Los nombres de los pueblos prerromanos de Baskonia y su idioma

Respecto a los Pueblos que habitaban el territorio occidental de lo que en la Alta Edad Media será el ducado de Baskonia, el griego Ptlomeo de Alejandría en el s. II d. C en su libro “Geographica” nos aclara cuales eran: “los autrigones son contiguos de los cántabros en la costa y tienen la desembocadura en el río Nerua (…) Cerca de los autrigones, entre el río Ebro y Pirineo, se encuentran los caristios (…) Al oriente de los caristios están los bardulos”.

Otro geógrafo griego Estrabón (64 a.C al 24 d.C), coetáneo a la conquista de la cornisa cantábrica (Guerras Cántabras 29-19 a.C.), nos dice que: “Al norte de los celtíberos están los berones (…) Lindan también con los bardyetas, que hoy se llaman bárdulos. Por el oeste están algunos de los astures y de los callaicos (…)”. Ningún texto romano habla de que sean Pueblos celtas, los cuales conocen muy bien como vimos en el artículo anterior (http://lehoinabarra.blogspot.com.es/2015/12/el-celtismo-en-la-hipotesis-de-la_15.html).

Sobre los idiomas que hablaban estos Pueblos, las referencias de los autores romanos son muy vagas, así Estrabón nos deja escrito: “a los cuales dejamos por inconsonancia de los nombres, porque no se pueden explicar”. Pomponio Mela tampoco es muy explícito a este respecto en su «De Chorographia» (Baética, sur de Hispania año 40): “cuyos nombres en nuestra boca no se pueden concebir”. Para los romanos los idiomas de los celtas eran “incomprensibles” y la de los Pueblos euskaros “inconsonantes” o “inconcebibles”. Es lógico pensar que hubiera zonas bilingües al igual que las habría con los íberos por Este.

Por tanto, según explicaba el antropólogo español Julio Caro Baroja (Madrid 1914-Bera 1995)  en su libro “Sobre la lengua vasca”: “En suma desde épocas remotas la lengua vasca se caracteriza por ser aquella que se hablaba y se habla por un pueblo colocado a las dos vertientes de la cordillera pirenaica, y con probabilidad también de su continuación, o sea la cordillera cantábrica”. En otro texto decía el antropólogo: “Que es lícito pensar que en el norte se hablaba una lengua difícil a oídos griegos y latinos, que pudiera ser la generadora del vasco. Que en la región pirenaica es donde se encuentran los vestigios más claros de que se habló un idioma parecido al vasco”. El historiador Ramón Menéndez Pidal (La Coruña 1869- Madrid 1968) en su trabajo “Del elemento vasco en la lengua española” era de la misma opinión: “(…) lo hablan descendientes de pueblos antiguos como los várdulos y caristios que nunca se confundieron con los vascones”.

Más recientemente M.M. Sáez de Jubera y J.M. G. Perujo en su libro “Onomástica vasca en la Rioja” (1998) son del mismo parecer y mencionan a Julio Caro Baroja para decir que: “se mostró también a favor de la continuidad de la lengua vasca, desde la época de los autrigones, en área entre el Cantábrico y La Demanda. De esta misma opinión fue Antonio Tovar (Filólogo y Lingüista, Valladolid 1911-Madrid 1985)”. Incluso en la actual capital riojana, Logroño (berones): “la permanencia cultural indígena es mucho mayor”. El último trabajo importante sobre el euskera en el territorio de los berones y autrigones es del antropólogo de Fitero Eduardo Martínez Aznar en “El euskera en La Rioja” (2011), donde comenta al respecto: “…la existencia de un amplio conjunto toponímico y onomástico vasco medieval en todo el territorio autrigón, y que al igual que en el caso riojano (en referencia a los berones), es bastante difícil que haya surgido de una repoblación tardía y apresurada”. Por tanto, según los investigadores más prestigiosos del siglo XX y los nuevos del siglo XXI, el euskera o un protoeuskera es el idioma de todos estos Pueblos.

