La casta impura y el mercadeo de las leyes

 

Ahora nuestro parlamento ¿foral…?, se espachurra las meninges para que el Estado español, no nos birle el llamado IVA de VW.  Que a los navarros nos supone una “vellonada” escandalosa… Ahora,   tras lustros de vergonzosa tolerancia y con el agua al cuello, nos acordamos de nuestros aguerridos  infanzones…

Es el eterno ultraje,  la casta hispánica, tan pútrida como antinavarra, amenazándo con su “embutidora” de leyes… Como si quinientos años amasando normas contra esto, el fuero aquel, o cualquier jurisprudencia secular nuestra, no fuera un auténtico estupro. El estupro del bárbaro imperialista español contra el “Jus navarrorum”.

Y es que los partidos unionistas carpetovetónicos, blanden la ley cual zurriago. La engendran con la exuberancia de un ortóptero, siempre en su propio interés, al aire de la coyuntura. Y es en su propio interés, como las manipulan o en su caso las rompen…

Hoy día, la ley, en boca de los políticos, tiene menos credibilidad y valor que  la publicidad  de un mercachifle.

¿Qué necesito ilegalizar un partido o cerrar un periódico? nada, en horas te gesto una ley, aunque más parezca un aborto. ¿Qué he de alejarle del trullo a un prohombre corrupto de la banca?, ley Botín. ¿Qué por razones inconfesables me interesa privatizar el registro civil para luego “nepotizarlo” –valga el palabro-, hasta la bandera. A por ello.

Es decir que la moralidad y si se quiere la legitimidad de muchas leyes es impura, como la casta que las alumbra. Y que por tal concepto y en estas circunstancias, mas que un disparate,  cierta desobediencia, sería una respuesta bien moral y humana.

Me gustaría saber cuantas leyes de obligado cumplimiento, aparte del desafuero que comportan, serían observadas, sin la amenaza sancionadora… Digamos, jueces y esos  manporreros, que más parecen un  cortejo fúnebre…

Por eso, esta casta espuria, que se pone sus propias leyes por montera cuando le interesa, no tiene ninguna legitimidad. Nos impelen por poner un ejemplo, tanto a catalanes, como a vascos,  a pasar las horcas caudinas de la constitución o en su caso del tribunal constitucional.

¿Por qué no nos preguntan si aceptamos tal carta magna o tal institución? ¿Por qué no nos preguntan que significado tienen los para  tantos ciudadanos? ¿Por qué no nos preguntan si lo único que nos vincula a ambos conceptos, es la amenaza armada? ¿Por qué cuando a ellos les interesa la desmadejan, la transforman hasta cambiarle de sexo si es preciso…?

Así pues, con esta desfachatez y con esa desvergüenza endémica de la corte, nos han dejado el fuero, en puro estertor. Como decía un ilustre sinvergüenza, que no lo reconoce ni la madre que lo parió.

Nuestro sistema educativo, la sanidad, la cultura, los pelotazos “monumentales”, el concierto que más parece berrido  charanguero, son puro andamio.

Lamentarnos de nada sirve. Hemos sido los propios navarros quienes con inusitada cazurrez, dejadez o ignorancia, nos hemos labrado tal porvenir. Eso ya no tiene remedio.

El asunto es que de momento, la regeneración de nuestra gobernanza no parece tan clara. No se ve un grupo decidido de auténticos patriotas, capaces de enfrentarse a la belicosidad y a la “maltzurkeria” histórica de la corte. Gente capaz de “agiornar” nuestras leyes. Y si es preciso inspirar una nueva gamazada.

Hay que  decir a Madrid, que los navarros deseamos ser soberanos para gobernarnos con nuestras propias leyes e instituciones. Solidaridad con el resto de los pueblos, toda la que emane de nuestra voluntad soberana. Andanadas de leyes injustas y normas chapuzas, enredando las ruedas de nuestra marcha como ciudadanos libres, ni una más.

No acatar las leyes que solo sirven para proteger el bunker de una casta ciudadana privilegiada a costa del sufrimiento de la ciudadanía, es propio de ciudadanos libres.

Josu Sorauren