RECIENTEMENTE aparecieron en prensa declaraciones del nuevo presidente de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, José Muñoz, que decían: «la ubicación lógica para la incineradora es la Cuenca de Pamplona…», «que siempre deja una parte de la materia que no tiene más solución que la incineración…», justificando con ello la instalación de una gran incineradora en Iruñerria… porque «Europa va hacia la valorización energética…». Sencillamente, esto no es verdad.
Escandaliza lo dicho a los pocos días de haber tomado posesión, sin tener en cuenta la opinión de los ciudadanos ni discutir el programa con los miembros que le apoyaron en la investidura. Mal comienzo de quien la ciudadanía esperaba cordura y responsabilidad.
Señor Muñoz, Europa no va hacia la incineración, y menos en momentos de recesión. Léase la Directiva Europea de Residuos y también su transposición a la estatal, e incluso las anteriores, y verá que lo que éstas priorizan es reducir, reciclar y reutilizar. Todas ellas apuestan por la prevención, maximizando el aprovechamiento de los recursos de los residuos y la disminución de sus impactos sobre la salud y el medio ambiente. De acuerdo con la legislación comunitaria, antes de 2015 deberá llevarse a cabo una recogida separada de distintos materiales procedentes de residuos, promoviendo medidas para la recogida separada de los biorresiduos y su tratamiento biológico.
Si el reciclado que proponen las citadas directivas lo realizara la MCP, especialmente con la materia orgánica biodegradable que supone el 45% de los residuos, el resto de rechazo sería mínimo, por lo que no sería necesario construir la macro-incineradora que contempla el PIGRN navarro, según nuestros cálculos para 161.000 toneladas/año.
Esto tiene especial importancia en estos momentos de recesión económica, ya que los residuos tienen un inestimable valor en sí mismos una vez reciclados. Destruir esos recursos que puedan reciclarse y elaborar compost, demuestra una mala e insostenible gestión pública, sobre todo teniendo en cuenta que Navarra es la primera comunidad del Estado que más fertilizantes inorgánicos emplea en la agricultura.
La incineración de residuos emite a la atmósfera, al agua y al suelo, sustancias tóxicas generadas en la combustión. Esta dispersión de contaminantes y su llegada a través de la cadena trófica al ser humano por los alimentos, representa un peligro porque genera emisiones contaminantes y tóxicas (metales pesados, dioxinas, furanos, gases de efecto invernadero, gases ácidos,…) que perjudican gravemente la salud, ya que son potencialmente cancerígenos, agentes teratogénicos y disrruptores endocrinos. Además, incumplen los compromisos y recomendaciones como el Convenio de Estocolmo, planteamientos de la OMS y otras muchas iniciativas y advertencias de la ONU, como el llamamiento de París. Por eso son rechazables los eufemismos para disfrazar la incineración de valorización y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente.
La incineración propuesta por el señor Muñoz es cara tanto por la construcción de la incineradora -con un coste superior a los 200 millones de euros-, como por su gestión, con lo que sin duda subirán los recibos de residuos de la MCP. Del presupuesto del PIGRN 2010-2020 aprobado por el Gobierno de 213 millones, más del 80% se destina a infraestructuras, sin embargo el reciclaje, especialmente el puerta a puerta, aunque inicialmente su coste económico viene a resultar similar, evita la planta incineradora y genera numerosos puestos de trabajo. Además, la construcción y puesta en marcha de la incineradora supondría una hipoteca futura para las políticas de gestión de residuos de la MCP durante décadas, ya que la misma necesitaría ser alimentada constantemente con residuos para hacerla rentable. También limita las políticas sobre residuos -puerta a puerta- que otras mancomunidades como Sakana pretenden implantar y que tan buenos resultados están obteniendo en más de 100 localidades de Gipuzkoa y Catalunya, y en otros países europeos y ciudades mayores que Iruñerria.
Las afirmaciones del señor Muñoz ponen en entredicho la coherencia y credibilidad del PSN sobre la incineración, que en su programa electoral navarro 22/05/2011 decía: «En materia de gestión de residuos urbanos priorizaremos aquellos métodos que sean más respetuosos con el medio ambiente e impulsaremos las nuevas tecnologías que buscan el vertido cero y la incineración cero». «Hay que reducir un 10% la generación de residuos urbanos, promover los depósitos de devolución y retorno de los envases, hacer especial incidencia en potenciar el reciclaje y el compostaje».
En declaraciones a la prensa el secretario general del PSN y actual vicepresidente del Gobierno de Navarra, Roberto Jiménez, dijo: «El PSN rechaza la incineradora». «Si tras las próximas elecciones el PSN accede al Gobierno, paralizará el proyecto de la incineradora». «Esta medida se pondría en práctica durante los 100 primeros días de gobierno». «Es un programa realista, cercano a la sociedad, moderno y que mira al futuro». Roberto Jiménez destacó que han sido más de 400 personas las que habían participado en la elaboración del programa electoral que cuenta además con el 100% del apoyo del comité regional del partido… Es de suponer que tanto el comité regional del PSN y las 400 personas que elaboraron el programa tendrán ahora algo que decir sobre el tema.
¿Que ha pasado entre lo que prometía el PSN y las declaraciones del señor Muñoz? Sencillamente, unas elecciones y las correspondientes promesas electorales, a sabiendas de la oposición de la ciudadanía a la incineración y el apoyo a la recogida selectiva, reciclaje y compostaje.
Detrás de todo esto está el gran negocio de la construcción de la incineradora y la gestión de los residuos, y muchos hilos se están moviendo por los despachos para que alguna empresa(s) se lleve la contrata a costa de nuestros bolsillos, salud y el medio ambiente.
