Cultura y Reino de Navarra

Cultura es un término amplísimo. Se puede acotar hablando de nuestra cultura, de la cultura de cada pueblo, en este caso de la cultura de Navarra, un pueblo de los más antiguos de Europa, peculiar y bien diferenciado de otros pueblos limítrofes y que a través de los siglos ha sabido conservar su identidad. Innumerables los elementos a destacar de la cultura navarra: lengua, costumbres, leyes, folklore, deportes rurales, arte, mitos, gastronomía… Esta cultura no es exclusiva de lo que hoy llamamos Navarra, se extiende por toda Euskalerria (el pueblo del euskera) que configuró la antigua Vasconia y el posterior Reino de Navarra, hoy dividido por avatares políticos, siempre ajenos a la voluntad del pueblo.

 

Pienso que nuestras autoridades, que dedican un presupuesto para que un campo de fútbol sea el Reino de Navarra, sienten el deseo de unir los territorios que viven la misma cultura y de recuperar el territorio que perteneció durante un tiempo a nuestro reino. Claro que Navarra tuvo, según las diversas épocas, distintas fronteras, me refiero aquí a la Navarra que coincide con nuestra cultura milenaria que desde hace muchos siglos se denomina Euskalerria.

 

Puede que el Gobierno de Navarra, sin mala voluntad, no se ha dado cuenta de que hubiera sido interesante formar parte, con el País Vasco y la Baja Navarra o Iparralde, de la Región Europea que se ha promovido recientemente, una buena ocasión para ocupar, de alguna manera, el espacio que nos perteneció como reino. Otro posible fallo fue quizás no valorar suficientemente nuestra rica cultura al optar a la Capitalidad Cultural de Pamplona para 2016 y así nos fue. Nuestra lehendakari y todo su Gobierno deben esforzarse para que vuelva al redil del Reino, el País Vasco arrebatado a Navarra en el siglo XIII (poco después de que Sancho VI de Navarra hubiera fundado Vitoria sobre la aldea de Gasteiz y otros pueblos más, para defender a Navarra de Castilla), y poder recuperar también Iparralde, que siguió siendo Reino de Navarra y que floreció en Europa por su cultura humanística hasta el XVII, cien años después de la conquista y expolio por los españoles de esta parte en 1512, hace 500 años, fechas de triste recuerdo.

 

Sería incultura no valorar lo nuestro, no fomentar, por ejemplo, el uso de nuestra lengua preindoeuropea o destruir lo más sagrado que nos han legado nuestros mayores, como rezan las inscripciones del monumento a los Fueros. Todo ello configura nuestra cultura y nuestra identidad. Por supuesto que nuestras autoridades saben que el Reino de Navarra es algo más que un campo de deportes.

 

Diario de Noticias