Salvador Cardús: «El gobierno español se ha empeñado en favorecer el independentismo catalán»

 

 

Salvador Cardús, sociólogo y periodista, explica cómo la actitud y los gestos del gobierno español han contribuido a exacerbar el nacionalismo catalán.

 

Profesor de la Universidad de Barcelona, cree que el referéndum es «imparable», y no descarta que la extrema derecha pueda responder con algún atentado.

En el tiempo que ha durado esta entrevista, 1.294.000 euros han salido de Cataluña para no volver. Informa de ello el «expolímetro», una aplicación de la página web del profesor Salvador Cardús, periodista y profesor de Sociología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Acudimos a él para que nos explique por qué el independentismo ha crecido en Cataluña hasta convertirse en el tema principal de la campaña que recién concluye. «El dinero es un factor», recuerda Cardús, pero el mejor aliado del independentismo catalán ha sido «el gobierno español».

«EL INDEPENDENTISMO HA CRECIDO PORQUE NOS HAN ESTADO HUMILLANDO»

Buena parte de España considera que el problema catalán se resume en una palabra: dinero. Esto ofende a muchos partidarios de la independencia. ¿Qué opina usted?
La cuestión económica es muy importante. Las cifras que demuestran que existe una desigualdad en el trato son tan apabullantes que llega a indignar. Según cifras oficiales, Cataluña recibe, con un millón más de habitantes, la mitad en las pensiones que se reciben en Madrid.

Pero eso es normal, puesto que en Madrid viven muchos altos cargos con pensiones muy altas…
Cierto, pero esa sensación de un desequilibrio y de agravio que se produce en todos los terrenos: pensiones, funcionarios, carreteras, trenes… No podemos negar que todo eso ha contribuido a que la mayoría de la sociedad catalana haya virado hacia posiciones separatistas. Ahora bien: los agravios económicos existían desde hace mucho tiempo y nunca habían suscitado tanto independentismo. Ha sido la permanente humillación ejercida por el Estado. La gente puede resistir todo, menos las formas agresivas y arrogantes.

¿Eso significa que los catalanes se sienten como “cornudos además de apaleados”?
Exactamente… Una cosa es resignarse a una situación de agravio y otra… por ejemplo: la declaraciones del presiente de la comisión constitucional de las cortes, Alfonso Guerra, cuando dijo que “ya hemos pasado el cepillo al estatut de cataluña”, y otro añadió “y no lo conocerá ni la madre que lo parió”. Una cosa es que el estatuto deba ser negociado e incluso recortado tras su paso por las Cortes españolas y otra que la gente se mofe de ello en un acto público. O aquella foto que todo el mundo tiene en la retina: tres magistrados del Tribunal Constitucional fumándose un puro en los toros de la Maestranza, mientras el Estatut llevaba años esperando la sentencia. Es esa sensación de desprecio es lo que más ha contribuído a la causa independentista.

EL CONTADOR DEL «EXPOLÍMETRO»

En su página web (salvadorcardus.cat) veo un programita llamado “expolímetro”. Calcula los miles de euros que salen cada minuto de Cataluña a España. ¿Por qué califica de “expolio” la recaudación de impuestos que hace un Estado de derecho como el español?
Esa expresión tiene un contenido propagandístico, no técnico. Sirve para evaluar lo que ocurre según datos de 2009, los últimos disponibles. Yo me bajé la aplicación porque esta hecha de los datos oficiales sobre lo que es el déficit fiscal de Cataluña en su relación con España. De cada 100 euros que nosotros pagamos en impuestos solo nos llegan 53. El resto no vuelve.

