Día internacional de los museos. la ría de Bilbao como museo

Hoy 18 de mayo, en el mundo civilizado se celebra el Día Internacional de los Museos instaurado en la XII Asamblea General del ICOM (International Council of Museums) celebrada en Moscow en 1977. Este Consejo Internacional  con sede en Paris es una organización creada en 1946 relacionada con Unesco concebida para la conservación, mantenimiento y divulgación del patrimonio natural y cultural del mundo.

Con dicha proclamación se pretende sensibilizar a las instituciones de las que dependen los museos y a la sociedad sobre su importante función para el intercambio y enriquecimiento de las diferentes culturas de la humanidad. El tema a considerar en 2016 es Museo y Paisajes Culturales. En este año coincide con la trienal Conferencia General del ICOM que reúne a la comunidad museística mundial de profesionales de estos centros sobre un motivo escogido, que obviamente es el mismo, y cuya próxima sesión se celebrará en Milano del 3 al 9 de julio de 2016.

Tomando la literalidad del mismo pero alterando el orden, el Paisaje Cultural como Museo inmediatamente evoca a un extenso, potente y apreciable lugar. El Paisaje Fluvial de Bilbao como Museo. El concepto de museo expandido, difuso. Título de la ponencia que enviada a la  dicha Conferencia ha sido aceptada pero como en anteriores ocasiones no se podrá acudir y exponer por los costos que supone y la total ausencia de ayudas institucionales. Actos donde curiosamente siempre asisten ponentes catalanes apoyados por sus diversas universidades, asociaciones o departamentos de cultura con todo lo que ello connota.

 

Paisaje mutante

El concepto de paisaje en general ha ido cambiando progresivamente. Debido al desmesurado desarrollo urbanístico e industrial muchos de los más célebres parajes han perdido su antiguo encanto. Algunos se han alterado por procesos evolutivos y otros usos necesarios para la sociedad pero también han surgido nuevos o renovados paisajes cuya expresión de modernidad con sus implantaciones arquitectónicas e incluso industriales o de obra pública que por su correcta incorporación, coherencia y atractivo han captado progresivamente la sensibilidad social y pasado a formar parte de la historia, al tiempo que la idea de paisaje se ha ampliado sin perder su raíz cultural.

 

Bilbao

El sinuoso transcurso de la ría del Ibaizabal, que es su correcto hidrónimo, ya desde el tramo precedente como río, es el fundamental elemento ordenador del área metropolitana de Bilbao y articulador urbano en los municipios colindantes. Pero es en su parte navegable la sometida al régimen de marea, el espacio portuario fluvial, donde mejor se expresan sus orillas con un carácter museístico en el sentido que muestran una secuencia relativamente continua de parajes y construcciones como hitos de gran relevancia. A pesar de que desde las lluvias torrenciales de 1983 coincidiendo con una crisis industrial y una precipitada e inculta regeneración urbana este espacio, sin reflexión alguna, ha sido radicalmente desvitalizado de los elementos más expresivos de un genuino paisaje sensacional rotunda y contundentemente artificial por la industrialización, las infraestructuras y los equipamientos.

No obstante quien recorra este itinerario fluvial con interés captará las páginas quizá más apasionantes sino hermosas de la historia de la villa en contra de uno de los absurdos estereotipos habituales repetidos con oportunismo e ignorancia: que Bilbao daba la espalda a la ría, junto con que no estaba en el mapa y que era gris y triste. Bilbao ha vivido, siempre, desde su origen de cara a la ría con excelente pragmatismo, coherencia y belleza.

Observando en el orden secuencial de la corriente fluvial y de la expansión de la villa sus dos frentes urbanos han sido y son una sucesión de los episodios del patrimonio monumental más memorables. Empezando por el Puente e Iglesia de San Antón las únicas edificaciones emblemáticas de la villa ya son las que están en el emblema municipal y finalizando el prolongado escenario fluvial de 14,150 km. con el Puente Transbordador Vizcaya entre Portugalete y Getxo la gran puerta de Bilbao a la mar, a pesar de sus continuas y lamentables incultas deformaciones y culminado con el largo y funcional Muelle de Hierro en Portugalete, burdamente desfigurado por su Ayuntamiento, para vencer la navegabilidad en la desembocadura de la ría en la mar, el Abra.

Estas obras públicas muy próximas de extraordinaria importancia y belleza propias de un período de gran creatividad, riqueza y pujanza hitos de una era, el siglo de oro de la industrialización, y la suprema expresión de la técnica y el arte del hierro. Son la síntesis que monumentalizan y solemnizan este excepcional paisaje fluvial como museo.

Ese amplio ámbito puede y quizá debe ser contemplado culturalmente e incluso protegido legalmente bajo tres aspectos. Conjunto Monumental, como una agrupación de bienes culturales continuos o dispersos que forman una unidad coherente y delimitada con entidad propia independientemente de sus valores individuales. Espacio Cultural, como emplazamiento de actividades, creaciones y hechos singulares vinculados a modos de vida y trabajo del pueblo vasco que contiene obras realizadas por el ser humano de valores históricos o tecnológicos. Lugar Histórico, en su sentido de paraje en el que se agrupan inmuebles, elementos culturales y episodios materiales o inmateriales relativos a acontecimientos del pasado que constituyen referencias de interés por razones históricas, sociales y culturales.

NAIZ