El gran potencial de la energía mareomotriz

Juanjo Gabina

En tan solo una década, las turbinas submarinas impulsadas por las corrientes debidas a las mareas podrían hacer que el Reino Unido fuera autosuficiente en electricidad enteramente producida por las energías renovables. Los proyectos de las costas de Pentland Firth, Sound of Islay y Antrim no son más que el comienzo. Otros muchos proyectos más vendrán a continuación.

Como se sabe, las turbinas submarinas operan en base a los mismos principios que lo hacen los aerogeneradores. En vez de ser el viento la fuente de energía renovable, aquí se aprovechan las mareas. Así pues, la energía eléctrica que generan las turbinas submarinas proviene de las corrientes de marea. Estas turbinas están dotadas de hojas similares a las de las hélices de los barcos, pero con la ventaja añadida que  a diferencia del viento, las mareas sí que son predecibles y la energía que se genera es constante.

Gracias a estas tecnologías mareomotrices, aumentan mucho las posibilidades de que el Reino Unido pueda llegar a ser autosuficiente en generación de energía eléctrica y, al mismo tiempo,  reducir drásticamente sus emisiones de dióxido de carbono. Si se desarrollaran plenamente las energías renovables: eólica, mareomotriz y undimotriz, el Reino Unido podría ser capaz de cerrar todas las centrales térmicas de gas y carbón y las centrales nucleares que tiene e, incluso, podría exportar electricidad obtenida a partir de las fuentes de energía renovables al continente.

A diferencia de lo que pasó con la energía eólica, que en el Reino Unido se desarrolló originalmente pero que, de manera muy poco inteligente, se abandonó hace 20 años y ello permitió que otros países hicieran de la producción de aerogeneradores una industria importante, esta vez, con la energía mareomotriz no va a pasar lo mismo.

Las turbinas submarinas, gracias a su fabricación y posterior exportación, podrán convertirse en una fuente importante de ingresos. Países como Japón y Nueva Zelanda muestran estar interesados y lo mismo podría estarlo España para, en un futuro, poner en marcha el megaproyecto del estrecho de Gibraltar que aprovecharía la gran corriente de agua que va del océano Atlántico hacia el mar Mediterráneo.

Por otro lado, y gracias a la energía mareomotriz, y teniendo en cuenta tan sólo el norte de Escocia, se podría producir un sexto o más de la electricidad que consume el Reino Unido y a precios competitivos con las centrales a gas de ciclo combinado y más bajos que las centrales nucleares.

Sólo en una de las zonas marinas identificadas como muy productivas, las costas de Pentland Firth, y que están situadas entre las Islas Orcadas y Escocia, se podría producir hasta el 10% de la electricidad del país, a partir de las turbinas submarinas.

En otra zona situada en Alderney, en el canal ‘Channel Islands‘, se podría instalar un parque de turbinas mareomotrices con una potencia tres veces superior a los 1.200 MW de la mayor y más nueva central nuclear del Reino Unido, Sizewell B, situada en Suffolk. Otras zonas identificadas incluyen el Canal de Bristol y la costa oeste de Escocia; en particular, el canal que se ubica entre Campbeltown e Irlanda del Norte.

Las perspectivas para el desarrollo de la energía mareomotriz—electricidad obtenida a partir de las corrientes de marea— son mucho mejores que para la energía eólica debido a que los flujos de agua son predecibles y constantes. La tecnología para soportar los fuertes impactos de las condiciones submarinas ha sido desarrollado aprovechando la experiencia de la industria petrolera del Mar del Norte. El diseño de los álabes de las turbinas fue realizado gracias a las experiencias provenientes del sector eólico y del sector naval de la construcción de hélices.

Unos trabajos de investigación realizados en el seno de la Unión Europea han identificado 106 zonas potenciales para el aprovechamiento de la energía mareomotriz. El 80% de estas zonas rodean a las costas del Reino Unido. Los mejores zonas marítimas se ubican entre islas o costas que soportan fuertes corrientes de marea. Cada álabe de turbina mareomotriz —cada una de las paletas curvas de una turbina— representa tan sólo un tercio del tamaño del álabe de un aerogenerador pero produce tres veces más energía.

Las paletas de la turbina serán de unos 20 metros de diámetro, por lo que se necesitarán profundidades de unos 30 metros de agua. A diferencia de la energía eólica, es poco probable que se den objeciones ambientales. Se cree que será muy poco probable que los peces y demás criaturas marinas se expongan al giro lento de los álabes de las turbinas submarinas.

Cada turbina se montara en una torre que se conectará a la red a través de cable submarino de la misma manera como se hace para instalar los parques eólicos marinos. Las torres sobresaldrán del agua y se iluminarán para advertir a la navegación. También están siendo diseñadas para ser izadas fuera del agua al objeto de realizar fácilmente las tareas de mantenimiento –limpieza de algas y de algunas especies de moluscos que crecen en los álabes de las turbinas.

Una dificultad técnica añadida es la cavitación que se produce debida a las bajas presiones que se forman por detrás de una paleta en movimiento y que provocan burbujas de aire. Este fenómeno puede causar vibración y dañar así los álabes de las turbinas.

Otra preocupación es el impacto  de  los restos flotantes sumergidos que pasan chocando contra los álabes e, incluso, el impacto producido por las grandes masas de algas. Hasta el momento, no se sabe cuántos problemas más podrían presentarse. Por ello, las turbinas que se están construyendo son de una estructura muy robusta y, aún y todo, existen sus miedos porque el mar es un entorno muy hostil.

Publicado por Nabarralde-k argitaratua