Se ha dicho que Fernando es el inspirador de El Príncipe de Maquiavelo. El lema de la obra podría ser: para mantenerse en el poder vale todo, este fin justifica cualquier medio. Señalo, sin comentarios, algunas afirmaciones del libro y cada uno puede juzgar si son aplicables al Falsario en sus conquistas de Granada, América o Navarra:
«En la conquista hay que ganar a las personas o aniquilarlas. Es necesario debilitar a los poderosos. Si el príncipe se impone por la fuerza o el engaño, su gobierno será perdurable. La crueldad en la conquista se debe ejercer de golpe, los beneficios poco a poco. No puede haber buenas leyes si no hay buenas armas. Predicará la paz y la libertad y hará lo contrario. Para el príncipe el único objetivo debe ser la guerra. Conviene que sea amado pero sobre todo temido. Será zorra y león. Con buenas armas tendrá buenos aliados. Otros aplicarán los castigos y él la indulgencia. Para mantener el Estado no se puede ser bueno. Hábil para fomentar enemistades. Aprovecharse de la Iglesia con piadosa crueldad…».
Fernando aplicó todo lo anterior en su forma de actuar: bulas falsas hasta para mentir a Isabel en su matrimonio, sobornos (acostamientos) para ganar amigos, en nuestro caso, aniquilación de los navarros y ser sustituidos por extranjeros, mentiras… todo le sirvió para conseguir su deseo obsesivo de hacerse con Navarra.
¿O este maquiavelismo está vigente también hoy en nuestros gobernantes? Antes y ahora es peligroso tener razón cuando el gobierno está equivocado.
