El estatalismo vasco

Hay pocas quimeras mayores que la perturbación del uso de la condición de nacionalista que desde la caída del Franquismo se viene gestando en España y desde luego en nuestra Vasconia en grado superlativo.

Todos asistimos perplejos a la infantil idea de que cuadrarse ante una rojigualda de 20×30 metros es como mucho ser patriota, pero ondear una ikurriña tamaño A4 es ser un nacionalista cavernícola que ha subido al monte.

La concepción del nacionalismo como algo propio de los demás ya sean Vasco(ne)s o Catalanes es un herramienta  desnortada e irreal pero impresionantemente bien creada, manejada y alimentada precisamente por el nacionalismo español.

Dicen eminentes filósofos que el nacionalismo es como el acento que todos dicen que ellos no tienen que el acento lo tienen los demás.

No podemos imaginar infantilmente que el mundo está formado por dos tipos de personas, los nacionalistas que son incultos, malvados y oscuros y no conocen la feliz unión de España y lo feliz que era todo el mundo hasta que ellos nacieron y los no nacionalistas que poco menos que hablan en poesía y son buenas personas, radiantes y simpáticos. El nacionalismo como señalaba antes es tan humano como el acento, cada uno el suyo.

Los escoceses son nacionalistas, y los ingleses también, cuando los ingleses hablan de que el peñón es suyo son nacionalistas pero infantilmente si lo dicen los españoles NO lo son, si un español cuelga una bandera de 40 metros en plaza Colón es NO nacionalista pero sí un infeliz Barcelones cuelga una estelada tamaño A5 de su balcón es un nacionalista inculto y abyecto.

El españolismo juega con el lenguaje de modo que hace creer hasta a gente incluso culta en esa separación de individuos cuasi divina.

Los Utus en Africa son nacionalistas, y los Congoleños también, aunque sean los Europeos los primeros que les hablaron de nacionalismo, los Marroquíes cuando piden Ceuta y Melilla son nacionalistas, pero no son menos nacionalistas los españoles cuando se lo niegan.

¿Cuando los rusos estaban en Estonia y Lituania que eran? NO nacionalistas?.

Personalmente viví una de estas situaciones ridículas en Alemania, a la salida de un hostel una chica sevillana con dos amigas que se habían puesto una bandera de España por pareo, nos preguntaron si éramos nacionalistas, obviamente ellas NO lo debían ser.

Es una muestra de hasta dónde ha calado este mensaje del NO nacionalismo fundado en las cocinas de PP y PSOE.

Cada partido vende su idea de estado dentro de una concepción de lo que es su nación, los partidos vasquistas buscan crear la nación vasca, esto es un error y luego lo explico y los partidos españoles mantener lo que tienen.

El nacionalismo español empezó hace 204 años en la constitución de Cádiz y los demás nacionalismos no son más que productos de este nacionalismo que cambió el equilibrio de la España puramente monárquica.

De hecho el nacionalismo no es malo, en Europa todos son/somos nacionalistas, unos tienen un estado y otros no, el nacionalismo español tiene el “handicap” interno y ventaja externa de no reconocerse a sí mismo y no creer en su propia existencia sin la necesaria absorción de otras naciones que reclaman ser estados soberanos y exentos.

Hay unas pocas circunstancias históricas que permitieron que Portugal fuese un país y que Cataluña no lo fuera, tan ridículas como si Barcelona hubiese tenido ayuda externa o 100 cañones más serían otro país. Si Portugal hubiese perdido la Guerra de Restauración portuguesa ahora el partido nacionalista portugués se manifestaría todos los años en Lisboa, Oporto etc.. para ser un estado independiente.

En el libro “La dignidad e igualdad de las lenguas” de Juan Carlos Moreno Cabrera se cita que ninguna lengua es menos que otra solo por el hecho de que no ha tenido un ejército que la expanda o sus hablantes no hayan sentido la necesidad de pisotear a otros pueblos y culturas, y eso es exactamente lo que pasa con las naciones, ninguna nación es menos que otra en derecho solo porque no ha tenido la población o riqueza, apoyos o suerte de ser un estado.

El nacionalismo vasco erró en su concepto primigenio y erra hoy, llamándose a sí mismo nacionalismo. Nacionalista se define aquel que quiere crear una nación, los vascos no queremos crear una nación, somos una nación y queremos crear un estado, que defienda la existencia de esa nación y garantice su soberanía y nos dé voz en Europa.

Los vascos somos una nación hace siglos, lo éramos cuando llegaron los romanos y lo seguimos siendo cuando se fueron, lo fuimos cuando llegaron los Godos, los Árabes, y cuando Castilla y Aragón transformaron reinos y señoríos en una estado a medida de sus intereses, lo fuimos y si ese estado, España, desaparece, lo seremos.