Pero se supone que se redistribuye entre otros lugares que necesitan ese dinero…
Sí, pero… ¿esa redistribución es justa? En tal caso, ¿por qué Extremadura tiene tres veces más funcionarios por habitante que Cataluña para ofrecer los mismos servicios? ¿Por qué hay trenes de alta velocidad que van a ninguna parte sin ningún pasajero mientras las cercanías de Barcelona están colapsadas, y con averías semanales por la falta de inversiones? ¿Por qué no hay manera de que ningún tren llegue a la Terminal 1 del aeropuerto de Barcelona? ¿Por qué el Estado no ha construido todavía los 15 km de vía para unir el puerto de Barcelona con la línea de tren de ancho europeo, poniendo en riesgo las correspondientes inversiones hechas en el puerto? Si el Estado debe garantizar una justa redistribución en educación, sanidad e infraestructuras, ¿por qué ocurre todo esto?

Pero eso no puede calificarse exactamente de “expolio”, por muy reprochable que le parezca…
Uno habla de expolio en la medida que esa distribución resulta terriblemente injusta. No es injusto pagar impuestos, claro que no. Lo injusto es que no se distribuyan correctamente. Injusto es que Cataluña albergue 18 por ciento de la población, esté creando un 25 por ciento de la riqueza y sin embargo reciba el 11 por ciento de las inversiones, de las cuales sólo se ejecutan un tercio de ese 11 por ciento. El estatuto establecía que al menos las inversiones debían ser proporcionales a la población. No se cumple ni la ley.

«ESPAÑA PUEDE SUFRIR UNA DEPRESIÓN MORAL CON LA INDEPENDENCIA CATALANA, COMO OCURRIÓ EN 1898»

¿Qué razón puede haber para que España conceda una independencia que no va a traerle nada bueno?
La independencia nunca es una concesión condescendiente. El tránsito hacia el estado propio podría hacerse serenamente si las dos partes quisieran negociar, como ocurrió en Checoslovaquia. Entonces también se hicieron pronósticos apocalípticos y al final resultó que Eslovaquia creció, se recuperó e hizo su camino con tranquilidad. Salió bien parada de la separación.

Esa sensación no existe en España ante una posible segregación catalana.
Claro, estoy seguro de que España sufriría una depresión no sólo política y económica, sino incluso sentimental, parecida al desastre de 1898. Al proyecto español le resulta casi inconcebible que se produzca una pérdida tan importante. Por eso estoy convencido de que hubiera sido mejor para los intereses de España que una consulta sobre la independencia se hubiera hecho lo antes posible.

Como está haciendo el gobierno británico con Escocia…
Exacto. Si España hubiera aceptado un referéndum ahora mismo, habría resuelto su problema al menos para dos generaciones. Pero no: España ha preferido mantener la tensión. No puedo entender por qué el gobierno español se empeña en favorecer el independentismo. Ni siquiera ofrece propuestas alternativas. Es más: sigue con sus actitudes arrogantes. Y sólo ha conseguido que aumenten las posibilidades de que, cuando se haga el referéndum, salga el sí. La cuestión de fondo está en no reconocer a Catalunya el derecho a decidir su futuro, ni para quedarse en España.

¿Y por qué cree que se va a llevar a cabo el referéndum?
Porque es imparable. La inmensa mayoría lo desea, no hay duda. Quizá no tantos quieren la independencia, pero sí el referéndum, o sea, poder decidir. El mismo PSC es favorable. En el próximo parlamento más del 75 por ciento de los diputados estará a favor de la consulta.

¿Y qué pasa si en un hipotético referéndum no se llega a los ⅔ de votos a favor de la secesión?
Quedaría muy debilitada la propuesta, sobre todo si una parte importante del voto fuera a parar a la abstención.

«NO SACARÁN LOS TANQUES, PERO TAL VEZ ALGÚN GRUPÚSCULO DE EXTREMA DERECHA PUEDE COMETER ATENTADOS»

¿Cree que la tensión política puede degenerar en violencia?
Por la parte catalana yo creo que no, por muchas razones. Primera, la violencia está fuera del imaginario del 99 por ciento del independentismo. Buena parte de los catalanes han desembocado en el independentismo sin haber militado en posiciones radicales. Proceden de una corriente de afirmación política profundamente democrática.
En segundo lugar, el marco europeo lo impide. No existe posibilidad de que, como se dice aquí en tono humorístico, “saquen los tanques”. Sería ridículo. Ni tampoco creo que la Guardia Civil detenga al presidente de la Generalitat. Sería un escándalo internacional.
Tal vez aparezca algún grupúsculo de extrema derecha que cometa algún atentado atentado con el apoyo de aparatos del Estado. No quiero tener visiones conspirativas pero tampoco puedo ser ingenuo.