Hay quien quiere ver nombres celtas en estos Pueblos euskaros, sin embargo, si los analizamos a la luz de lo que hoy sabemos, nada de esto se puede deducir. Respecto a su significado, en muchos casos es evidente que es euskera:

  • Vasco(nes):  No hay duda de que está en euskera. Julio Caro Baroja señala en su libro “Los vascones y sus vecinos” que “vascones” sería el plural de “vascus” (vasco).
  • Aquitanos: en singular “auko”, cuyo plural latino (i) sería auski o ausci (se pronuncian igual en latín) más el gentilicio -tano. Julio Caro Baroja explica: en su libro “Sobre historia y etnografía vasca”: “Que uasc-, vasc- esté en relación con eusk o con ausc- (en los ausci de la Novempopulania), es muy probable” el paréntesis es del propio Caro Baroja. El historiador ronkalés Bernardo Estornés Lasa (Isaba 1907-Donostia 1999) también apuntaba a que Eusko, Vasco y Ausko sean lo mismo.
  • El general romano Julio César (Roma 100 a.C.-44 a. C), conquistador de Hispania y de la Galia, nos dejó escrito que: «los aquitanos, eran de parecido físico, lengua y costumbres iguales que la provincia vecina, La Hispania Citerior». Esta apreciación es expuesta después por Estrabón (Amasia 65 a.C.-24 d.C.) y Julio Caro Baroja aclara: «es lógico pensar que los aquitanos fueran, en primer término, semejantes en lengua y aspecto a sus vecinos de la Península, que Estrabón llama Iberia en general, es decir, a los vascones». Aunque ni Estrabón ni Julio César delimitan los Pueblos a los que son “semejantes en lengua y aspecto” los ausko, lo que sí dejan claro es que no son celtas.
  • Bardulos o realmente Barduli: “Bar” sería frontera, conservado en el romance baskón o gascón como “Bararte” (donde –arte es “hasta” en euskera) más “Uli”, que es ciudad o población en euskera, el propio J. Caro Baroja en su libro “Sobre historia y etnografia vasca” es el que nos da esta referencia (Mella escribe “Varduli” y Plinio “Vardulli”).
  • Berones en la zona La Rioja media actual con capital en Varea (municipio de Logroño): Beruña / Beroin /Beruin: es “vendimia” y “mosto, vino” según el historiador Eduardo Martínez Aznar que ha indagado recientemente sobre toda la toponimia euskara en La Rioja en el libro mencionado. El río Iregua era llamado “Bero” y contendría el término, así como quizás el municipio de Briones cercano a Haro. Ya hemos visto que, aunque está documentado que se volvió a repoblar en la Alta Edad Media con euskaros del ducado de Baskonia y después del reino de Nabarra, nunca dejó de hablarse euskera al menos en el “saltus” o zona boscosa y de la montaña riojana.

Es más difícil el caso de los dos siguientes:

  • Autrigones/al(l)otrigues: no se ha encontrado una respuesta satisfactoria para traducir este nombre que Ptolomeo deforma, pero que sí tiene significado en griego de manera muy clarificadora: “extraños”. Estrabón llama a este pueblo «al(l)otrigues» y Floro «Autrigonas» con capital Briviesca (La Bureba, actual provincia de Burgos). Recordemos, por ejemplo, que el vocablo “celta” en realidad no está en un idioma celta sino en griego y significa: “gente oculta”; por lo que este tipo de adecuaciones fonéticas al griego o de nombres “ex novo” no son nada extraños en los geógrafos grecolatinos.
  • Karisti/Kariete/Καριστοί: Ocurre lo mismo que con el anterior, no parece tener traducción sin forzarlo en exceso a ningún idioma (ni euskaro, ni celta, ni íbero), pero sí que existe una población con este nombre en isla griega de Eubea, por lo que pudiera ser que el geógrafo o el escribano esté aproximando el nombre euskaro al término que más se parece en su idioma o poniéndole uno nuevo. También se ha creído que estos nombres podrían tomarlos los romanos de los propios celtíberos que sí los conocen y que acababan de ser conquistados e integrados en las legiones que invaden los Pueblos euskaros.

La realidad es que es imposible asegurar que éstos sean realmente los nombres de estos Pueblos. El hecho de que un Pueblo tenga un nombre diferente al que se da a sí mismo es muy frecuente y tiene su lógica en el desconocimiento del idioma que tiene el observador que muchas veces es en realidad un invasor, más cuando estos nombres, como dicen los geógrafos grecoromanos, son “inconsonantes” e “inconcebibles”. Algunos ejemplos de lo que menciono son: Grecia (Hellás o Elláda),  Germany o Alemania (Deutchland), Albania (Shqiperia), Georgia (Kartveli), Armenia (Hayastan), Hungría (Magyarország, Hungría viene de los Hunos que allí se asentaron), Japón (Nipón, Japón está en chino), China (Zhongguó), Corea Sur (Daehan Minguk), Corea Norte (Joseon Minjujuei), Finlandés (Suomi), Esquimal (Inuit), Bereber (Imagizen), Navajos (Dineh), Apaches (Inder) etc.

