Monumento de Los Caídos

La silueta del llamado MONUMENTO DE LOS CAÍDOS ha dominado la principal perspectiva de Pamplona -desde la Plaza del Castillo y a través de la avenida de Carlos III- a partir de los años cincuenta del pasado siglo. En el interior del edificio sus paredes se encuentran cubiertas por listas de nombres pertenecientes a los muertos en combate del bando nacional en la guerra española del 36-39, agrupados por localidades de la provincia de Navarra. Memorial, al estilo de los realizados tras la Primera de las guerras mundiales, y mausoleo para dos de los más caracterizados jefes de la rebelión militar, los generales Sanjurjo y Mola; el primero, llamado a presidir a los rebeldes, destacado miembro del ejército monárquico, que facilitó el triunfo de la República en el momento clave del 14 de abril, en medio de la crisis de una monarquía autoritaria y corrupta, que había quemado su última pólvora con el recurso a la disciplina militar de Primo de Rivera. Posteriormente se vio frustrado por el arrumbamiento de su persona de parte de las autoridades republicanas. Entonces se levantó en contra de ellas y los contrarios a una República que transformase el viejo orden lo convirtieron en su jefe.

Por lo que toca a Mola, era africanista, como Franco y tantos otros que querían hacer carrera matando moros. Mola hizo méritos contando mondongos, como califico en alguna ocasión a los cadáveres rifeños. Su cultura política se concretaba en el “aténgase a las consecuencias”, con que advirtió al comandante Rodríguez Medel, que se oponía a sus proyectos de Rebelión. Tras el triunfo del Frente Popular en febrero del 36 pretendió guardarse de su previsible destitución y consiguió que los militares golpistas le encargasen la preparación del golpe de Estado. Mola era de ideas claras: represión de los oponentes hasta la muerte y contundencia en la acción; esto es, fusilamientos… En el mausoleo que preside Mola, con la presencia relevante de Sanjurjo, encontramos la comparsa de los “desconocidos”, en alguna medida anónimos. “Iba armado con la cruz”. “Venció a la edad con su espíritu”. Los nombres que cubren las paredes de templo y cripta son la guardia de honor. Se dice que forman parte de las listas aquellos republicanos riberos a los que se libró de fusilamiento a cambio de marchar al frente. Formaron el Tercio de Sanjurjo y fueron masacrados por los nacionales al sospechar que iban a cambiar de bando. También se encuentran “voluntarios” como los del Tercio de Roncesvalles. Se alistaron con la promesa de ser asignados a vigilancia de fronteras y de no ir al frente; pero finalmente en el frente murieron. ¿Casos de altruismo y convicción? ¡Muchos! Los que afirmaban que “la guerra se está ganando, pero nosotros la hemos perdido…” Rodezno -modelo de latifundista- junto con Raimundo García “Garcilaso” -director de DIARIO DE NAVARRA- no la perdieron, y dirigieron a Mola y Franco, mucho más que estos a ellos.

El mausoleo de Mola culmina con la decoración de la cúpula pintada por Stolz. Su temática representa el imaginario histórico de Navarra, católica y española. Es la única versión de la historia de Navarra que hoy proclama -impone- el sector social que ha dominado esta comunidad desde 1936, y aun con anterioridad. Francisco de Javier, misionero; nada se dice de su familia y adscripción; el mito de San Fermín y San Saturnino, romerías a santuarios, Teobaldo II en Catania, Sancho el Fuerte y las Navas. los navarros luchando por España, con Mina, Zumalacárregui, Franco…  Nada se dice del Fuero ni del Estado de Navarra, los factores que lo condicionaron, etc. Hay otros elementos de nuestra historia que permiten perspectivas diferenciadas. A nadie se le niega que tenga la suya propia y se le respetará si acepta el contraste con otras. La manera en que ha sido gestionada nuestra realidad histórica, de lo que este mausoleo constituye muestra relevante, descalifica a quienes la imponen ¡La libertad exige una actitud diferente!