¿Cuál considera que es el resultado electoral que avala políticamente la manifestación del 11 de septiembre? ¿Una mayoría absoluta de CiU?
Estas elecciones no son un referéndum sobre la independencia. Todo lo más, para que se pueda decidir si queremos referéndum o no. La mayoría absoluta de CIU no está clara. También se juzgan medidas adoptadas por el gobierno. Mas ha iniciado unos recortes brutales en todos los campos: sanidad, educación, universidad… por tanto cabe esperar algún tipo de castigo por su responsabilidad en estas políticas. Pero aunque solo mantuviera su apoyo electoral anterior, no cabe duda que significaría que su apuesta por el estado propio habría recibido un reforzamiento importante. Igual ocurrirá si tres cuartas partes del parlamento queda en manos de partidos favorables al referéndum.

En tal caso, ¿cuáles son los siguientes pasos que cabe esperar?
Intentarán negociar con el gobierno español para que se pueda realizar la consulta. Si el gobierno se niega, se buscará un apoyo jurídico en las leyes catalanas. Si el Tribunal Constitucional lo impide, buscarán el amparo de la legalidad internacional.

¿Y si tampoco hay respaldo de la legalidad internacional?
Entonces tampoco descarto que se convoquen elecciones autonómicas con un carácter únicamente plebiscitario, con un sólo punto en el programa electoral de los partidos: la independencia. No hay que ser un experto en leyes para ver que esa consulta es imparable puesto que la gran mayoría de ciudadanos catalanes la quiere. Si la consulta se produce y los votos a favor los partidos independentistas superan el 70 por ciento, no habría quien pudiese parar la separación, al menos democráticamente.

«LA CRÍTICA PERIODÍSTICA EN CATALUÑA ES ESCASA Y DE POCA CALIDAD»

Usted ha sido subdirector de Avui. Como periodista ¿le satisface el nivel de crítica de los diarios catalanes hacia su clase política?
Hay un exceso de condescendencia ante la clase política. No digo que esto ocurra a causa de las subvenciones, que en algún caso también, sino por la baja calidad de la crítica que se hace a la política. En el debate de los siete candidatos hubo una cantidad enorme de inexactitudes y afirmaciones falsas, y luego nadie asume la tarea de contrastar y denunciarlas.

Es normal que la ideología esté presente en el debate, sobre todo en el momento que vivimos…
Lo sería si al menos la crítica ideológica estuviera fundamentada en la realidad. Yo hubiera buscado a un equipo de expertos que repasaran las mentiras que dijeron esa noche los candidatos. Todos ellos. Así lo hacen en Estados Unidos. Revisan si las afirmaciones que han hecho los candidatos tras un debate son verdad o no. Por eso digo que la crítica política en Cataluña ha sido escasa y de poca calidad.

Una Cataluña independiente, ¿aspira a anexionar Valencia y Baleares?
La idea de la «anexión» es profundamente antidemocrática. Y viendo qué partidos gobiernan en estos territorios se me antoja un delirio hablar de posibles mayorías independentistas en Valencia o Baleares. Además, el proyecto político de «Països Catalans», siempre ha tenido carácter confederal. Incluso me atrevo a decir que el País Vasco no planteará en muchos años ese desafío independentista. El PNV nunca va a proponer una alternativa realmente independentista, entre otras cosas porque el modelo actual ya les funciona muy bien. Ni siquiera el plan Ibarretxe era estrictamente independentista. El caso de Catalunya, de momento, es único.