Humanismo filosófico en la obra de Margarita de Navarra

Hasta ahora no se han hecho planes serios para presentar la obra literaria y filosófica de Margarita de Navarra en español y en euskara para los especialistas de nuestra historia o para el público de lectores, en vistas a rebatir los argumentos de los detractores de nuestros últimos monarcas que han pretendido justificar la atroz usurpación de los territorios del Reino de Navarra llevada a cabo por España y por Francia so pretexto de tratarse de un territorio bajo sospechas de herejía, si bien las bulas condenatorias de Julio II no tienen indicios de ser auténticas. Yo he presentado varios estudios y algo ha salido publicado, pero hay temas que se mantienen en la lista de espera, tales como: «El Ideario Filosófica de Margarita de Navarra», o «La Reina Margarita y su Obra», «Semiótica y Filosofía en la obra de Margarita de Navarra» y la posible traducción de mi tesis al español y al euskara bajo el título de «Misticismo y Simbología en la obra de Margarita de Navarra» lo mismo que una traducción fiable de la obra cumbre de nuestra literatura humanística: «Las Historias del Heptamerón de Margarita de Navarra».

Trataré pues aquí de abreviar en unos pocos párrafos el contenido de mi tesis que bajo el título de «Mysticism in the Work of Marguerite de Navarra» defendí en el Colegio de Birkbeck de la Universidad de Londres en 1981; me costó casi siete años de trabajo de investigación, siendo constantemente supervisado por tutores de la universidad. Se trata ciertamente de una tarea casi imposible el reducir a un par de pliegos el texto original de unas 350 páginas con notas y bibliografía si bien el acceso al texto íntegro de la tesis resulta difícil pues sólo existen una cuantas copias en bibliotecas públicas y privadas pero que Mozila-Firefox cita repetidamente como «Ideario Filosófico de Margarita de Navarra» (Revista Príncipe de Viana, todavía por publicar). Trataré pues simplemente de subrayar las ideas matrices de la tesis siguiendo el ideario del grupo humanístico de Margarita en las academias reales de Pau y de Nérac donde se reunían los humanistas que habían huido de otras cortes europeas donde la inquisición llevaba a cabo procesos contra los rebeldes si bien conviene aclarar que en ningún momento de su reinado se adoptaron las ideas reformistas ni se planteó una rotura con la ortodoxia romana.

Conviene en todo caso subrayar la influencia del obispo de Meaux, Guillermo Briçonnet que había logrado reunir un grupo de humanistas evangélicos, entre los que se encontraba el célebre hermeneuta Lefévre d’Etaples creando el «Cenáculo de Meaux» al norte de París con el apoyo del Rey Francisco Iº de Francia por los años 1520. La entonces Margarita de Angulema les prestó su apoyo incondicional y en realidad fueron las ideas de este grupo las que llevó Margarita a Pau y a Nérac tras su matrimonio con Enrique II de Albret en 1527. Muchas de estas ideas que hicieran famosa la Academia que formó poco después en su corte pirenaica se han de deducir de su Correspondencia con el obispo de Meaux, Se trata de los cuatro años de su iniciación en la filosofía evangélica (1421-1524) por la que tuvo que pasar Margarita bajo la dirección de Briçonnet. Se podría hablar de una especie de reconversión que Clement Marot analizaría como una mezcla de esoterismo religioso cargado de hermetismo neoplatónico por el que pasó Margarita al comenzar su nueva vida a la edad de treinta años. El tono de toda su Correspondencia sugiere una especie de «liaison sentimentale» o iniciación que Margarita describiera años más tarde en su poema místico «las Prisiones de la Reina de Navarra» en que describe su transformación tal y como aparecen en las obras del Pseudodionisio el Areopagita en que se definen claramente los papeles que han de regular al maestro y al neófito para llevar a cabo el proceso . Esta entrega de lleno en manos de Briçonnet quedó descrita en forma de poemas a lo largo de su vida en Navarra. Para algunos críticos su obra cumbre fueron las Prisiones de la Reina de Navarra aunque no haya tenido tanta popularidad como la colección de relatos del Heptamerón compuestos ambos poco antes de su muerte en 1549. Se ha dicho que en el poema místico reveló todos sus sentimientos como pensadora, mientras que en los relatos se la puede descubrir como mujer en el análisis que hace de los personajes, contraponiendo los femeninos a los masculinos, pudiéndose afirmar que «es la primera mujer moderna».

En la Prisiones predomina el pensamiento sobre la afección analizando punto por punto a través de la alegoría de un «Poeta Enamorado» que su alma se sentía prisionera de lo placentero mientras pasaba por un proceso de purificación y su Correspondencia será la mejor explicación del cambio interior que había tomado forma en Margarita. Pero la Reina de Navarra dejó escritas otras obras que deberíamos mencionar pues ayudarían a comprender lo vasto de sus escritos y su importancia dentro del pensamiento humanístico del siglo XVI. Es famoso su tratado El Espejo del Alma Pecadora, pues desde el año de su primera edición en 1530 ha visto ya 18 versiones. Sería a través del enigma de la visión y como en un espejo cómo describió su inmenso dolor tras la muerte de la joven Princesa Charlotte, si bien reflejando sus inquietudes durante las controversias de aquellos años entre Lutero, Erasmo y la Sorbona. Algunos han querido calificar esta obra como luterana en sus referencias al espejo de la fe y su hermano Francisco I tuvo que intervenir para que la Sorbona no la conderara. En pocas palabras Margarita y su esposo Enrique II marcarían los pasos a dar para que la vuelta a la cultura antigua comúnmente llamada Renacimiento supusiera ante todo un cambio de apreciación de los valores filosófico-morales de los humanistas más que una reforma socio-política basada en la intolerancia, y les siguieron los pasos sus sucesores Juana y Enrique III de Albret.