A los del cuento de la condena

Toda una vida, desde la más profunda noche del franquismo hasta nuestros días, salvo algún pequeño espejismo, lleva uno en la oposición. Nuestra resignación, ya parecía encallecida.

Soportamos la humillación de los vencedores de la guerra y la dictadura de los sátrapas de la posguerra. Posteriormente sobrellevamosel contubernio de los chaqueteros de la transición.  Hasta prácticamente el hodierno amanecer, ha vivido uno mordiéndose las entrañas, tragando la altanería, el expolio y el cinismo del unionismo.

Unionismo amasado de sociatas  e hispano-navarros. Trátese de PP, UPN, franquistas, fascistas etc… En cualquier caso derecha radical. Si nos tachan de radicales vascos… bien podemos llamarles a ellos, con el mismo ánimo, derecha radical navarrista…

Y ahora, por fin -¿qué harán o que podría pasarnos  para que tal no sucediera?-, los vasconavarros tocamos poder. Proceder con ínfulas vengativas no debiera  ser en ningún caso una respuesta digna para quienes acceden al poder dignamente. Es decir, en las urnas, bien lejos de trampas y triquiñuelas legales o  de una guerra civil.

Por fortuna, al parecer el predicamento de la Iglesia católica, no está “gracias a Dios” para bendecir cruzadas. La muy pecadora, parece abandonada de la mano de Dios. Ya no amedrenta, su palabra ya no goza de crédito ni autoridad. Y esto ya es mucho, que los fanatismos son “asaz” temerarios…

Venganza no, pero si aplicar alguna de las fórmulas que tan reiterativa e injustamente ha usado el unionismo.

Por ejemplo, si para acceder a las instituciones -a “su” legalidad-, con hipócrito ritual, nos exigen condenar por activa y por pasiva a ETA, que ellos, los hispano-navarros, hagan lo propio con sus  violencias, no por impunes menos trágicas.

Esta podría ser una fórmula: Además de renunciar a Satanás a sus pompas y a sus obras… Los unionistas deberían condenar: los 3.500 asesinatos cometidos por el franquismo en Navarra, a la tortura, a las víctimas del BVE, del GAL, del genocidio Iraquí promovido por el PP etc…etc… Y muchas cosas más, peores que Venezuela, como el terrorismo Saudí, Israelí  Sería lo correcto, ¿o no? Pero en fin. Ya sabemos la respuesta.

Otro apunte.  La derecha –el unionismo navarro- es muy demócrata cuando está en el poder… Pero ¡Ay! Cuando se ve descabalgada de él y pone en circulación sus medios, sus calumnias, sus insidias, su poca paciencia… ¡A que no recurrirá al margen de cualquier moralidad, para descabalgar de él al adversario! Máxime si habla vasco… Ya podremos gritar a la rosa de los vientos “¡que no soy de ETA…!” Pues serás del entorno, por separatista, o si es preciso  “por cantar el aurresku”…

Estemos seguros que han de colocar en la cumbre del Moncayo algún telescopio tipo Hubble para vigilar hasta el más mínimo guiño a nuestra cultura y patrimonio Euskaldun. Los “ojos y oídos del Rey” velarán hasta el sol bardenero…

Pero hay algo cuyo clamor ya ha llegado al “alto el Pirineo”. ¿Cómo un navarro medianamente avisado puede tolerar, que un político de la tierra, solicite la intervención de Madrid, para componer nuestros asuntos? ¿Tan poca fe tiene en sus compatriotas, este desalmado, para ignorar la amarga historia de las intervenciones de Madrid en nuestra querida Navarra? ¿Ignora este descerebrado de lo que ha supuesto para la cultura y el patrimonio navarro, los ochocientos años de intervención de Castilla y el imperio español en nuestros queridos lares? ¿Qué le queda ya a nuestra Navarra para ofrecer a Madrid? Nuestra milenaria cultura, la CAM, nuestras arcas saqueadas, el Euskera, los sanfermines, Osasuna, el ruinoso canal de Navarra, Yesa que se descompone, el ruinoso circuito del ridículo, el laberinto del pabellón del Reyno… ?

¿Y estos se llaman navarros? ¿Qué les importa su tierra cuando tan vilmente se la entregan al invasor?

Y sin embargo y con todo ni siquiera todo esto constituye el auténtico drama de Navarra.

Madrid lo ha hecho bien, muy bien. Perfecto para sus seculares intereses. “Divide et vinces. Thatisthequestión, que diría quien dijo que Navarra sería la admiración del mundo.

Porque la verdad, he ahí nuestro auténtico problema. Un conflicto que llevamos no se si en las venas o en nuestro DNI., nuestra secular división. Los de Navarrería y San Cernin, agramonteses y beamonteses, carlistas y liberales, nacionales y rojos, vasconavarros e hispanonavarros (aunque vayan de navarristas…)

Solo el día en que los navarros, por encima de consignas y partidismos, nos demos cuenta de que lo que de verdad importa es Navarra, probablemente salvaremos Navarra.

Dicen que Navarra ha sido y es cuestión de estado. No lo niego. Quizás por eso, desde Madrid lo tienen tan fácil. Les basta con mantenernos en perpetuo conflicto y con mantener bien oculta y tergiversada nuestra historia.

Lo triste es, que sean navarros, quienes faciliten a Madrid, a cambio de pingües lucros, impunidades y otras prebendas, tal labor tan sucia, despreciable y fratricida.

En estos momentos de esperanza, sería un enorme triunfo para los navarros, el que de una vez por todas, podamos desarrollar nuestra soberanía. Reivindiquemos el espíritu que gestó nuestro sistema foral.

Por encima de ideologías, defendamos solidariamente nuestros intereses económicos, ecológicos, culturales.  Gestionemos nuestros proyectos, sin dejarnos avasallar por los intereses espurios de la corte. Difícil reto, difícil andadura. Aunque nos crucifiquen en el intento. Ya están en ello…