PSC-PSOE e ICV contra TV3

Ya hemos comentado en otras ocasiones que uno de los valores colaterales del Proceso es su fuerza clarificadora. Es decir, su capacidad para hacer caer todo tipo de caretas, tanto de la derecha como de la izquierda. Ahora, sin embargo, las elecciones plebiscitarias del 27-S ya están a tocar y los rentistas de la ambigüedad son un manojo de nervios. De hecho, por paradójico que parezca, son estos últimos, más que PP y Ciudadanos, quienes ahora mismo firmarían donde fuera necesario un retraso de las elecciones. Ya hemos visto cuál era el proyecto de Unió, afortunadamente roto, para dinamitar el Proceso desde el mismo gobierno de Cataluña. Pero la Unió reaccionaria e inmovilista de Duran y Ramon Espadaler, tan amiga de aquellos empresarios que vivían como reyes durante el franquismo, no engaña a nadie. Quien sí todavía se nutre de catalanes de buena fe es la izquierda nacional-no-nacionalista, la que nos quiere españoles hasta el fin del mundo pero que no se atreve a verbalizarlo por pudor. Aquí encontramos una especie de grupo mixto formado por PSC-PSOE, ICV, Podemos y Barcelona en Común. Es decir, los mismos que gobernaron el Ayuntamiento de Barcelona durante más de treinta años, pero con un par de marcas blancas para que no se note. Los cuatro, eso sí, coinciden en emplear el término «políticas sociales» como tapadera de su ideología nacional.

Ahora, además, siguiendo a PP y Ciudadanos, reprueban TV3. TV3, la emisora ​​más rigurosa, profesional, integradora y europea de España y una de las mejores de Europa, con unos principios éticos a años luz de los principios de las cadenas españolas, resulta que no gusta a los españolistas porque la encuentran demasiado catalanocèntrica para su gusto. Se nota que no han mirado con detalle sus telediarios. Si lo hubieran hecho, habrían visto el prisma hispanocéntrica con que se elaboran y la selección de noticillas españolas sin ninguna relación con Cataluña o con los Países Catalanes que cada día nos «colocan», como si el en nuestro o en el resto del mundo no hubiera pasado nada más importante. La factura, pues, es buena desde un punto de vista profesional, pero bastante hispanocéntrica aún para una televisión nacional catalana. El nombre de TV3 ya lo dice todo en este sentido. Otra cosa es que al españolismo de derechas y de izquierdas le parezca una osadía que los informativos se hagan eco del Proceso y que algún programa hable de la libertad del país. De la misma manera que los machistas no soportan que se hable de machismo o que los homófobos no soportan que se hable del matrimonio homosexual, tampoco los españolistas soportan que se hable de la independencia de Cataluña. Todos ellos, machistas, homófobos y españolistas, se sienten incómodos cada vez que se saca el tema al que son alérgicos. Encuentran que se habla demasiado del mismo. Tan bonito que sería el que no se hablara.

Se entiende, por tanto, que la derecha y la izquierda españolistas se unan contra TV3 . La unidad de España, esa cosa sagrada que nació con el Big Bang y que sólo puede desaparecer con un cataclismo universal, siempre ha unido a PP, Ciudadanos, PSC-PSOE e ICV. Para los dos primeros, TV3 es una «máquina de adoctrinamiento», por los terceros es «monotemática» y para los cuartos tiene un «sesgo independentista» y de «teleproceso».

Mira por dónde, quienes llevan siglos adoctrinandonos como españoles , con todos los altavoces mediáticos del Estado a su servicio e imponiéndonos el pensamiento único de la españolidad, resulta que ahora están nerviosos porque hay una cadena de televisión, una sola, que, en algunos momentos, sólo en algunos, dice cosas que rechaza este lavado de cerebro e intentan compensarlo haciéndonos más conscientes de nuestra identidad y explicándonos las infinitas ventajas de la libertad.

La izquierda españolista debe estar muy desesperada para que no le importe cerrar filas con la ultraderecha y decir las mismas cosas. Exactamente las mismas. Ya lo decíamos al principio, uno de los grandes valores del Proceso es que quita caretas y pone a cada uno en su sitio. A ICV también.

NACIO DIGITAL