Bizirik, una marca esperanzadora

Dice John Holloway, que la transformación del mundo es cuestión de todas las horas de todos los días.

La demostración reivindicativa de la soberanía Navarra del 16 de Junio tiene todos los pronunciamientos para , sin prisa (o con ella), pero sin pausa, involucrarnos e involucrar a todo los patriotas vascos, en una andadura incesante.

Ha de ser nuestra hoja de ruta, para lograr  el restablecimiento de nuestro derecho irrenunciable, a ser sujetos de decisión. Condición sine que non, para reconquistar el estado vasco de Navarra en un camino sin retorno.

(se me ocurre que habría pasado en Iruña, si en lugar de zancadillas, la Yoli y sus chicos hubieran subvencionado la marcha con autobuses y bocatas… )

Lo cierto es, que surgen los frutos de este movimiento soberanista, donde los personalismos –cuestión siempre intrincada en nuestras movidas- al menos por el momento y que dure, han permanecido aletargados.

Entre estos frutos -¿Quién lo iba pensar hace no más de un lustro?-, el que los navarristas vayan asumiendo el vocablo conquista. Ahí es nada.

Otro, fundamental, es las actividad considerable en simposios,  libros, conferencias y numerosos estudios sobre las negras consecuencias que tal conquista ha supuesto para Navarra y el resto de Vasconia.

Todo este trabajo, ha contribuido a que hoy, muchos patriotas navarros, vean con clarividencia, a donde nos ha conducido la pérdida de nuestras instituciones, de nuestra lengua y en general de nuestra soberanía.

España, en estos cinco siglos, nos enredó  y sobre todo nos comprometió, en singladuras, en los navarros nunca nos hubiéramos implicado.

Inquisiciones, nefasto expansionismo imperialista, con sus gravísimas secuelas, intolerancia y obcecación religiosa con el consecuente obscurantismo, subdesarrollo intelectual social y económico con la subsiguiente picaresca…

Y que (ante cualquier crisis) se nos ha demostrado sobradamente, que en su seno no resulta posible una política económica, regida por principios éticos y humanistas…

Nafarroa Bizirik denuncia que algo está podrido en  Navarra… Y que es la consecuencia, sin duda a causa de estos cinco siglos de subyugación, que hemos padecido…

Y no sería una mala idea establecer el concepto de bizirik como un proyecto –y una marca- de restauración plena. Nafarroa bizirik, Euskera bizirik, Foru bizirik (instancia para una constitución moderna y soberana), kultura bizirik, epailetza bizirik -que ya estamos hasta el moño de la pantomima perversa  de la judicatura española-, eta abar…

Porque –me parece muy oportuno el mensaje de John Holloway- tenemos la experiencia negativa de la toma del poder por parte de los partidos comunistas o simplemente de ¿izquierdas…?.

El ciudadano debe ejercer un control  constante sobre estos –un contrapoder según Holloway-, que al fin y al cabo  dependen de la voluntad  que el ciudadano, o si se prefiere el individuo, ejerce en virtud de sus derechos.

Y es que  ciertamente, la obtención del poder por los partidos, en general, les ha llevado a mimar y forrar a sus aparatos y compinches, olvidándose de las necesidades y urgencias de los pueblos.

La sociedad, si quiere garantizar  que la gobernanza no se olvide de ella, ha de conformar pues ese contrapoder. Es decir, un amplio movimiento ciudadano crítico y reivindicativo, que impida permanentemente los desatinos y corrupción de los políticos, tan proclives a la mentira y al cohecho.

En esta coyuntura  en que Navarra y toda Euskalherría nos encontramos, Nafarroa Bizirik ha de confirmarse tanto o más que como un aval, como un gran pacto entre todos los patriotas vascos.

Todas las entidades y organizaciones que la sustentan e impulsan, por encima de los intereses de los partidos, debieran comprometerse en esta línea. Creo que es un buen proyecto, que dejando pues de lado individualismos y partidismos, puede expandirse contagiando a muchos entornos de nuestro pueblo, desconcienciados o simplemente pasivos.

 

Publicado por Nabarralde-k argitaratua