Elogio de Maquiavelo

Garate

La Toscana ofrece, en una determinada época, una concentración de personalidades en los ámbitos artísticos (literarios, pictóricos, escultóricos, arquitectónicos) e intelectuales sin parangón en la historia de la humanidad, tal vez sólo comparable con la Grecia clásica

Citar a Maquiavelo equivale a hablar de política. No de la política entendida como el latiguillo sinsorgo del “arte de lo posible”, ni de posturas que, afirmando defender la “ética”, se manifiestan implícitamente a favor de un estatus político construido y afirmado sobre la violencia histórica y la injusticia. Acudir a Maquiavelo supone devolver a la política su sentido prístino de confrontación social, de un modo de plantear los conflictos sociales en su realidad más cruda, violenta, pero sin llegar al siguiente escalón que otro político realista –Von Clausewitz- afirmó era la guerra.

Cuando la realidad social manifiesta ausencia de un consenso básico sobre el marco en el que se desarrollan los conflictos y sus reglas de juego, como es el caso de Navarra en la actualidad, la confrontación se expresa en el campo de la política real, en el campo de la relación de fuerzas sociales en presencia, Lenin, dixit. Es en este terreno en el que formulan su capacidad de explicar y comprender la realidad social los Maquiavelo, Hobbes, Clausewitz, Lenin o Brzezinski.

Hilando con el comienzo, hay que decir que Maquiavelo es uno de los principales representante de ese apogeo toscano del siglo XVI. Maquiavelo fue un maestro a la hora de sistematizar la forma de pensar y actuar, real y profunda, de los “príncipes” de su época. Los médici florentinos sí, pero sobre todo el gran falsario que conquistó y ocupó Navarra en 1512, Fernando II de Aragón.

La selección de artículos de Angel Rekalde que ha publicado Nabarralde con el título “Elogio de la Toscana” bien podía llevar por título “Elogio de Maquiavelo”. Rekalde nos presenta un recorrido cronológico de artículos publicados, desde 2004 hasta hoy, en diversos medios de comunicación impresos en nuestro país. El libro, que incluye un buen prólogo del periodista catalán Toni Batista, es una antología en la que sobresale la vena de política real que caracteriza a su autor. Analiza aspectos relacionados con el mundo institucional (fronteras, legitimidades…), simbólico (banderas…) o con la visión histórica y memorial de nuestro país que influye de manera determinante en el modo de plantear los conflictos abiertos en el presente y tan menospreciados están por quienes controlan los medios propios. No olvida aspectos políticos del mundo en el que estamos inmersos y que tanto condicionan nuestra perspectiva de futuro. Incluye análisis de la más rabiosa actualidad que prefiero no concretar más, de modo que quien lea este comentario tenga un aliciente para su pronta lectura.

Como corresponde a un escritor de profesión, está muy bien escrito. Rekalde es un todo terreno literario: novela, reportaje, artículos de prensa, trabajos como sociólogo, o como historiador (a la fuerza) y, no hay que decirlo, su libro se lee de manera muy agradable y didáctica. Es una recopilación altamente recomendable para los que pretendan una aproximación a los debates políticos que han marcado a Vasconia en esta última década; pero, sobre todo, a quien aspire a alcanzar una visión amplia de lo que se cuece en el fondo de la política de Navarra de los comienzos del siglo XXI.

 

Referencia bibliogáfica

“Elogio de la Toscana. Papeles para un país indocumentado”.

Rekalde, Angel.

Pamplona-Iruñea

2013. Nabarralde