Auzolan acogió ayer la presentación del libro ‘Fernando el falsario’, editado por Pamiela
Según el historiador navarro, en 1512 ,el monarca Católico hizo méritos para ser llamado el rey ‘griffon’
Pamplona. El escritor Pedro Esarte Muniain presentó ayer su libro Fernando el Falsario. Imposturas sobre la conquista de Navarra, en la librería Auzolan de la calle Tudela. El libro, publicado por la editorial Pamiela, recoge los diferentes momentos de la Conquista de Navarra vividos por Fernando el Católico. La obra trata de «volcar algunas de las cartas que se jugaron, y que hasta la fecha se han mantenido ocultas y con versiones que no corresponden a la realidad de los hechos», explicó Pedro Esarte. Un texto donde se ha tratado de recoger los puntos claves en los que se fue basando la invasión. También se pueden encontrar los pasos que dio el rey Fernando para «poder dominar las asambleas de elección y los posteriores procesos de presión en los asuntos políticos» durante la conquista.
«El lector podrá apreciar en el libro cómo Fernando hizo los méritos suficientes para ser llamado griffon, animal mitológico de grandes uñas», expuso el escritor. Para Pedro Esarte, «mantener hoy en día las falsedades de este rey es favorecer el mantenimiento de sus mentiras como razón política a aplicar en la actualidad». Dentro del libro se puede encontrar la vida de otros tres personajes históricos: Carlos I, Felipe II y Felipe III. «Carlos I no quiso ser coronado rey de Navarra para no ser sometido a elección, fue rey por derecho de conquista y porque sí», explicó Pedro.
«Con los Felipe II y III, veremos corroborada la soberbia de sentirse reyes por encima de cualquier otro derecho», afirmó el escritor.
Para Pedro Esarte, actualmente los efectos de la conquista han quedado a la vista, pero no así las causas y mucho menos los verdaderos causantes. El objetivo final del libro Fernando el Falsario es dar a conocer aspectos históricos que «se han manipulado para consolidar una invasión carente de razón alguna y que tiene repercusiones hoy en día», acabó diciendo Pedro Esarte.
