La plaza del Castillo II: el misterio de la cripta

EN fechas recientes se ha publicado una información que ha pasado -como tantas otras- de puntillas y que, sin embargo, debiera ser objeto de mayor atención, pues retoma uno de los problemas más sentidos por la ciudadanía, cerrado en falso: los desmanes y el expolio de la plaza del Castillo, con indudable repercusión e incidencia en lo cultural, político y económico.

La información alude al enterramiento en Lezkairu, denominado eufemísticamente «cripta arqueológica», de diversos materiales procedentes de las excavaciones de la plaza del Castillo, que fueron depositados en una campa municipal.

Materiales de los que no se ha hecho público su listado y procedencia exacta, y que, salvo los máximos responsables del Servicio de Patrimonio y los responsables políticos, casi nadie conoce, pues se trata de un asunto con nivel de materia reservada, que hay que ocultar a cualquier precio. Por ello, han hecho una «cripta».

Refresquemos la hemeroteca

Entre los materiales vertidos crípticamente en Lezkairu sabemos que, al menos, están los mosaicos decorativos del suelo de nuestra antigua plaza. Veamos qué decía nuestra elite local al respecto, en medio de un importante rechazo popular:

A) El periódico de Cordovilla (7-III-2001) afirmaba sin ambages que el proyecto del parking subterráneo en la plaza del Castillo mantendría íntegramente el mosaico del suelo, y que así lo debería recoger obligatoriamente el proyecto definitivo de reurbanización del entorno.

La alcaldesa Yolanda Barcina, con la cara de buena que pone en las ocasiones, añadía que «el proyecto final debe mantener el carácter acogedor y entrañable del entorno con árboles y vegetación».

B) La adjudicación del proyecto se hizo a la empresa EYSA, del Grupo FCC (el de la gran Alicia en su ciudad de las maravillas), y tras un estudio municipal que se califica como «riguroso» en el DIARIO DE NOTICIAS (23-III-2001) se ofrece expresamente la posibilidad de recuperar los mosaicos para «su posterior reposición».

C ) El responsable maximus del área de obras e infraestructuras, señor Balsa, dirige un fax a EYSA en abril de 2001, donde, entre calurosos y entusiastas saludos, le propone a su arquitecto actuaciones en la plaza para mantener su zona central «íntegramente como está ahora, distinguiéndose de manera más clara la zona vieja de la plaza, de la nueva».

D) En mayo de 2001 el proyecto básico de urbanización de la plaza mantenía que «con objeto de respetar la imagen histórica más reciente nos hemos propuesto mantener intacto el templete central de la plaza y restituir los mosaicos y ruejos más significativos, así como su actual disposición».

Este proyecto básico fue aprobado por el Ayuntamiento con fecha 5 de julio de 2001.

E) Un medio informativo local afirmaba (10-VIII-2001) que: «la imagen de la plaza del Castillo tras las obras del parking será igual a la actual», y añadía que: «se mantiene el kiosko, el mosaico, 85 árboles de la misma especie y los jardines».

F) El otrora consejero de Educación y Cultura, y posteriormente senador del Reyno, Ilustrísimo Señor Laguna Peña, en comparecencia parlamentaria (18 de septiembre de 2001 a las 18.15 horas), lanzó para la posteridad la siguiente excelsa melonada :

«Ciertamente agradezco la oportunidad de poder tranquilizar a sus señorías y a quienes representan sobre el tema de la intervención arqueológica en la plaza del Castillo de Pamplona, además tenemos aquí a la derecha un cuadro que parece que nos obliga a ser sensibles con este tema, el cuadro de la plaza del Castillo en plenas fiestas sanfermineras y que realmente creemos que después de la intervención que va a haber, va a diferir poco, hasta el alineamiento de los árboles de este cuadro actual, de manera que no hará falta cambiar el cuadro, cuando se cambien las estructuras de la plaza del Castillo».

Se comprende que, exhausto tras el parto, este individuo haya permanecido inédito en el Senado.

