la suspensión anunciada por ZP tendrá lugar en breve y todo quedará ahí, pues el celo del actual presidente del PNV y el del propio Gobierno autonómico para cumplir con la legalidad dictada desde Madrid, se ha convertido en un permanente «se obedece y se cumple».

He de reconocer que fui ingenuo pensando que habría consulta, pues creí que a pesar de las prohibiciones españolas, nuestra voluntad soberanista y el respeto a las decisiones de nuestro parlamento, primarían ante cualquier ingerencia de aparatos u órganos del estado, que últimamente vienen demostrando con una gran profusión de actos, estar dispuestos a vulnerar nuestros derechos fundamentales más básicos.

Y al final somos unos cuantos los que empezamos a pensar que la Euskadi de Sabino, en boca de sus más responsables seguidores, los dirigentes del partido centenario, ha dejado de identificarse con la idea de nación que él mantenía. Euskadi se ha convertido en una demarcación autonómica, respetuosa con la constitución y la legalidad española y que jamás podrá ser sujeto de cualquier otro derecho.

También últimamente nos ha sorprendido ZP con otra revelación, fruto de esas voces patológicas que él suele oír, y nos dice que hay que eliminar el concepto de Euskal Herria de nuestras vidas. Y como él tanto atiende y obedece a esas voces, utilizará todos sus aparatos y poderes para que el concepto de pueblo vasco desaparezca de todos los textos. A saber cuantos conocerán la privación de libertad por solo mencionarlo.

Ante esta situación se me ocurre que únicamente nos queda la mención al histórico estado vasco o estado de Nafarroa, hoy dividido por la administración francesa y la española en dos comunidades autónomas y un territorio incluido en un Departamento francés. Pienso que ellos no serán tan canallas o estúpidos que pretendan ignorar estos hechos históricos, que a su vez concretan lo que los vascos perdimos por la agresión de los enemigos y lo que debemos recuperar.

Patxi Zabaleta, navarro oriental, caía en el error de decir que el lehendakari respeta a Nafarroa por plantear su opción a decidir limitándola a Euskadi (Nafarroa Occidental). El error de Patxi es el de no decir claramente que el estado de los vascos es el estado de Nafarroa, en su totalidad, y que si el territorio de los navarros orientales mantiene la denominación de aquella nación vasca, su actual territorio no se corresponde con el que fue durante periodos muy importantes y prolongados de su historia. Por ello, en mi opinión, sobraba ese comentario.

Por consiguiente los vascos de los territorios navarros de occidente (Euskadi) y del norte (Iparralde) tienen perfecto derecho a considerarse como ciudadanos del estado de Nafarroa y denominar a sus territorios como integrantes del mismo.

Y cuando hablamos del estado de Nafarroa, estamos hablando de algo muy concreto, de un reino que fue independiente, que se constituyó en estado, con personalidad histórica y política, y que fue secesionado, invadido y conquistado por la fuerza de las armas en distintos periodos a lo largo de su historia, pero que durante siglos fue soberano y por ello le ampara totalmente el derecho internacional para la recuperación de su independencia. Desde la perspectiva del derecho internacional, siendo navarros, no estaríamos ante el caso de Kosovo, ni nuestros oponentes podrían argumentar diciendo que nos inventábamos un país llamado Euskadi.

El error de muchos navarros orientales es el de considerarse, solo ellos, los únicos herederos de aquel estado vasco. En la medida de que los habitantes del resto de los territorios navarros nos identifiquemos con la lucha para recuperar la arrebatada soberanía de aquel reino, deberíamos tener el mismo respeto internacional a nuestra independencia que el que han tenido otros estados que fueron ocupados y violentamente sojuzgados durante siglos.

Hoy se ha recordado en Getze la batalla de Noain de 1521, última batalla por la independencia de Nafarroa. Valga este recuerdo por la apuesta futura de una Nafarroa osoa eta askatuta.