Mejor original que fotocopia

¡Qué injusta es la vida! No existe respeto por los ancianos. Para una vez que el Fragasauro se expresa con sinceridad desde hace más de tres décadas, todos los «antifranquistas» estandarizados se han revuelto, bueno todos no, solo los que siguen necesitando hacer el paripé.

Y es que es una putada, camarada. Tantos años homologando y defendiendo a los neofranquistas como la esencia de la democracia española, para que luego te saquen al cunetero que todos llevan dentro. Lo que jode realmente es que tres décadas de saraos y recepciones besando manos de gente que en el fondo te ahorcaría te acaba perturbando. ¡Qué ingratos los camisas azules! ¡Si eran cuatro! Los cientos de miles de millones de autodenominados «antifranquistas», todos de postal como decía La Polla, que siempre «corrían delante de los grises»; que les han llevado el «atado y bien atado» en volandas hasta el más digno de los altares de la homologación «democrática» europea, y que además son los que hoy gestionan el «atado y bien atado», con mano férrea, con todos los instrumentos habidos y por haber, en la defensa de «la opulenta democracia vigente que nos hemos dado»; despreciados, pese a «su servicio a la Patria», por el Pater constitucional, el más alto referente político español viviente, la mano derecha del Caudillo, su delfín: el excelentísimo Don Manuel Fraga Iribarne. Ministro de ministros, presidente de presidentes, cazador de cazadores. ¡Qué injusta es la vida con los autodenominados «antifranquistas que corrían, corrían y corrían ante los grises»!

Pero qué os voy a contar. La mayoría de vosotros y vosotras «no conocisteis a Franco», y los que lo conocieron eran «todos antifranquistas», ¡todos!, «antifranquistas apolíticos» del «no te metas en líos» y «con Franco se vivía mejor». Los demás «apenas» existían, «los cuatro del Movimiento» (cuatro mil millones más bien), y los que no hubieran querido conocerlo, «los terroristas», o sea los antifranquistas de verdad, la mayoría en prisión, en el anonimato o «evaporados».

El ser humano es el único bicho que choca dos veces con la misma piedra, y yo que siempre he preferido ser bicho que «persona humana» como gusta redundar a muchos, volví a decir públicamente que el PP era un partido neofranquista. En esto, una conocida cara pública del PP se irritó, no mucho la verdad, pero con ostentación, mientras su entorno autoantifranquista me exigía respeto. Comentaba indignada que le era ofensivo que se calificase a este partido como neofranquista, porque ella todavía no había nacido cuando Franco ya había muerto, allá por el pleistoceno. Pobre chica, pensé, ¡qué bicho soy! El PP, tan democrático, tan tan… ¿infantil? Recordé entonces a Basagoiti, su infancia tan… ¿»antifranquista»? Claro que, luego pensé que, evidentemente, tampoco había nacido cuando vivía Jesucristo, si es que vivió alguna vez, pero no por eso deja de reivindicar sistemáticamente su exacerbado y totalitario credo cristiano-católico-apostólico-romano-opusiano. Qué rebuscado que soy, si son «cosas de la infancia», ¡mira que comparar a Jesusito de mi vida con Franco!

Así es, soy un bicho sin sensibilidad. Incluso yo, retorcido de mí, guiado ciegamente por el dicho cristiano de que «por sus hechos les conocerás» había sugerido lo del «neofranquismo» por una obcecación torticera. ¡Qué malo soy! Mira que prestar atención «a lo de Arrasate». Por aquellas fechas, el 9 de noviembre del 2008 para más señas, también en el pleistoceno, la única concejal del PP de Arrasate, muy ética ella, como su entorno «autoantifranquista», votó en contra de retirar el impuesto nombramiento del Caudillo fascista Francisco Franco Bahamonde como alcalde honorífico de Mondragón allá por el 48 del pasado siglo. Una más de las que nos tienen acostumbrados los apolo-jetas del exterminio franquista, podríais pensar, con razón.

Pero no, seríais injustos como yo. Pobre mujer, es otra «que no lo vivió» con el síndrome de Elvis. Es lo que tiene el Pleistoceno, nunca se vivió. Pobre gente, ya esta bien de tanta memoria prehistórica. ¡Dejadles en paz! Y nosotros, obcecados sin sensibilidad, sin atender al drama que vive esta gente «que no puede vivir el franquismo vigente «que no vivieron» en libertad». ¡Jesús, Maria y José! ¡Cómo somos los seguidores de Bruce Lee! ¡Ver para creer!, perdón, quiero decir ¡Vivir para creer! No por Dios, disculpas otra vez ¡Creer para creer!

Por eso, y solo por eso, es normal que el que Le vivió, sobrevivió y rentabilizó de plano se «turbe más» públicamente. Eyaculación póstuma, orgasmo final, experiencia ultraterrenal, ¡Es el original! El Fragasauro, ejemplar único en la Europa posterior a la ¡II Guerra Mundial! Puede y debe balbucear inconexas referencias patibularias desde su plácido estertor natural en común identidad con el Elvis ferrolano, que demostró que los criminales de masas pueden morir en la cama matando con mil años en cada pata, como el Reich. Es lo natural, lo «humanamente humano». Es la imagen de una época que nunca debió dejarnos, que nunca nos ha dejado, que sigue ad eternum per secula seculorum atada y bien atada. Si no que se lo pregunten a los últimos «terroristas y bandidos» detenidos por las Fuerzas de Orden Público en las provincias traidoras del Norte.

Y por eso, y del mismo modo, lo de Tardá hacia el Borbón, es delictivo, intolerable. ¡Faltaría plus! (y agallas para mantenerlo). ¡Como tiene que ser!¡Detengan a ese súbdito subversivo! ¡A la horca con él! ¡Compararlo con Don Manuel y su percepción constitucional! Lo del Fragasauro es, «de otra vida no vivida», como Elvis, inconcebible para paganos como nosotros. Es el origen, el original, el principio, la madre de todas…¿las guerras?

La fotocopias son incomparables con el original. Les falta clase, la esencial contundencia del poder, del verdadero poder al micrófono. Al pan pan, Don Manuel, y al rojo pum. ¡qué grande eres! En cambio, Zapatero es a Aznar como Suarez a Franco, tanto monta, monta tanto. Verborrea sin esencia, estética innecesaria, maricomplejines como diría aquel. Algunos de ellos se escudan en que, no vivieron físicamente ni el franquismo, ni al Cristo que lo fundó, como mi amiga del PP, pero lo cierto es que hay que reconocer que aplican a la perfección, con mucha mano izquierda, el libro de estilo que el ferrolano y su cohorte de camisas azules y arzobispos desarrollaron durante 40 años de dictadura, en la gestión de los 30 años de propina que les legaron: ¡España Unida y en Orden. presente!

Ahora que, donde esté el original que se quite la fotocopia, y eso que últimamente las fotocopias son de una calidad excepcional, ¡casi ni se distinguen de los originales! Así que menos reproches y cuidadme al Fragasauro, que como buen original, no tiene precio.¡Ponedle otro micrófono ya!