‘Guía de la conquista de Navarra en 12 escenarios’

Nafarroa sí fue conquistada

La ‘Guía de la conquista de Navarra en 12 escenarios’, de Joxerra Bustillo, ofrece las claves de la toma paso a paso

Se cumplen 500 años de la invasión de Castilla en el Reino de Navarra

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La conquista de Nafarroa está siendo una de las efemérides más prolíficas para la investigación histórica. Se cumplen 500 años desde que Fernando el Católico condujo a las tropas de Castilla al mando del duque de Alba y efectuaron la invasión que concluiría con la toma del Reino de Navarra en diferentes etapas y ciudades. La abundancia de escenarios significativos para ilustrar el acontecimiento han servido de inspiración a Joxerra Bustillo para escribir Guía de la conquista de Navarra en 12 escenarios, donde realiza una especie de «guía turística» para acercar a la «gente profana» las claves de los hechos que acaecieron, a medida que se le facilita las señas para poder visitar todos aquellos lugares que se describen.

Bustillo se ha centrado en una obra de divulgación con clara vocación de defensa en la «conquista y dominio de Castilla contra el Reino de Navarra». Una tesis alejada de la bibliografía castellana que ha predominado en el siglo XX, que defiende «la libre incorporación de Navarra a Castilla y la negación del hecho militar de la conquista, la guerra y la ocupación». Con obras tempranas como «el libro de Miguel de Orreaga sobre Amaiur o las contribuciones de Anacleto de Ortueta» el escritor manifiesta que en los últimos años ha habido «una recuperación de una corriente histórica autóctona de Navarra». Los investigadores han tratado de profundizar en nuevas fuentes «husmeando archivos» y «sacando una realidad diferente».

El hecho de que haya diferentes puntos de vista para dilucidar la conquista de Nafarroa ha favorecido a que se pueda ahondar en diferentes detalles y «sigan apareciendo libros». Actualmente, Bustillo afirma que sí que hay una unidad en el criterio general que defiende la conquista ante otro grupo de historiadores representado por el Gobierno de Navarra -presidido por UPN- y que es completamente divergente. Frente a la diversidad de testimonios, el escritor explica que siempre justifica su tesis en base a los escritos de Luis Correa, el escribiente del gabinete del Duque de Alba, quien defendiendo su punto de vista como castellano escribió «lo que le interesaba, pero en ningún momento escondió que se trataba de una conquista». Por ese motivo, el escritor tilda de «ridículo» que 500 años después sigan excusando la libre adhesión de una Nafarroa que dicen siempre ha sido «foral y española». A día de hoy, no existe ningún reconocimiento explícito por parte de las instituciones estatales en cuanto a la conquista de Nafarroa. Pero sí que existe, por contra, una corriente política que «defiende la reconstrucción del Estado de Navarra, porque considera que el Reino de Navarra fue un estado europeo y la conformación de la expresión cultural que conocemos como Euskal Herria».

Realidad convulsa Cuando sucedió la conquista de Nafarroa, había un enfrentamiento banderizo entre agramonteses y beamonteses, instigado en buena parte por Castilla, ya que fueron aliándose con diferentes nobles navarros para ofrecerles, a cambio de sus apoyos, dádivas a nivel de castillos y tierras; en definitiva, de fortuna. «La realidad de Nafarroa no era estable», explica Bustillo, «había navarros que estaban aliados con Castilla y contribuyeron a la conquista». No obstante, el escritor aclara que esa no es razón para defender la tesis castellana.

La conquista formaba parte del expansionismo de los reinos. Bustillo evidencia que en ese momento «Fernando II de Aragón e Isabel de Castilla se habían unido por matrimonio», dando lugar a la creación de un Imperio. El pequeño Reino de Navarra importunaba «tanto a los castellanos como a los franceses», y la conquista formaba parte de «una estrategia general».

Entre las diferentes versiones y la dilatada bibliografía de los hechos, el escritor ha tenido que lidiar con varias falacias, como «la famosa batalla de Belate, por la que se incorporó en el escudo de Gipuzkoa los cañones supuestamente arrebatados al ejército Navarro». Bustillo constata que «en realidad no hubo tal batalla» y que es perceptible «incluso en las fuentes castellanas». Algunas de las leyendas instigadas por diferentes historiadores con «intereses políticos» han sido recogidas en el libro de Bustillo para que «el lector distinga qué hay de verdad y de mentira en estos hechos».

Lealtad navarra Sobre mitos y leyendas, Amaiur conforma el estandarte de la conquista de Navarra, «un símbolo que une todas las sensibilidades abertzales en un monumento». Sin embargo, a pesar de tratarse de un «hecho heroico» el ahí acaecido, «no fue un hecho clave para la conquista». En ese sentido, Bustillo destaca la batalla de Noain en 1521, cuando el señor Asparrós, cabeza del ejército de Navarra, «llevó sus ansias de victoria hasta Logroño, donde fracasó», y fueron cercados en las campas de Noain, dando lugar a una descomunal batalla con un saldo «de entre 5.000 y 6.000 muertes por parte de los navarros y entre 50 y 300 por parte de los castellanos».

No había equilibrio alguno entre las tropas. En el «juego diplomático, la firma de alianzas era primordial», y Nafarroa carecía de las mismas. A la hora de entrar en el campo de batalla, la diferencia entre el ejército navarro y el castellano era tan grande en cuanto a «infantería, caballería y artillería» que «no tenía posibilidades de un enfrentamiento a campo descubierto».

Para entender la lealtad del pueblo navarro hacia sus monarcas, se ha de adoptar un punto de vista flexible, asegura Bustillo. «Todo es muy relativo y depende de las circunstancias que vivían en cada ciudad», por eso algunas ciudades destacaron más por su resistencia, como Estella y Tudela. En el caso de Iruñea, donde los habitantes no tuvieron más remedio que rendirse ante el ejército del Duque de Alba y la ausencia de los reyes de Nafarroa, la población manifestó sus deseos «más vitales» al intentar evitar «la masacre» y llegar «a un acuerdo con los invasores». Bustillo defiende que «sí que había un ansia de los habitantes de Navarra por mantenerse independientes». Un ansia que, 500 años después, se sigue recordando.

 

http://www.deia.com/2012/08/06/ocio-y-cultura/cultura/nafarroa-si-fue-conquistada