Para los siglos IV-V ya no se mencionan los Pueblos euskaros. Idacio de Gallaecia (norte de Hispania) nombra en el año 456 a los bárdulos por última vez («Las costas de los cántabros y de los bárdulos fueron cruelmente devastadas» por los hérulos) y las últimas referencias a los autrigones son del Cronógrafo en el año 354, del mismo año es la última referencia a los karistios. El propio Idacio (449) hablaba por primera vez de «Baskonias» en referencia tanto a la norpirenaica como al territorio al sur de ésta cordillera montañosa, por lo que ya podríamos hablar de la existencia de una unidad al menos cultural-idiomática para esas fechas y no antes. En el 581 los germánicos francos y los godos ya lo hacen en singular: «Baskonia».

En el documental de EITB “Una historia de Vasconia: euskaldunización tardía”, Alberto Santana habla de que el Pueblo de los baskones invadió en el siglo VI a los supuestos celtas de las actuales Bizkaia, Gipuzkoa y Alaba (salvo Oarso Aldea que era baskón, así como rioja alabesa o la montaña), lo cual es ciertamente imposible, pues, para entonces…no había celtas dentro del Imperio Romano y ni siquiera, aparentemente, diferentes Pueblos euskaros. Esta es una afirmación comúnmente aceptada por toda la historiografía, pues los celtas aceptaron de manera muy rápida las costumbres romanas, por lo que, según la hipótesis de Santana, en Bizkaia, Gipuzkoa y Alaba en el siglo VI los invadidos serían gentes totalmente romanizadas que hablaría latín o un dialecto-romance del mismo, lo cual es muy difícil o imposible.

La rareza de la propuesta de la “baskonización tardía” propuesta por el iberista Manuel Gómez-Moreno (Granada 1870-Madrid 1970) en el año 1925 y apoyada después por el historiador Claudio Sánchez-Albornoz (Madrid 1893-Ávila 1983), el cual la situaba tras la caída del Imperio Romano en el año 476, la criticaba en su día Julio Caro Baroja de forma muy contundente:

“No me explico cómo se puede sostener tal tesis si se observan los hechos:

Que en la provincia de Guipúzcoa, es decir, donde se ha conservado en total hasta el presente (el euskara), es donde menos vestigios romanos hay de toda España.

Que en la provincia de Vizcaya hay algunos más, pero siempre de poca consideración.

Que en la provincia de Álava, donde ya desde antiguo el castellano ha tenido grandes extensiones, la romanización resulta mucho más intensa, a juzgar por los vestigios arqueológicos.

Que en la provincia de Navarra la zona donde se ha conservado el vasco más fue la menos romanizada y donde se ha conservado menos fue la más romanizada.

Para admitir un corrimiento del vasco a las provincias en tiempo medieval habría que afirmar que del territorio sur de Pamplona y el Ebro, lleno de grandes ciudades (el “Ager Vasconum”) y de memorias de la lengua latina, del territorio vascón según la clasificación clásica, las gentes romanizadas habían subido al norte e imponer una lengua no latina a no se sabe quién. Lo más probable es todo lo contrario, o sea que a partir del siglo IV los habitantes de la montañas (“Saltus Vasconum”), muy poco civilizados siempre, aprovechándose de la debilidad del Imperio, bajaran al sur”.

El territorio de todos estos Pueblos, es aproximadamente el del Estado que en la Alta Edad Media se llamará ducado de Baskonia y después reino de Nabarra, según la territorialidad marcada en el Pacto de 1016 entre Nabarra y Castilla del documento 166 del Cartulario de San Millán de la Cogolla y ratificado en el Tratado de Tamara de 1127.

La imposibilidad de que todos estos Pueblos euskaros prerromanos fuesen celtas y no euskaros, se sustenta también en la arqueología y, sobre todo, en las estelas funerarias con los mismos motivos decorativos y palabras en euskeras incisas en ellas dispersas en los territorios de todos estos Pueblos, además de otros muchos argumentos que repasaremos en otros artículos.