Ejercicios prácticos de (des)colonización mental

Sabido es que no hay nada mejor que poner unos ejemplos prácticos para poder entender las más complejas teorías. Por la misma lógica, no hay como poner unos pocos ejemplos -de los cientos que nos encontramos cada día- para ilustrar de qué hablamos cuando decimos y denunciamos, ante la pasividad general, que el pueblo vasco/navarro es víctima de un brutal proceso de alienación y colonización mental. Algo que, expresado en estos términos, puede resultar a muchos exagerado -cuando no abiertamente estúpido o apocalíptico-, pero que, como vamos a ver, es tan cierto como que dos más dos son cuatro.

Pongámonos en situación. A media mañana de un día cualquiera, acudo a un céntrico establecimiento hostelero gasteiztarra en el que, con frecuencia, repongo fuerzas. Desde el otro lado de la barra, el hostelero -buen amigo ya tras años de café diario- me entrega sonriente, como cliente habitual que soy, un librito gratuito de promoción de diferentes vinos de la D.O.C. Rioja, en relación con una jornada promocional del vino que se va a llevar a cabo en Logroño en los días siguientes. “¡¡Qué bien!!…”-me digo- “…a ver si descubro alguna marca o bodega nueva de interés…” Y es que a uno le resulta difícil escaparse de los brazos de Baco, para qué lo vamos a negar….

Nada más empezar, como se duele decir, la primera en la frente … aunque no lo pareciera a simple vista. En concreto, en la primera página me encuentro con esto: