El mesias, la virgen y el guay

Los que colaboramos en los «medios de comunicación» sabemos lo que se cuece detrás del telón. Son un millón las anécdotas que cualquier periodista u opinador puede contar sobre censuras, autocensuras y amenazas. Qué noticia transmitir y cual no, cómo, desde qué punto de vista, con que recursos, con que intenciones. La comunicación actual no es informativa es conductual, adoctrinadora, sesgada, militante del Sistema. Titular brutal. Contar poco, o nada del meollo, ahondar mucho en la paja y el colorín. Bastante de sensación y efectos especiales, parcialidad suprema, sin contraste, sin extras explicativos. La «noticia» por la «noticia». Avalancha informativa sistemática para evitar reflexión, análisis, criterio. Rápido, meteórico, frugal. Pero nada de esto es nuevo, nada sorprendente.

Pues no se vayan todavía, ¡aún hay más!

19 de diciembre de 2008. Mediodía. No había sitio en ningún lado. Estoy famélico. Menú rápido imperativo en el único bareto con mesa libre. Establecimiento extremadamente unionista, por la prensa que ofrece. El Mundo, El Correo Español y El País. Rara avis en Euskal Herria. Hay que tragar, no hay más. Tolerancia navideña por imperativo nutricional, me digo. El tasco petado. Al este, comidas de empresa de esas de obligado cumplimiento. Me hago la película. Caras. Todo un poema navideño. El jefe de guay, el «compañero» esquirol de terapia justificante, el capullo insolidario en la envolvente… y los más dándole al Rioja, que paga la empresa. ¿Seguro? Todo «fraternidad» navideña, o sea artificial.

Es suficiente el cotilleo, llegan los platos. giro al norte. Pedro Piqueras en Tele5 le da a la rutina informativa. El Mesías. No podía ser menos en ese antro. Presto atención. «El agresor de Obush, le ha pedido perdón y se arrepiente». Punto. Esa es la noticia en estado puro. Cinco segundos. Pura deontología informativa, eso sí «democrático vigente». Una lección, paradigma de «objetividad» y criterio informativo. Dónde está preso, su estado de salud, su opinión… son detalles sin importancia, no deben de existir para que no deban de importar. Rutina goebelssiana. Es un veterano. Así es todo el año, incluso en Navidad. Sin más.

Uff, me giro hacia el sur. Mientras pico los langostinos de huerta en las alubias hojeo «el Mundo». Frederik inconmensurable, como siempre, aunque en la radio me gusta más. Guau por aquí, guau por allá y vamos a internacional como es costumbre. Página 38, segundos de repaso rápido. ¡Zas! me caigo redondo. Una tal Silvia Taúles rememora «una matanza histórica» como faldón de complemento histórico-didáctico a la noticia de la condena del coronel hutu Theoneste Bagosora en la Haya.

¡Pero por Bruce Lee! (que existió, no como ese tal Jesús) releo: «… el Frente Patriótico de Ruanda sembró el terror absoluto sin compasión, sin pensarlo dos veces, a machetazos…» ¿Los tutsis? me pregunto ojiplático, el FPR era una organización tutsi dirigida por el actual presidente de Ruanda, Kagane.

Silvia sigue «… En 1994 los tutsis intentaban frenar el avance de los hutus rebeldes organizados en el Frente Patriótico Nacional…» ¡Está loca! ¡No se apea! Me froto los ojos, sigo «…todos los tutsis identificados eran asesinados, muchas veces con machetes…» ¿pero los tutsis qué eran, genocidas o asesinados? No puedo parar: «… el genocidio terminó con la toma de la capital Kigali por parte de los rebeldes hutus el 16 de julio.» ¡Con dos ovarios! ¡Aúpa ahí! Definitivamente he muerto. No puedo seguir.

Sin palabras. Ya sabíamos de la calidad y el nivel de la prensa que nos «informa» en general, pero… Ya no es que se manipule o desinforme sobre Euskal Herria o sobre Irak… ¡que va! Es… impresentable, sin más. Moderémonos; un «fallo» lo tiene cualquiera. Pobre chavala, una Virgen, «estará de prácticas» me digo. Luego miraré en Internet en que guardería está «estudiando» Silvia.

Paso, me voy a la prensa monárquica para tragar los chicharritos. El Correo español, cartelera, página 82. ¡Atención! Crítica de Josu Eguren a una película reciente vista con mi prole, «Olentzero eta oparien ordua». Tercera parte. Me gustó, aunque más la segunda y el «Basoa ez ikutu» de Anje y la banda. ¡Vedlas! Son para niños grandes, no para adultos. La idea del reloj que detiene el tiempo para que Olentzero pueda entregar los regalos es genial. ¡Ya me la habían podido contar de cacanarro! ¡A ver qué dice!

Una espina, será el chicharrito. El «experto», Josu Eguren, sentencia: «… la modesta industria de la animación vizcaína sigue siendo una de las pocas fuentes de mérito del cine de nuestra tierra en el resto de España, aunque, todo hay que decirlo, las expectativas de la cinta son escasas. Porque si bien ‘Olentzero’ participa en la carrera final por los Goya, la naturaleza autóctona del mito se presume como un hándicap de peso a la hora de exportarla.»

Y sigue: «He de reconocer que para comentar esta película me he dejado aconsejar por un experto en la materia con menos rodaje que yo, pero con las ideas bastante más claras. En resumen, que la crítica se la debo al hijo más formal de una pareja de amigos que se ha prestado voluntario para faenar durante 80 minutos al servicio de la causa. El creyó que se apuntaba al estreno de ‘Bolt’, pero las reticencias iniciales se superaron pronto con un bolsa de chucherías y un paquete de patatas, y mientras yo me entretenía escribiendo la carta a los Reyes Magos (‘Waltz with Bashir’, el DVD de ‘Princess’, ‘Akira: versión remasterizada’) apenas lo tuve que despertar cuatro o cinco veces para que prestase atención a la pantalla».

Y no para: «Al final, los dos coincidimos: las peripecias del barbudo no nos habían interesado para nada. Porque aunque la animación es correcta, la historia del soso carbonero mungiarra enfrentado al típico aguafiestas de turno lo va a tener difícil para competir con otros títulos infantiles destinados a copar la cartelera durante la Navidad».

¡Ese «adulto»! ¡Machote! ¡Pero qué morro! No ha visto la peli pero Olentzero a la cárcel. Aúpa Barcina. No merece la pena «exportarla» al ¿»resto de España» ? dice. ¿Tutsis-hutus otra vez? En preescolar se aprende que si se exporta, se exporta al extranjero, pero claro, «le preocupa» «la naturaleza autóctona del mito» porque Santa Claus y los Borbones de Oriente son tan «nuestros»… Claro que donde estén «los otros títulos infantiles destinados a copar la cartelera durante la Navidad» que se quite todo. Todo lo que no sea lo tradicionalmente navideño en una sociedad tan laica y «autóctona» como la nuestra, como los Belenes en el espacio público pagados por todos y todas, las luces en el Corte Inglés o las superproducciones de Hollywood, es por lo menos… soso, como «el carbonero mungiarra». ¡Eso es! Olentzero mungiarra de toda la vida, por lo menos desde que hicieron un museo en su honor hace ¿un par de años? Se le olvida al crítico profesional recordar que Olentzero seguro que era también del Athletic, sí del club que regala las camis firmadas a su lector más admirado, Mariano Rajoy.

El «guay». Para ser crítico cinematográfico en El Correo español sólo hay que ser más español que un botijo que lo de ver las pelis no es necesario, y menos si son de «Olentzero», el «mito» impuesto por «el radical aberchalismo». Eso sí «la animación es correcta». Muy profesional.

Ya sabíamos que todo lo que sea en euskara, hecho en Euskal Herria, sobre Euskal Herria, y no tenga atisbo de españolidad, es malo por definición. Recuerdo en ese sentido cómo hace unos años otro guay de las letras legitimistas del unionismo local, el vascoparlante Ivan Zaldua decía en «El País» preferir los mamporros de los payasos del régimen, sin más mensaje, al «contenido social» de los argumentos de Pirritx eta Porrotx. Antes idiotizados pero correctos, que pensantes y críticos.

Postres. Un «error» lo tiene cualquiera. Es Navidad y Jesusito lo ve todo: «Es gente joven, sin experiencia» quiero pensar, pero hasta la cuajada sabe mal. Bueno vuelvo a la oficina, que los de la comida de empresa ya han empezado a hostias.

No resisto, miro en Google: Silvía Taúles, 30400 entradas. Mención especial del jurado de los premios Ciutat de Barcelona a la periodista de EL MUNDO DE CATALUNYA. Silvia Taulés, autora de el libro «la nueva España musulmana». ¡Socorro! Josu Eguren, 31200 entradas especialistas de cine Diplomado en Comercio Internacional por la Universidad del País Vasco y Máster en Administración de Empresas, Eguren preside desde 2007 el Cineclub FAS., colabora habitualmente en el espacio ‘A vivir que son dos días’ de la cadena Ser y ha coordinado ciclos de cine con el Museo Guggenheim, la Asociación de Guionistas de Euskal Herria y la Embajada de Francia. Touché. Soy un radical despreciable sin sensibilidad.

En general los periodistas pueden ser, y de hecho son, gente políticamente correcta, que quiere y hace carrera plegándose a las directrices del medio en el que trabajan. Súbditos del criterio editorial, de la deontología que la ideología dominante confecciona en los libros de estilo. Son fieles defensores a ultranza de la arbitrariedad y la parcialidad como práctica común en defensa del «Sistema» y por ende «del puesto de trabajo». Funcionarios de propaganda sin criterio propio que salga de la corrección obligatoria. Las excepciones, haberlas hay las, pero como siempre son las que confirman la regla.

Pero hasta para ser un junta letras del Sistema, un correveidile del fascismo «con rostro humano» del siglo XXI, hay que tener «clase y conocimiento», conocimiento de causa. Por eso, «las perlas» de mi menú prenavideño del 19, las verdaderas espinas, son simplemente la prueba del algodón de la falta de profesionalidad y la frivolidad con la que «somos informados» a diario en centenares de medios, solo que ya ni nos enteramos.

¡El efecto Bartolín avanza incontenible!