Sobre castas, frikis y otras tribus

Uno tiene la conciencia, de que gran parte de las bases del programa de “podemos”, han sido estudio y propuesta para un buen número de pensadores de la izquierda vasca. Si llega el caso, creo no tendremos excesivas dificultades en demostrarlo. Evidentemente fueron gestadas en las entrañas contaminadas del “entorno..”. Y ya sabemos el tratamiento que tanto las ahora denominadas castas, como su cohorte mediática han atribuido a dicho entorno.

Y la verdad, no ha sido moco de pavo que largo y tendido, te enjarreten la cosa esa del arquetipo etarra… No vamos a puntualizar ahora, las crueles consecuencias, torturas incluidas, para la intelectualidad vasca.

Pero dejemos estas consideraciones, y felicitemos ¿cómo no?, a estos muchachos, que han sido capaces de impartir una pedagogía tan paradigmática.

Porque la verdad, es un hito, conseguir iluminar, ilusionar y sobre todo impulsar a una sociedad, que como tantas veces hemos recalcado, parecía cataléptica. Pues eso, que a un servidor no le duelen prendas y se descubre.

Cierto que no puedo ni debo ocultar ciertas reservas. Espero la respuesta que estos ciudadanos, con un intelecto tan bien amueblado, articulen sobre la cuestión de la soberanía vasca.

Pero insisto. Aún con esta incertidumbre, no se puede negar la importancia de esta irrupción de oxígeno, en un espacio tan corrompido como el cubil carpetovetónico. “Osea”, en el chiringuito de la casta.

Y en esta coyuntura, que dirían los de la casta, el espectáculo al que estamos asistiendo me resulta circense.

Para un servidor, es un lujo asiático romperse de la risa, desternillándome ante las piruetas de marhuendas, indas, sorianos, rosas de España, dinosaurios como el Felipe de marras y toda la fauna del zoo político mediático… ¿Y porqué?

Es bien sencillo. Los de la casta se dedican a lo único que han sabido hacer en su vida, recurrir a los tópicos más recurrentes del fascismo e insultar. Ya sabemos: populistas, rojos, castristas, hitlerianos –que por insultar, ya ni se aclaran- . Ver como mientras la cohorte mediática del poder se desgañita, estos jóvenes, llegados al escaño con su palabra y cuatro euros, los esperan con gesto paciente y mesurado. Todo un espectáculo.

Y sobre todo saborear, como con su exquisito adiestramiento ético e intelectual, destrozan el discurso romo, ramplón, barriobajero y rancio de la casta.

Y es que llevamos tantas décadas –desde el repulsivo y sanguinario franquismo- soportando a una clase política tan cutre como soberbia… Tantos años desde que, a palos, votaron a la inteligencia de los parlamentos… Le bastó a la casta política con erigirse en salvaguarda del capital financiero para amusgarse en un “modus vivendi” perpetuo…

Y de ahí, al premio de la puerta giratoria…

Pero por supuesto, siempre se ha dicho que el poder corrompe.

Ahí nos quedaremos pues, vigilantes. A la expectativa de ver si este nuevo espíritu germina y crece. Y por supuesto, expectantes ante la contraofensiva de la casta.

Porque no nos engañemos. La casta no se conformará con insultar, tratar de ahogarles económicamente y si es posible de corromperles… Y les cerrarán toda ventana mediática para que su palabra se vuelque en una siembra productiva…

No nos equivoquemos. La casta tiene en sus manos, mientras el pueblo no se lo arrebate, todos los medios represivos.

A la casta y a ciertas tribus atípicas pero aledañas, no les duele golpes de estados, guerras civiles, ni cualquier otra salida violenta. Nunca se acostumbraron a ser pueblo y a vivir como tal…