Una nación con diferentes representaciones políticas en la historia, Ducado de Vasconia, Reino de Pamplona, Reino de Navarra, Vascongadas, CAV, CFN, pero una sola nación sobre el papel, la nación de los vascos.

Las naciones son la evolución natural de la tribu, del grupo humano que se constituye en nación a los ojos de los demás por coexistir en la misma elementos diferenciadores y propios, elementos que la rigen y le dan personalidad propia, los vascos, vascones ya  éramos una nación en el siglo I.

Los vascos NO somos nacionalistas, no es que seamos “NO nacionalistas” como antes he expuesto, es que los vascos NO somos nacionalistas, somos “ESTATALISTAS”.

Me permito acuñar este término porque desde él mismo, puede empezar a girar el engranaje que reúna a todas las fuerzas del vasquismo hacía un mensaje claro a la sociedad.

No se pretende construir una nación, se pretende construir un estado que sea ejemplo de derechos y libertades, moderno y alejado de la corrupción, garante de nuestras leyes, identidad y pluralidad. Un estado que nos permita evitar vivir bajo la constante amenaza de un tribunal constitucional convertido en un tribunal político a manos de los gobiernos españoles.

Somos Estatalistas porque lo que nosotros queremos crear son estructuras de estado, que delimiten la influencia de terceros en nuestros asuntos, la policía autonómica, las haciendas forales, las transferencias en educación son pequeños elementos de estado que no estarán completos mientras pese sobre ellos la soberanía de un tercero que tiene terceros elementos legales para anular incluso a nuestro presidente/a o nuestra propia autonomía.

 

No más terceros, gracias.

Crear una nación implica cambiar el sustrato social y lo que tenemos que cambiar no es la sociedad sino como esta se relaciona con otras a través de la herramienta que un estado propio otorga, soberanía. Sin soberanía no eres nadie en Europa y nadie en el mundo, tu folklore puede ser muy famoso y tu gastronomia la mejor, pero sin soberanía nunca llega tu turno en la partida. Solo un estado soberano hace y deshace y se autorregula.

Hay una gran diferencia entre crear elementos de estado o crear una nación, ni el más españolista de CAV y CNF (los de C’s sí) protesta si tal o cual transferencia es asumida por el gobierno Vasco o Navarro, sin embargo pone el grito en el cielo cuando considera invadida su esencia nacional, crear un estado no somete nacionalidades sino que las da cabida dentro de elementos legales.

Hay un área absolutamente vascona en toda la cuenca del Río Oja, desde Nafarruri (Casalareina), Zifuri, Zorraquin, Ezcaray, Ollauri, Haro, Briones. ¿Íbamos a ofrecer a los habitantes de esas poblaciones que han perdido la memoria colectiva de su vasquidad cambiar su nacionalidad? Les vamos a decir a ver si se pueden hacer vascos? O podemos ofrecerles ser parte de un estado moderno y que funciona, que respeta su identidad entre la diversidad propia de Vasconia?

La búsqueda de un estado es más atractiva a los ojos del más españolista y más vasquista habitante de la CAV y la CFN, porque el estado garantiza, pensiones, sanidad, educación.

En primer término se ocupa de elementos que no son objeto de discusiones apasionadas como la lengua o las banderas, aunque luego llegue el momento de regularlas, pero esa regulación se haga en base a garantías legales y con el peso de una mayoría muy amplia..

“El estatalismo vasco busca crear elementos de estado para proteger nuestra bienes, fueros y personalidad y es el garante del valor de nuestras propias decisiones sean cuales fueren.”

Este es el mensaje que puede triunfar entre el vasquismo pues no pretende crear una nación que exija la transformación social de personas que nunca se han sentido parte de esa nación, sino crear elementos de estado que protejan los intereses, bienes y corpus legal de los ciudadanos que la forman sean cuales fueren sus ideologías.

El vasquismo en Navarra puede llegar a mucha más gente aún si su mensaje es que quiere blindar y ensanchar la capacidad normativa Navarra hasta una relación “inter pares”.

Es la barrera que el vasquismo debe superar para alejarse definitivamente de un españolismo que no tiene oferta alguna. Corrupción escandalosa y una constitución incumplida de forma reiterada.

Un estado vasco de los 4 territorios forales es de todos y protege a todos, es plural y da cabida a todos los sentimientos nacionales, hoy en día a todos los ciudadanos forales nos convienen cuantos más elementos de estado, autonomía y separación de una España ingobernada e ingobernable, corrupta y corrompida.