Nació Sancho VII hacia 1150 probablemente en Tudela. Según un estudio del médico Luis del Campo sobre un fémur del monarca, medía 2,20. No tuvo descendencia tras sus matrimonios con Constanza y Clemencia. Durante su reinado, en 1196, Alfonso VIII de Castilla se apoderó de los territorios vascos que habían pertenecido a Navarra. Sancho el Fuerte no pudo recuperarlos aun contando con la ayuda musulmana. Con más de 60 años acudió, de mala gana, a la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, junto a Alfonso VIII, el usurpador de la región vasca. La aportación de Navarra a la batalla de las Navas fue mínima, 200 soldados navarros en un ejército de más de 50.000. No cambió el escudo de Navarra por las cadenas de Miramamolín, como se nos aseguró, hoy se repite en determinados ambientes y también lo afirmó nuestra lehendakari. En la batalla, Sancho el Fuerte no tenía demasiados bríos para manejar la espada, debido a su edad avanzada. Las cadenas son una evolución de los símbolos que aparecían en escudos anteriores. Personajes o hechos de la historia se magnifican o minimizan según conviene. El papel de los navarros con su fuerte rey rompiendo cadenas con la espada, en la batalla de Las Navas de Tolosa se ha magnificado. Quieren convencernos de que los reyes navarros estuvieron con los reyes cristianos en la Reconquista. Pero nuestros reyes lucharon a favor o en contra de los musulmanes según les convino. La Reconquista de los ocho siglos no fue una lucha de cristianos contra musulmanes. Murió Sancho el Fuerte en el castillo de Tudela en 1234 donde estuvo recluido por la úlcera varicosa que padecía en una pierna. Se le llamó El Encerrado por su larga reclusión. Al morir sin descendencia pasó la corona a su sobrino Teobaldo de la casa de Champagne. Recordamos este año el centenario de aquella batalla. Conviene que sepamos distinguir lo verdadero de lo legendario en la Historia.
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