Pasemos a lo más gordo

Ya se llevaron los restos; ya se nos murió la plaza del Castillo; ya se rieron de la historia y de la ciudad; ya se ciscaron en la ciudadanía; ya pagaron el lucro cesante y se transformó en lucro incesante; ya recibieron premios y ascensos en el pesebre: uno fue consejero, otro senador, otra futura presidenta…

¿Y la plaza? ¿Y el mosaico? ¿Y el incesante lucro?

Todo resuelto. Ya tenemos «cripta»; del griego «cripto», esconder, cubrir. Y a ella han ido a parar los restos de la plaza del Castillo.

Una cripta es un lugar subterráneo en que se acostumbraba a enterrar a los muertos; también, el piso subterráneo destinado al culto en una iglesia. Entre nosotros tenemos las de Leire, Aibar o Unx, y a partir de ahora, salvo que el sagaz consejero Corpas quiera sumar otra en Santa Fe de Epároz, contaremos la de Lezkairu… Por cierto, ¿para cuándo las visitas guiadas?

Hasta aquí el desmán cultural de esta cuadrilla. ¿Y el económico? Éste es de enormes proporciones, pues no se puede cuantificar el daño económico de un expolio cultural.

Pero al menos sabemos cuánto nos costó el lucro cesante o ¿incesante? de la empresa EYSA, a la que indemnizaron -sí, lo hemos escrito bien- con 9.000.000 de euros (1.500.000.000 de pts.) a cargo de la ciudadanía, por imposición política. A los responsables no les ha costado un duro.

Pues bien, en la liquidación provisional del fin de la obra del aparcamiento (julio de 2004) se incluye una partida liquidatoria en concepto de recuperación de mosaicos por la que se pagó 4.349.947 pts, a lo que hay que añadir el 19% de GG y BI y el 16% de IVA.

Esta partida, enterrada ahora en Lezkairu, ¿quién la pagará? Y nada decimos, todavía, del resto de partidas también enterradas allí.

Resulta vergonzosa la lenidad y desidia de nuestra mal llamada clase política para exigir cuentas de estos desmanes. No solamente se pitorrean de la ciudadanía, sino que además nos esquilman y les sale gratis

El área de Conservación Urbana (¿?) del Ayuntamiento pamplonés han vertido en la «cripta», al parecer, unos 200 palés (unas 500 toneladas de restos desmontados para su reutilización), que son los que faltan del solar donde estaban almacenados. ¿Qué han enterrado además del mosaico? ¿Por qué lo conservaron y pagaron por ello con el dinero de todos si no tienen ningún valor? ¿Por qué nos han mentido tanto?

La arrogancia de algunos políticos les lleva a considerar que sólo ellos son depositarios de la cosa pública, y que la ciudadanía está para pagar impuestos y reírles las gracias, y que hay que envolverla en humo para que, cuando descubra la trama -nunca mejor dicho-, sea demasiado tarde.

¿Pamplona, ‘ciudad de la cultura’?

Yolanda Barcina, Corpas, Laguna y los múltiples Sanchos, Balsas, Sesmas, Tabares, Idoates, Lineros, Tramas, etcétera, han sido y siguen siendo en algunos casos responsables de estas mentiras, de estas actuaciones lamentables y de sus nefastos efectos.

Su actuación será recordada mucho tiempo y todo el expolio cometido lo deberá conocer, sin duda, el organismo europeo que otorga la condición de ciudad de la cultura, a la que Pamplona aspira, para que la elección se base en datos objetivos y fiables.

No vayamos a ser tan tontos que además de pagar los desmanes les invitemos al postre. Esperamos que no sea así y que alguien -aunque sea un solo político- reaccione. De lo contrario, como dijo un filósofo en su testamento, nos avergonzaríamos de pertenecer a una ciudad que en 70 años no ha conseguido quitarse la porquería de encima.

* Firman este artículo: Miguel Ángel Muez, Jacinto Martínez Alegría, Pablo Ibáñez, Ramón Urtasun, Pello Iraizoz, Jesús Arbizu, Tomás Urzainqui y Txema Aranaz